El bebé rechaza la lactancia: ¿por qué no quieren que los amamanten?

Muchos factores pueden desencadenar que un bebé rechace la lactancia: que el bebé rechace repentinamente la lactancia durante un período de tiempo después de haber amamantado sin problemas durante meses. Normalmente, el bebé está tratando de decirte que algo no está del todo bien.

Pero un rechazo a la lactancia no significa necesariamente que tu bebé esté listo para terminar la lactancia. El rechazo del bebé a la lactancia suele durar poco tiempo.

Causas de un rechazo a la lactancia

Las causas comunes de un rechazo a la lactancia incluyen las siguientes:

  • Dolor o molestia. La dentición, la candidiasis oral o un herpes labial pueden causar dolor en la boca durante la lactancia. Una infección de oído puede causar dolor al succionar o al acostarse de lado. Además, una lesión o dolor por una vacuna pueden causar molestias en una posición determinada durante la lactancia.
  • Enfermedad. Un resfriado o la congestión nasal pueden dificultar la respiración del bebé durante la lactancia.
  • Estrés o distracción. El exceso de estimulación, el retraso en la alimentación o una separación prolongada de ti pueden causar irritabilidad y dificultad para la lactancia. Una reacción enérgica tuya a una mordida durante la lactancia podría tener el mismo efecto. A veces, un bebé simplemente está demasiado distraído para la lactancia.
  • Aromas o sabores inusuales. Los cambios en tu olor debido a un nuevo jabón, perfume, loción o desodorante pueden hacer que tu bebé pierda interés en la lactancia. Los cambios en el sabor de la leche materna, causados por lo que comes, un medicamento, la menstruación u otro embarazo, también pueden desencadenar que el bebé rechace la lactancia.
  • Reducción del suministro de leche. Suplementar al bebé con fórmula o que este use demasiado el chupete podría reducir tu suministro de leche.

Cómo controlar un rechazo a la lactancia

Un rechazo a la lactancia puede ser una situación incómoda para ti y tu bebé. Podrías sentirte rechazada y frustrada. No te sientas mal, no es tu culpa.

Para evitar la congestión y mantener el suministro de leche, extráete leche con la misma frecuencia con la que solías amamantar a tu bebé. Puedes alimentar a tu bebé con la leche extraída usando una cuchara, un gotero o un biberón. También podrías hacer lo siguiente:

  • Seguir intentándolo. Si tu bebé está frustrado, para y vuelve a intentarlo más tarde. Puedes intentar alimentar a tu bebé cuando tenga mucho sueño.
  • Cambiar de posición. Prueba diferentes posiciones para amamantar. Si tu bebé está congestionado, podría ayudar usar un dispositivo para aspirarle la nariz antes de alimentarlo.
  • Lidiar con las distracciones. Intenta alimentar a tu bebé en una habitación tranquila y sin distracciones.
  • Abrazar a tu bebé. El contacto de piel con piel entre tú y tu bebé podría reanudar el interés del bebé en la lactancia. Fíjate si tu bebé se agarra al pecho mientras toman un baño caliente juntos.
  • Abordar los problemas de mordeduras. Si tu bebé te muerde cuando lo amamantas, mantén la calma y mete el dedo en la boca del bebé para interrumpir rápidamente la succión.
  • Evalúa cambios en tu rutina. Piensa en cualquier cambio en tu rutina que pueda estar alterando a tu bebé. ¿Estás estresada? ¿Estás tomando algún nuevo medicamento? ¿Tu alimentación ha cambiado? ¿Estás usando un nuevo perfume o un jabón perfumado? ¿Podrías estar embarazada? Concéntrate en cuidar de ti misma.

Si un rechazo a la lactancia dura más de unos pocos días, si tu bebé moja menos pañales de lo habitual o si te preocupa la dificultad de tu bebé para lactar, consulta al médico de tu bebé.

Last Updated Jun 11, 2022


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