Consejos para amamantar: Lo que las madres primerizas necesitan saber

Conoces los beneficios de amamantar. La leche materna posee el equilibrio justo de nutrientes para tu hijo. La leche materna es más fácil de digerir que la fórmula comercial, y los anticuerpos de la leche materna mejoran el sistema inmunitario del bebé. Amamantar incluso puede ayudarte a bajar de peso después del nacimiento del bebé.

Sin embargo, amamantar puede ser una tarea exigente. Sigue estos consejos sobre cómo amamantar para comenzar bien esta etapa.

Solicita ayuda de inmediato

Leer sobre cómo amamantar es una cosa. Hacerlo, es otra. La primera vez que amamantes a tu hijo, preferentemente dentro de la primera hora después del parto, pide ayuda.

El personal de enfermería de maternidad o algún médico especialista en lactancia del hospital te pueden aconsejar sobre la lactancia, desde cómo colocar al bebé hasta cómo asegurarte de que esté tomando la leche correctamente. Tu proveedor de atención médica o el de tu bebé también pueden brindarte consejos sobre la lactancia.

Comienza por ponerte cómoda. Apóyate en algunas almohadas, si es necesario. Luego, sostén al bebé cerca de tu pecho, en lugar de inclinarte hacia adelante para llevar el pecho hacia el bebé. Mantén al bebé piel contra piel siempre que sea posible.

Sostén la cabeza del bebé con una mano y tu pecho con la otra. Con el pezón, estimula el labio inferior del bebé para motivar que abra grande la boca. La boca del bebé cubrirá parte de la zona más oscura alrededor del pezón. Así, el bebé introducirá el pezón bien adentro de su boca, y la lengua se acomodará curvada debajo de tu pecho. Debes mirar y escuchar un patrón rítmico de succión y deglución.

Si necesitas separar al bebé del pecho, primero interrumpe la succión colocando un dedo en la comisura de los labios del bebé.

Deja que el bebé establezca el ritmo

Las primeras semanas, muchos de los bebés recién nacidos toman el pecho cada dos o tres horas durante todo el día. Presta atención a los signos que indican que el bebé tiene hambre, como agitación, intranquilidad, movimientos de succión y de labios.

Deja que el bebé amamante completamente del primer pecho, durante aproximadamente entre 15 y 20 minutos, hasta que sientas que tu pecho está blando. Pero ten en mente que no hay un tiempo fijo.

Luego, trata de hacer que el bebé eructe. Una vez hecho esto, ofrécele el segundo pecho. Si tu bebé aún tiene hambre, se va a prender del pecho. Si no, simplemente comienza la próxima sesión de amamantamiento con el segundo pecho. Si tu bebé se alimenta constantemente de un solo pecho en cada amamantamiento durante las primeras semanas, extrae la leche del otro pecho para liberar la presión y cuidar tu producción de leche.

Acuesta al bebé para que duerma en tu habitación

Lo ideal es que el bebé duerma en la misma habitación que sus padres durante el primer año de vida, o al menos durante los primeros seis meses, para reducir el riesgo de síndrome de muerte infantil súbita. Esto también puede facilitar la alimentación.

El bebé debe dormir solo en su propia cuna, moisés u otra superficie diseñada para bebés. Las camas para adultos no son seguras para los bebés. El bebé puede quedar atrapado y sofocarse entre los listones de la cabecera, en el espacio entre el colchón y la estructura de la cama o en el espacio entre el colchón y la pared. Un bebé también puede sofocarse si uno de los padres dormido se mueve por accidente y cubre la nariz y la boca del bebé.

Intenta demorar el uso de un chupete

Algunos bebés son más felices cuando succionan algo. Utiliza chupetes, pero ten en cuenta esta advertencia. Darle el chupete demasiado pronto a un bebé puede interferir en la lactancia, ya que succionar el pecho no es igual que succionar el chupete.

La American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría) recomienda esperar para introducir un chupete hasta que la lactancia esté bien establecida, generalmente de tres a cuatro semanas después del nacimiento. Una vez que tu bebé se haya acostumbrado a una rutina de lactancia, ten en cuenta que chupar un chupete a la hora de dormir puede reducir el riesgo de síndrome de muerte infantil súbita.

Evalúa tu éxito

Cuando el bebé se esté alimentando correctamente, sentirás una suave sensación de tirantez en tu pecho, más que una sensación de presión o mordida en el pezón.

Es posible que sientas los senos firmes o llenos antes de dar de mamar, y después, más suaves o vacíos. Intenta que tu bebé aumente de peso de forma constante una vez que te baje la leche, que produzca al menos seis pañales mojados al día y que esté satisfecho entre las tomas. Las heces del bebé se volverán amarillas, con aspecto de semillas y blandas.

Cuida tus pezones

Luego de amamantar, es bueno dejar que la leche se seque sola en tu pezón. La leche puede aliviar tus pezones. Si estás apurada, seca el pezón con palmaditas suaves. Si entre cada alimentación, tus pechos despiden leche, utiliza discos absorbentes, y cámbialos regularmente.

A la hora de bañarte, reduce la cantidad de jabón, champú y otros limpiadores que pueden entrar en contacto con tus pezones. Si tienes los pezones secos o partidos, utiliza lanolina purificada (tales como Lansinoh o Tender Care Lanolin) luego de alimentar al bebé. Esto ayuda a aliviar los pezones agrietados, y a que los pezones mantengan la humedad natural.

Elige un estilo de vida saludable

El estilo de vida que llevas mientras estás amamantando es tan importante como el estilo de vida que llevabas mientras estabas embarazada. Por ejemplo:

  • Seguir una dieta saludable. Sigue los principios de alimentación saludable para mantener tu energía, como comer muchas frutas, verduras y cereales integrales. Además, tu proveedor de atención médica te puede recomendar el consumo diario de un suplemento multivitamínico.
  • Beber mucho líquido. El agua, los jugos y la leche pueden ayudarte a mantenerte hidratada. También se considera bueno consumir cantidades moderadas de cafeína; sin embargo, reduce estas cantidades si crees que tanta cafeína no deja que el bebé duerma bien. Si tomas alguna bebida alcohólica, evita amamantar durante las dos horas posteriores.
  • Descansar el mayor tiempo posible. Si puedes hacerlo, duerme mientras el bebé duerme.
  • No fumar. Fumar mientras estás amamantando expone al bebé a la nicotina, lo que a veces provoca que el bebé no descanse bien. Tu bebé también podría correr el riesgo de tener una quemadura de cigarrillo si fumas cerca. Además, el humo ambiental aumenta el riesgo de síndrome de muerte infantil súbita, así como las enfermedades respiratorias.
  • Tener cuidado con los medicamentos. Existen muchos medicamentos que se pueden tomar mientras se está amamantando. Sin embargo, es preferible que tu proveedor de atención médica te autorice a hacerlo primero. Si tienes una afección de salud crónica, consulta a tu proveedor de atención médica para saber si puedes amamantar a tu bebé.

También pregúntale al médico si tu bebé necesita suplementos de vitamina D, especialmente si estás amamantando exclusivamente. La leche materna a veces no contiene suficiente vitamina D, que ayuda a que el bebé absorba el calcio y el fósforo, nutrientes necesarios para desarrollar huesos fuertes.

Dale tiempo

No te desanimes si la lactancia se hace más complicada de lo que pensabas. Alimentar a un recién nacido cada unas horas puede ser agotador. Solo recuerda que cuanto más seguido amamantes a tu hijo, más leche producirán tus mamas, y más natural se hará la tarea de la lactancia.

Si necesitas ayuda, consulta con un médico especialista en lactancia o con el médico de tu bebé, especialmente si te duelen las mamas cada vez que alimentas al bebé o si la criatura no aumenta de peso. Si bien los pezones van a estar sensibles las primeras semanas, amamantar no debe producir dolor. Si no consultaste a un médico especialista en lactancia, pídele al médico de tu bebé que te remita o consulta en el departamento de obstetricia de un hospital local.

Last Updated Jul 29, 2021


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