Cocina saludable
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¿Un día festivo perfecto? ¡Olvídalo!
Añadir grandes preparaciones a tus demandas diarias habituales, como ir de compras, hornear y recibir gente en la casa, puede quitarles la alegría a las fiestas. En vez de esto, considera la posibilidad de recortar algunas cosas. Concéntrate en las tradiciones que más disfrutas de las fiestas y omite el resto. Acepta las imperfecciones en ti mismo y en los demás. Recibe la temporada de fiestas con paz y buen ánimo.
¿Te atemoriza una reunión familiar para celebrar un día festivo?
La tensión familiar suele ser mucha durante la temporada de las fiestas. Velo como un momento para dejar de lado las diferencias. Trata de aceptar a tus seres queridos tal como son, aunque no cumplan con todas tus expectativas. Sé comprensivo si otros se molestan o se angustian cuando algo sale mal. Lo más probable es que también estén sintiendo los efectos del estrés de las fiestas.
Los días festivos no tienen que dejarte en bancarrota
Antes de que comience la temporada de compras para las fiestas, decide cuánto puedes gastar. Si no dispones de mucho dinero, prueba estas alternativas: Sugiere hacer un sorteo para un intercambio de regalos entre familiares. Regala tarjetas que ofrezcan una comida casera o una noche de cuidado de niños. Dona productos enlatados a un banco de alimentos local en lugar de regalos. Recuerda, lo mejor de la temporada de las fiestas rara vez viene envuelto en una caja. Los recuerdos atesorados son los regalos que perduran.
Aprende a decir que no y disfruta de las fiestas
Las fiestas pueden ser un momento estresante, por la cantidad de eventos y obligaciones adicionales. Escoge tus compromisos con prudencia. Decir sí cuando debes decir no puede dejarte resentido y abrumado. Los amigos y la familia entenderán si no puedes participar de todas las actividades. Si no es posible decir que no cuando tu jefe te pide que trabajes horas extras, trata de eliminar algo más de tu agenda para compensar el tiempo perdido.
¿Qué son los azúcares añadidos?
Las bebidas como los refrescos y las bebidas de frutas son una fuente importante de azúcar añadida en la dieta de los Estados Unidos. Los azúcares añadidos aportan calorías a tu dieta, pero no nutrientes esenciales. Las pautas dietéticas recomiendan limitar los azúcares añadidos a menos del 10 por ciento de las calorías totales. Eso son 200 calorías para una dieta de 2000 calorías al día. Ten en cuenta que una lata de 12 onzas (355 ml) de refresco tiene más de 100 calorías provenientes de azúcares añadidos.
Come más de estos nutrientes clave
La dieta tradicional de un estadounidense es baja en fibras, vitamina D, calcio, hierro y potasio. Por esta razón, aparecen en la etiqueta de información nutricional para alentar a los estadounidenses a que elijan alimentos ricos en estos importantes nutrientes.
No pierdas la cabeza por el agua de coco
El agua de coco es el líquido transparente dentro del coco. Debido a que tiene electrolitos naturales, como potasio, sodio y manganeso, es popular para la rehidratación después del ejercicio. Pero el agua de coco contiene calorías, lo que significa que el agua pura sigue siendo la mejor opción para una bebida después del ejercicio.
¿Es la sal marina más saludable que la sal de mesa?
A pesar de que la sal marina suele anunciarse como un tipo de sal más saludable, tiene el mismo valor nutritivo básico que la sal de mesa. De hecho, la sal marina y la sal de mesa contienen cantidades comparables de sodio en peso. Las principales diferencias entre la sal marina y la sal de mesa están en su sabor, textura y procesamiento. Cualquiera que sea el tipo de sal que te guste comer, hazlo con moderación. Las pautas alimentarias para los estadounidenses recomiendan limitar el sodio a menos de 2300 miligramos al día.
Los jugos no sustituyen a los alimentos integrales
Los jugos de frutas y verduras frescas producen un líquido que contiene la mayoría de las vitaminas, minerales y fitonutrientes que se encuentran en la fruta o verdura entera. Sin embargo, la fibra saludable se pierde durante la mayoría de los jugos. Así que asegúrate de que tu dieta también incluya una variedad de frutas y verduras enteras.
El poder del pensamiento positivo
Los pensamientos negativos pueden alimentar el pesimismo y crear estrés innecesario. Puedes aprender a convertir los pensamientos negativos en pensamientos positivos. El proceso es simple, pero lleva tiempo y práctica. Comienza siguiendo una regla simple: No te digas nada a ti mismo que no les dirías a los demás. Detente y evalúa lo que estás pensando a lo largo del día. Si tienes un pensamiento negativo, evalúalo de manera racional y responde con afirmaciones sobre lo que tienes de bueno.
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