Principios básicos de la condición física
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¿La actividad física es una obligación? ¡Ya no más!
Es más probable que adhieras a un programa de ejercicios si te diviertes. Si no disfrutas de tus entrenamientos, prueba algo diferente. Únete a una liga de volley o de softball. Toma una clase de bailes de salón. Cambia tus zapatillas por un traje de baño. Recuerda, el ejercicio no tiene por qué ser monótono.
¿Necesitas motivación para hacer ejercicio? Prueba llevar un diario
¿Has comenzado un programa de entrenamiento? ¡Bien por ti! Registra tus esfuerzos para realizar un seguimiento del progreso hacia tus metas. Después de cada entrenamiento, registra estos elementos: 1. La fecha. 2. Tu actividad (natación, levantamiento de pesas, voleibol). 3. Cuánto tiempo hiciste ejercicio. 4. Cómo te sentiste después. Tener una crónica de tu mejora puede ser una gran fuente de motivación.
¿Necesitas un gimnasio para estar en forma?
No necesitas inscribirte en un gimnasio para ponerte en forma. Puedes incluir la actividad física en tu vida diaria al hacer cosas que disfrutes fuera del gimnasio. Juega al básquet, anda en bicicleta o camina alrededor del parque. Levanta algunas pesas de mano mientras miras tu programa de televisión favorito. Usa las escaleras en el trabajo o cuando vayas de compras. O toma una clase de actividad física en tu comunidad.
¿No te alcanza el presupuesto para hacer ejercicio? ¡Elige lo económico!
¿Son demasiado costosos la membresía de un gimnasio o el equipo de ejercicio en el hogar? Considera opciones más económicas para ponerte en forma. Puedes basar un programa de acondicionamiento físico en caminatas diarias enérgicas a modo de ejercicio aeróbico y flexiones de brazos o sentadillas para el fortalecimiento muscular. O prueba comprar algunas pesas de mano o bandas de resistencia económicas. Consulta al departamento de recreación local para ver si ofrecen clases de acondicionamiento físico con descuento.
¿Sin dolor no hay gloria? ¡De ninguna manera!
A la hora de hacer ejercicio, el famoso dicho «Sin dolor no hay gloria» no es un buen consejo. El ejercicio no debería doler. A lo sumo, puedes sentir un poco de dolor muscular cuando practicas una actividad o un entrenamiento nuevo. Si sientes dolor, mareos, náuseas o falta de aire durante el ejercicio, detente. Es posible que te estés esforzando demasiado.
¿Tienes que subir? Usa las escaleras
Incorpora un poco más de actividad en tu día evitando el ascensor cuando puedas. Comienza tomando las escaleras cada vez que subas o bajes un piso. Luego, aumenta gradualmente la distancia hasta llegar a tres o cuatro pisos, o más. Mejor aún, haz que subir escaleras sea un entrenamiento en sí.
¿Una cita para hacer ejercicio? ¡Claro que sí!
Si te cuesta hacerte tiempo para ejercitarte, usa tu agenda. Programa la actividad física como programarías una reunión importante o una cita médica. Reserva el horario en tu calendario y cúmplelo. Hacerte tiempo para un entrenamiento completo es excelente, pero los períodos de ejercicio más breves también cuentan.
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