Principios básicos de la condición física
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¿Tienes piel morena o negra? Usa protector solar
Las personas con piel morena o negra aun así necesitan ponerse protector solar. La creencia de que las personas a las que no se les quema la piel fácilmente no necesitan ponerse protector solar es un mito. Independientemente del color de tu piel, la energía solar penetra profundamente en la piel. Eso causa un daño que, a la larga, puede provocar cáncer de piel. Si pasas tiempo al aire libre durante el día, necesitas usar protector solar.
Consejos para comprar protector solar
Cuando compres productos de protección solar, la marca no es lo más importante, sino cómo uses el producto. Busca un factor de protección solar (FPS) resistente al agua de amplio espectro de, al menos, 30. Verifica la fecha de vencimiento del protector solar. Además, busca un protector solar que te guste. Si te es indiferente, es poco probable que lo uses de forma constante.
Haz que el dolor de espalda desaparezca
El dolor de espalda es una dolencia común. En la mayoría de los casos, puedes tomar medidas para prevenir el dolor de espalda. Prueba lo siguiente: 1. Haz ejercicio regularmente. 2. Adopta una buena postura. 3. Usa técnicas de levantamiento adecuadas. 4. Siéntate en sillas en las que puedas apoyar la parte baja de la espalda. 5. Mantén un peso saludable.
Consejos sobre el bronceado sin sol
¿Quieres evitar que las palmas de las manos, las rodillas y los codos te queden anaranjados cuando uses productos de bronceado sin sol? Antes de aplicar un producto de bronceado sin sol, usa un paño para exfoliar, especialmente en áreas con piel gruesa como las rodillas y los codos. Esto ayudará a eliminar el exceso de células muertas de la piel. Aplica el bronceador en el cuerpo por secciones. Lávate las manos con jabón después de cada sección para evitar que se decoloren las palmas de las manos. Las rodillas, los codos y los tobillos tienden a absorber mayor cantidad de producto de bronceado sin sol. Para diluir el efecto de bronceado en estas zonas, frótalas suavemente con una toalla húmeda.
Estar en forma: tómalo con calma
Cuando se trata del ejercicio, establece un objetivo que lograr. Comienza con metas sencillas y luego avanza hacia objetivos de mayor alcance. Recuerda establecer metas realistas y alcanzables. Es fácil frustrarse y darse por vencido si las metas son demasiado ambiciosas. Si hace tiempo que no te ejercitas, una meta a corto plazo puede ser caminar durante 10 minutos, 5 días a la semana. Una meta intermedia puede ser caminar durante 30 minutos, 5 días a la semana. Un objetivo a largo plazo puede ser completar una caminata de 5 kilómetros.
¿La actividad física es una obligación? ¡Ya no más!
Es más probable que adhieras a un programa de ejercicios si te diviertes. Si no disfrutas de tus entrenamientos, prueba algo diferente. Únete a una liga de volley o de softball. Toma una clase de bailes de salón. Cambia tus zapatillas por un traje de baño. Recuerda, el ejercicio no tiene por qué ser monótono.
¿Haces ejercicio regularmente? ¡Lleva un registro de tu progreso!
Si haces ejercicio con regularidad, felicitaciones. Sigue así. Llevar un diario de ejercicios puede ayudar. Registra lo que hiciste durante cada sesión de ejercicio, el tiempo ejercitado y cómo te sentiste después. Hacer un seguimiento de tus esfuerzos puede ser un buen recordatorio de que estás progresando constantemente hacia tus objetivos de acondicionamiento físico.
¿Hiciste ejercicio hoy? ¡Recompénsate!
Después de hacer ejercicio, tómate unos minutos para disfrutar de las sensaciones agradables te que produce. Reflexiona sobre lo que acabas de lograr. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a que te comprometas a largo plazo con el ejercicio regular. Las recompensas externas también pueden ser útiles. Cuando alcances una meta de mayor alcance, regálate un nuevo par de calzado deportivo o canciones nuevas para disfrutar mientras te ejercitas.
¿Faltaste a un entrenamiento? ¡No te rindas!
Si estás demasiado ocupado para ejercitarte o simplemente no tienes ganas de hacerlo, tómate uno o dos días de descanso. Si necesitas un descanso, sé considerado contigo mismo. Después de todo, es bueno ser flexible. Lo importante es que vuelvas a tu rutina en cuanto puedas.
¿No te alcanza el presupuesto para hacer ejercicio? ¡Elige lo económico!
¿Son demasiado costosos la membresía de un gimnasio o el equipo de ejercicio en el hogar? Considera opciones más económicas para ponerte en forma. Puedes basar un programa de acondicionamiento físico en caminatas diarias enérgicas a modo de ejercicio aeróbico y flexiones de brazos o sentadillas para el fortalecimiento muscular. O prueba comprar algunas pesas de mano o bandas de resistencia económicas. Consulta al departamento de recreación local para ver si ofrecen clases de acondicionamiento físico con descuento.
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