Principios básicos de la condición física
Learning Center
¿El zinc es útil para curar un resfriado?
No hay un dictamen definitivo al respecto debido a que muchos estudios sobre el zinc son deficientes, tanto aquellos que lo consideran beneficiosos como los que no. En estudios con resultados positivos, las pastillas o los jarabes de zinc parecieron acortar el resfriado en un día y resultaron más eficaces al administrarse dentro de las 24 horas del comienzo de los síntomas. Tomar las pastillas de zinc con las comidas puede reducir los efectos secundarios, como el sabor desagradable y las náuseas. No obstante, no uses aerosoles nasales de zinc, que pueden dañar el sentido del olfato de forma permanente.
¿Estás demasiado enfermo para hacer ejercicio?
El resfriado común no tiene por qué ser un impedimento. En general, puedes hacer ejercicios leves a moderados si presentas síntomas por encima del cuello, como goteo de la nariz, congestión nasal, estornudos o dolor de garganta leve. Sin embargo, si presentas síntomas por debajo del cuello, como acumulación de flemas en los bronquios, tos áspera o malestar estomacal, retrasa el entrenamiento. Tampoco hagas ejercicio si tienes fiebre, fatiga, dolores generalizados en los músculos o una enfermedad contagiosa.
¿Sin dolor no hay gloria? ¡De ninguna manera!
A la hora de hacer ejercicio, el famoso dicho «Sin dolor no hay gloria» no es un buen consejo. El ejercicio no debería doler. A lo sumo, puedes sentir un poco de dolor muscular cuando practicas una actividad o un entrenamiento nuevo. Si sientes dolor, mareos, náuseas o falta de aire durante el ejercicio, detente. Es posible que te estés esforzando demasiado.
Estrés y dolores de cabeza: Detén el ciclo
El estrés puede provocarte dolor de cabeza, y un dolor de cabeza realmente puede estresarte. De cualquier manera, puedes disminuir el dolor con estos consejos para mantener el estrés bajo control: 1. Simplifica. Pregúntate qué es lo que realmente debe hacerse y qué puede dejarse de lado. 2. Delega. Revisa tu lista de tareas pendientes y delega lo que puedas. 3. Ríete. Mantener una actitud positiva con humor es una excelente manera de aliviar el estrés. 4. Relájate. Cuando sientas que los músculos comienzan a tensarse, respira profundamente. Concéntrate en inhalar y exhalar lenta y profundamente durante al menos 10 minutos. 5. Haz ejercicio. El ejercicio regular proporciona un descanso saludable del estrés de la vida diaria.
Estar en forma: tómalo con calma
Cuando se trata del ejercicio, establece un objetivo que lograr. Comienza con metas sencillas y luego avanza hacia objetivos de mayor alcance. Recuerda establecer metas realistas y alcanzables. Es fácil frustrarse y darse por vencido si las metas son demasiado ambiciosas. Si hace tiempo que no te ejercitas, una meta a corto plazo puede ser caminar durante 10 minutos, 5 días a la semana. Una meta intermedia puede ser caminar durante 30 minutos, 5 días a la semana. Un objetivo a largo plazo puede ser completar una caminata de 5 kilómetros.
¿La actividad física es una obligación? ¡Ya no más!
Es más probable que adhieras a un programa de ejercicios si te diviertes. Si no disfrutas de tus entrenamientos, prueba algo diferente. Únete a una liga de volley o de softball. Toma una clase de bailes de salón. Cambia tus zapatillas por un traje de baño. Recuerda, el ejercicio no tiene por qué ser monótono.
¿Haces ejercicio regularmente? ¡Lleva un registro de tu progreso!
Si haces ejercicio con regularidad, felicitaciones. Sigue así. Llevar un diario de ejercicios puede ayudar. Registra lo que hiciste durante cada sesión de ejercicio, el tiempo ejercitado y cómo te sentiste después. Hacer un seguimiento de tus esfuerzos puede ser un buen recordatorio de que estás progresando constantemente hacia tus objetivos de acondicionamiento físico.
¿Hiciste ejercicio hoy? ¡Recompénsate!
Después de hacer ejercicio, tómate unos minutos para disfrutar de las sensaciones agradables te que produce. Reflexiona sobre lo que acabas de lograr. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a que te comprometas a largo plazo con el ejercicio regular. Las recompensas externas también pueden ser útiles. Cuando alcances una meta de mayor alcance, regálate un nuevo par de calzado deportivo o canciones nuevas para disfrutar mientras te ejercitas.
¿Faltaste a un entrenamiento? ¡No te rindas!
Si estás demasiado ocupado para ejercitarte o simplemente no tienes ganas de hacerlo, tómate uno o dos días de descanso. Si necesitas un descanso, sé considerado contigo mismo. Después de todo, es bueno ser flexible. Lo importante es que vuelvas a tu rutina en cuanto puedas.
¿No te alcanza el presupuesto para hacer ejercicio? ¡Elige lo económico!
¿Son demasiado costosos la membresía de un gimnasio o el equipo de ejercicio en el hogar? Considera opciones más económicas para ponerte en forma. Puedes basar un programa de acondicionamiento físico en caminatas diarias enérgicas a modo de ejercicio aeróbico y flexiones de brazos o sentadillas para el fortalecimiento muscular. O prueba comprar algunas pesas de mano o bandas de resistencia económicas. Consulta al departamento de recreación local para ver si ofrecen clases de acondicionamiento físico con descuento.