Quebradura de pierna

Perspectiva general

Una fractura de pierna es una quebradura o fisura en uno de los huesos de la pierna. Entre las causas comunes, se incluyen caídas, accidentes automovilísticos y lesiones deportivas.

El tratamiento de una fractura de pierna depende del lugar y de la gravedad de la lesión. Una fractura de pierna grave puede requerir clavos y placas metálicas para mantener unidos los fragmentos. Las fracturas menos graves pueden tratarse con un yeso o una férula. En todos los casos, el diagnóstico y el tratamiento inmediatos son fundamentales para una recuperación completa.

Síntomas

El hueso del muslo (fémur) es el más fuerte del cuerpo. Suele ser evidente cuando se fractura el fémur porque se necesita mucha fuerza para romperlo. Sin embargo, una fractura en la tibia o en el hueso que se encuentra junto a la tibia (peroné) puede ser menos evidente.

Los signos y síntomas de una fractura en la pierna pueden incluir los siguientes:

  • Dolor intenso, que puede empeorar con el movimiento
  • Hinchazón
  • Sensibilidad
  • Moretones
  • Deformidad evidente o acortamiento de la pierna afectada
  • Incapacidad de caminar

Los niños pequeños que se fracturan una pierna pueden empezar a cojear o simplemente podrían dejar de caminar, aunque no puedan explicar por qué lo hacen.

Cuándo debes consultar con un médico

Busca atención médica de inmediato si tú o tu hijo presentan algún signo o síntoma de una fractura en la pierna. Un retraso en el diagnóstico y el tratamiento puede provocar problemas más adelante, como una mala recuperación.

Busca atención médica de emergencia en caso de una fractura en la pierna provocada por un traumatismo de alto impacto, como un accidente de automóvil o motocicleta. Las fracturas del fémur son lesiones graves que pueden poner en riesgo la vida y requieren servicios médicos de urgencia para ayudar a proteger la zona contra mayores daños, así como para que se te transfiera de forma segura al hospital local.

Causas

Las causas de una fractura de pierna pueden ser las siguientes:

  • Caídas. Una caída simple puede fracturar uno de los huesos inferiores de la pierna o ambos. Por lo general, se necesita un impacto mucho mayor para fracturar el hueso del muslo (fémur).
  • Accidentes automovilísticos. En un accidente automovilístico, pueden quebrarse los tres huesos de la pierna. Las fracturas pueden producirse cuando, en una colisión, las rodillas se atascan contra el panel de instrumentos o cuando las partes dañadas del auto golpean las piernas.
  • Lesiones deportivas. Si extiendes la pierna más allá de sus límites naturales durante los deportes de contacto, puedes quebrártela. Puede suceder lo mismo con una caída o un golpe directo, por ejemplo, con un palo de hockey o el cuerpo de un oponente.
  • Maltrato infantil. En los niños, una pierna quebrada puede ser el resultado del maltrato infantil, especialmente cuando se produce una lesión antes de que el niño pueda caminar.
  • Uso excesivo. Las fracturas por sobrecarga son fisuras pequeñas que se producen en los huesos que soportan el peso del cuerpo, entre ellos, la tibia. Usualmente, las fracturas por sobrecarga se deben a la fuerza repetitiva o el uso excesivo, tal como correr grandes distancias. Pero pueden producirse con el uso normal de un hueso que ha sido debilitado por una afección, como la osteoporosis.

Factores de riesgo

A menudo, las fracturas por sobrecarga se producen como consecuencia de la sobrecarga repetitiva en los huesos de las piernas por actividades físicas, como las siguientes:

  • Correr
  • Ballet
  • Básquetbol
  • Caminar

Los deportes de contacto, como el hockey y el fútbol americano, también pueden suponer un riesgo de golpes directos en las piernas que pueden ocasionar fracturas.

Las fracturas por sobrecarga que no son ocasionadas por la práctica de un deporte son más frecuentes en las personas que tienen lo siguiente:

  • Menor densidad ósea (osteoporosis)
  • Diabetes
  • Artritis reumatoide

Complicaciones

Las complicaciones de una fractura de pierna pueden incluir:

  • Dolor en la rodilla o el tobillo. La fractura de un hueso de la pierna puede producir dolor en la rodilla o el tobillo.
  • Infección ósea (osteomielitis). Una fractura de hueso que atraviesa la piel y causa una herida se llama fractura abierta. Si tienes una fractura abierta, el hueso puede estar expuesto a gérmenes que provocan infecciones.
  • Retraso en la consolidación del hueso o consolidación deficiente. Es posible que una fractura grave de pierna no se consolide rápidamente ni de manera total. Esto es particularmente común en una fractura abierta de la tibia debido al menor flujo de sangre hacia este hueso.
  • Daños en los nervios o en los vasos sanguíneos. Las fracturas de pierna pueden dañar los nervios y vasos sanguíneos cercanos. Si notas entumecimiento, piel pálida o problemas de circulación, busca atención médica inmediata.
  • Síndrome compartimental. Esta afección causa dolor, hinchazón y, en ocasiones, discapacidad en los músculos que están cerca del hueso fracturado. Esta es una complicación poco habitual que es más frecuente en las lesiones de alto impacto, como las que se producen en un accidente de automóvil o motocicleta.
  • Artritis. Las fracturas que se extienden a la articulación y la mala alineación del hueso pueden causar artrosis años después. Si la pierna comienza a dolerte mucho después de una fractura, programa una cita con el proveedor de atención médica para que te evalúe.
  • Longitud desigual de las piernas. Los huesos largos del niño crecen desde los extremos de los huesos, en zonas blandas llamadas “cartílagos de crecimiento”. Si una fractura atraviesa un cartílago de crecimiento, con el tiempo esa extremidad podría acortarse o alargarse más que la extremidad contraria.

Prevención

No siempre se puede prevenir una fractura de pierna. Sin embargo, estos consejos básicos pueden reducir el riesgo:

  • Desarrolla fuerza en los huesos. Los alimentos ricos en calcio, como la leche, el yogur y el queso, pueden ayudar a fortalecer los huesos. Un suplemento de calcio o de vitamina D también puede mejorar la fuerza ósea. Pregunta al proveedor de atención médica si estos suplementos son convenientes para ti.
  • Usa un buen calzado deportivo. Elige un buen calzado para practicar tus actividades o deportes favoritos. Y reemplaza el calzado deportivo con frecuencia. Desecha el calzado en cuanto se gasten las marcas de la suela o el talón, o si presentan un desgaste irregular.
  • Haz entrenamientos cruzados. Alternar actividades puede prevenir las fracturas por sobrecarga. Alterna entre correr, nadar o andar en bicicleta. Si corres por una pista empinada en un espacio cerrado, alterna la dirección del recorrido para igualar la carga sobre el esqueleto.

Diagnóstico

Durante el examen físico, el proveedor de atención médica inspeccionará la zona afectada para detectar sensibilidad, hinchazón, deformidad o una herida abierta.

Generalmente, los rayos X pueden identificar el lugar de la fractura y determinar la extensión de la lesión a cualquier articulación adyacente. En algunas ocasiones, se necesita una tomografía computarizada o una resonancia magnética para obtener imágenes más detalladas. Por ejemplo, es posible que necesites una tomografía computarizada o una resonancia magnética ante la sospecha de una fractura por sobrecarga, ya que los rayos X no suelen revelar esta lesión.

Tratamiento

El tratamiento de una fractura de pierna variará según el tipo y la ubicación de la fractura. Las fracturas por sobrecarga pueden requerir solo reposo e inmovilización, mientras que otros tipos de fractura pueden requerir cirugía para una recuperación óptima. Las fracturas se clasifican en una o más de las siguientes categorías:

  • Fractura abierta. En este tipo de fractura, el hueso fracturado atraviesa la piel. Esta es una afección grave que requiere tratamiento inmediato para disminuir las probabilidades de una infección.
  • Fractura cerrada. En las fracturas cerradas, la piel que rodea la fractura permanece intacta.
  • Fractura incompleta. Este término significa que el hueso tiene una fisura, pero no se ha separado en dos partes.
  • Fractura completa. En las fracturas completas, el hueso se quiebra en dos o más partes.
  • Fractura desplazada. En este tipo de fractura, los fragmentos óseos a cada lado de la fractura no están alineados. Una fractura desplazada puede requerir cirugía para volver a alinear los huesos de manera correcta.
  • Fractura de tallo verde. En este tipo de fractura, el hueso se fisura, pero no se quiebra completamente, como cuando intentas romper una rama verde de un árbol. Es más probable que las fracturas de tallo verde ocurran en los niños, porque sus huesos son más blandos y más flexibles que los de un adulto.

Reducción de la fractura

En general, el tratamiento de una pierna fracturada comienza en una sala de emergencias o una clínica de urgencias. Aquí, los proveedores de atención médica generalmente evalúan la lesión e inmovilizan la pierna con una férula. Si tienes una fractura desplazada, es posible que, antes de colocar una férula, el equipo de atención médica deba manipular los fragmentos de hueso para que regresen a sus posiciones correctas; este proceso se denomina reducción. Algunas fracturas se inmovilizan con una férula primero para permitir que la hinchazón disminuya. Luego, una vez que la hinchazón disminuye, se coloca un yeso.

Inmovilización

Para que un hueso roto se cure adecuadamente, se debe restringir el movimiento. Suele utilizarse una férula o un yeso para inmovilizar el hueso roto. Y puede ser que, durante al menos 6 semanas, tengas que usar muletas o un bastón para no cargar peso sobre la pierna afectada.

Medicamentos

Los analgésicos, como el acetaminofén (Tylenol y otros) o el ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros), o una combinación de ambos, pueden aliviar el dolor y la inflamación. Si sientes dolor intenso, el proveedor de atención médica podría recetarte analgésicos más potentes.

Terapias

Una vez retirado el yeso o la férula, es probable que necesites ejercicios de rehabilitación o fisioterapia para reducir la rigidez y recuperar el movimiento en la pierna lesionada. Dado que no moviste la pierna por un tiempo, puede que incluso tengas rigidez y debilidad muscular en áreas no lesionadas. La rehabilitación puede ayudar, pero la recuperación completa de lesiones graves puede llevar varios meses, o incluso más.

Cirugía y otros procedimientos

La inmovilización con un yeso o una férula cura la mayoría de las fracturas. Sin embargo, es posible que necesites una cirugía para implantar placas, varillas o tornillos para mantener la posición correcta de los huesos mientras la fractura se consolida. Este tipo de cirugía es más probable en personas que tienen lo siguiente:

  • Fracturas múltiples
  • Fractura inestable o desplazada
  • Fragmentos de hueso sueltos que podrían ingresar en una articulación
  • Daño en los ligamentos circundantes
  • Fracturas que se extienden a una articulación
  • Fracturas causadas por aplastamiento en un accidente

Algunas lesiones se tratan con un armazón metálico fuera de la pierna que se sujeta al hueso con clavos. Este dispositivo proporciona estabilidad durante el proceso de recuperación y por lo general se retira después de aproximadamente 6 a 8 semanas. Existe riesgo de infección alrededor de los clavos quirúrgicos.

Preparación antes de la cita

Según la gravedad de la fractura, el proveedor de atención médica puede recomendarte que consultes a un cirujano ortopédico para que evalúe el cuadro.

Qué puedes hacer

Te recomendamos que hagas una lista que incluya lo siguiente:

  • Descripciones detalladas de los síntomas y la causa de la lesión
  • Información sobre problemas de salud anteriores
  • Todos los medicamentos y suplementos alimentarios que toman tú o tu hijo
  • Preguntas que quieras hacerle al proveedor de atención médica

En el caso de una quebradura de pierna, algunas preguntas básicas para hacerle a tu proveedor de atención médica son las siguientes:

  • ¿Qué tipo de pruebas se necesitan?
  • ¿Cuál es el mejor plan de acción?
  • ¿Se necesita cirugía?
  • ¿Cuáles son las alternativas al tratamiento primario que me indica?
  • ¿Qué restricciones se deben seguir?
  • ¿Debería consultar a un especialista?
  • ¿Qué analgésicos recomienda?

No dudes en hacer otras preguntas que tengas.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica te haga preguntas, como las siguientes:

  • ¿Cómo y cuándo se produjo la lesión?
  • ¿Había otras lesiones o zonas con dolor?
  • ¿Has tenido fracturas o tienes antecedentes de osteoporosis?
  • ¿Sentiste entumecimiento, hormigueo o pérdida de sensibilidad en la zona lesionada?
  • ¿Pudiste levantarte o caminar y soportar peso sobre la pierna después de la lesión?
  • ¿Cuál es la intensidad del dolor de la lesión?
  • ¿Hay algo que parezca aliviar el dolor?
  • ¿Hay algo que parezca empeorar el dolor?

Cuando se trata de lesiones en niños, la evaluación suele incluir preguntas de rutina para descartar inquietudes sobre lesiones intencionales o abuso infantil.

Last Updated Aug 11, 2022


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