Infecciones de la COVID-19 según la raza: ¿qué hay detrás de las disparidades de salud?

En general, las minorías raciales y étnicas en los Estados Unidos tuvieron mayores tasas de infección, hospitalización y muerte por el virus de la COVID-19 que las personas de piel blanca no hispanas. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), los indígenas norteamericanos no hispanos o nativos de Alaska tienen 2,7 veces más de probabilidades de necesitar una hospitalización por la COVID-19 que las personas de piel blanca no hispanas. Tanto las personas de piel negra o afroamericanas no hispanas como las hispanas tienen casi el doble de posibilidades de necesitar una hospitalización por la COVID-19 que las personas de piel blanca no hispanas.

Entre los posibles factores se encuentran los siguientes:

  • Racismo. Cuando el tratamiento injusto por razones de raza forma parte de una cultura, puede influir en los problemas de salud. La discriminación afecta todos los aspectos de la salud, y empieza por el entorno de la persona. Además, puede afectar el acceso de una persona a un proveedor de atención médica, un diagnóstico correcto o un tratamiento.
  • Otras enfermedades. El estrés de lidiar con la discriminación racial puede afectar al cuerpo. Este tipo de estrés se ha asociado con enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes, presión arterial alta y enfermedades renales o hepáticas. Cualquiera de estas enfermedades puede aumentar el riesgo de enfermar gravemente por la COVID-19.
  • Tipo de trabajo. Tener un trabajo que se considera esencial, que no pueda hacerse de manera remota o que implique la interacción con gente puede aumentar la exposición al virus de la COVID-19 y el riesgo de contagio. En los Estados Unidos en 2018, alrededor del 20 % de los hombres hispanos o de piel negra, que estaban empleados, trabajaba en la industria de servicios, en comparación con un 13 % de hombres asiáticos americanos o no hispanos de piel blanca. Las estadísticas laborales de 2018 mostraron que las personas de piel negra constituían casi el 36 % de los trabajadores en enfermería. Sin embargo, las personas de piel negra solo conformaban el 12 % de la población de trabajadores en 2018.
  • Ubicación. El lugar donde viven las personas y sus convivientes puede hacer que sea más complicado evitar contagiarse con la COVID-19 y generar dificultades en el acceso al tratamiento. Las personas que forman parte de minorías raciales y étnicas podrían tener más probabilidades de vivir en casas con muchos familiares de diferentes edades. Es más probable que vivan en condiciones de hacinamiento y zonas densamente pobladas, como la ciudad de Nueva York. Debido a esto, puede que les resulte difícil mantener el distanciamiento de los demás.
  • Acceso a la atención médica. Los miembros de minorías raciales y étnicas tienen más probabilidades de enfrentarse a obstáculos a la hora de recibir atención médica. Por ejemplo, algunas personas pueden no tener seguro médico o no les pagan cuando faltan al trabajo para recibir atención médica. Según la U.S. Census Bureau (Oficina del Censo de los Estados Unidos), en 2020, alrededor del 5 % de las personas de piel blanca no hispanas no tenían seguro. La tasa era casi del 18 % para las personas hispanas y del 10 % para las de piel negra.

Además, las investigaciones demuestran que las personas que no son de piel blanca suelen verse más afectadas por las emergencias de salud pública, como el huracán Katrina.

La pandemia de la COVID-19 pone de relieve la necesidad de promover la salud y el bienestar de los miembros de minorías raciales y étnicas.

Last Updated Oct 6, 2022


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