Principios básicos de la condición física
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¿Una cita para hacer ejercicio? ¡Claro que sí!
Si te cuesta hacerte tiempo para ejercitarte, usa tu agenda. Programa la actividad física como programarías una reunión importante o una cita médica. Reserva el horario en tu calendario y cúmplelo. Hacerte tiempo para un entrenamiento completo es excelente, pero los períodos de ejercicio más breves también cuentan.
¿Tienes un testamento en vida?
Las situaciones que ponen en riesgo la vida pueden ocurrirle a cualquiera, por lo que es importante tener un testamento en vida u otra directriz médica anticipada. Estos documentos detallan tus preferencias con respecto a los tratamientos médicos que desearías recibir o no para mantenerte con vida. También puedes describir tus preferencias para otras decisiones médicas, como el control del dolor o la donación de órganos. Si planificas con anticipación, puedes obtener los cuidados médicos que deseas y evitar que tu familia tenga que tomar decisiones difíciles en una crisis.
¿Tienes que subir? Usa las escaleras
Incorpora un poco más de actividad en tu día evitando el ascensor cuando puedas. Comienza tomando las escaleras cada vez que subas o bajes un piso. Luego, aumenta gradualmente la distancia hasta llegar a tres o cuatro pisos, o más. Mejor aún, haz que subir escaleras sea un entrenamiento en sí.
¿Tienes preguntas sobre sexo? Habla con tu médico
La salud tiene mucha repercusión en la vida sexual, y viceversa. No sientas vergüenza por hablar de sexo con el médico. El médico puede ser una fuente confiable de información sobre salud sexual. Puede ayudarte a controlar afecciones crónicas y a administrar los medicamentos que afectan la vida sexual. El médico puede ayudarte a entender cómo puede cambiar la actividad sexual a lo largo de la vida.
¿Sin dolor no hay gloria? ¡De ninguna manera!
A la hora de hacer ejercicio, el famoso dicho «Sin dolor no hay gloria» no es un buen consejo. El ejercicio no debería doler. A lo sumo, puedes sentir un poco de dolor muscular cuando practicas una actividad o un entrenamiento nuevo. Si sientes dolor, mareos, náuseas o falta de aire durante el ejercicio, detente. Es posible que te estés esforzando demasiado.
¿No te alcanza el presupuesto para hacer ejercicio? ¡Elige lo económico!
¿Son demasiado costosos la membresía de un gimnasio o el equipo de ejercicio en el hogar? Considera opciones más económicas para ponerte en forma. Puedes basar un programa de acondicionamiento físico en caminatas diarias enérgicas a modo de ejercicio aeróbico y flexiones de brazos o sentadillas para el fortalecimiento muscular. O prueba comprar algunas pesas de mano o bandas de resistencia económicas. Consulta al departamento de recreación local para ver si ofrecen clases de acondicionamiento físico con descuento.
¿Necesitas un gimnasio para estar en forma?
No necesitas inscribirte en un gimnasio para ponerte en forma. Puedes incluir la actividad física en tu vida diaria al hacer cosas que disfrutes fuera del gimnasio. Juega al básquet, anda en bicicleta o camina alrededor del parque. Levanta algunas pesas de mano mientras miras tu programa de televisión favorito. Usa las escaleras en el trabajo o cuando vayas de compras. O toma una clase de actividad física en tu comunidad.
¿Necesitas motivación para hacer ejercicio? Prueba llevar un diario
¿Has comenzado un programa de entrenamiento? ¡Bien por ti! Registra tus esfuerzos para realizar un seguimiento del progreso hacia tus metas. Después de cada entrenamiento, registra estos elementos: 1. La fecha. 2. Tu actividad (natación, levantamiento de pesas, voleibol). 3. Cuánto tiempo hiciste ejercicio. 4. Cómo te sentiste después. Tener una crónica de tu mejora puede ser una gran fuente de motivación.
¿La actividad física es una obligación? ¡Ya no más!
Es más probable que adhieras a un programa de ejercicios si te diviertes. Si no disfrutas de tus entrenamientos, prueba algo diferente. Únete a una liga de volley o de softball. Toma una clase de bailes de salón. Cambia tus zapatillas por un traje de baño. Recuerda, el ejercicio no tiene por qué ser monótono.
¿Hiciste ejercicio hoy? ¡Recompénsate!
Después de hacer ejercicio, tómate unos minutos para disfrutar de las sensaciones agradables te que produce. Reflexiona sobre lo que acabas de lograr. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a que te comprometas a largo plazo con el ejercicio regular. Las recompensas externas también pueden ser útiles. Cuando alcances una meta de mayor alcance, regálate un nuevo par de calzado deportivo o canciones nuevas para disfrutar mientras te ejercitas.
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