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¿El zinc es útil para curar un resfriado?
No hay un dictamen definitivo al respecto debido a que muchos estudios sobre el zinc son deficientes, tanto aquellos que lo consideran beneficiosos como los que no. En estudios con resultados positivos, las pastillas o los jarabes de zinc parecieron acortar el resfriado en un día y resultaron más eficaces al administrarse dentro de las 24 horas del comienzo de los síntomas. Tomar las pastillas de zinc con las comidas puede reducir los efectos secundarios, como el sabor desagradable y las náuseas. No obstante, no uses aerosoles nasales de zinc, que pueden dañar el sentido del olfato de forma permanente.
Adelgazamiento: quita la comida de tu mente
¿Los pensamientos y los sentimientos acerca de los alimentos se interponen en tu camino de aprender hábitos alimentarios saludables? Prueba con estos cinco pasos: 1. Conoce tus hábitos. Durante algunas semanas, anota qué, cuándo y por qué comes. Fíjate si surge algún patrón. 2. Aleja la tentación. No tengas en tu casa alimentos que te reconfortan si te resultan irresistibles. 3. Date un gusto de vez en cuando para ayudar a controlar los antojos. 4. No te rindas. Es de esperar que tengas una recaída ocasional. Vuelve a subirte al tren.
Estrés y dolores de cabeza: Detén el ciclo
El estrés puede provocarte dolor de cabeza, y un dolor de cabeza realmente puede estresarte. De cualquier manera, puedes disminuir el dolor con estos consejos para mantener el estrés bajo control: 1. Simplifica. Pregúntate qué es lo que realmente debe hacerse y qué puede dejarse de lado. 2. Delega. Revisa tu lista de tareas pendientes y delega lo que puedas. 3. Ríete. Mantener una actitud positiva con humor es una excelente manera de aliviar el estrés. 4. Relájate. Cuando sientas que los músculos comienzan a tensarse, respira profundamente. Concéntrate en inhalar y exhalar lenta y profundamente durante al menos 10 minutos. 5. Haz ejercicio. El ejercicio regular proporciona un descanso saludable del estrés de la vida diaria.
El ánimo y la comida: cómo romper el vínculo
¿Comes cuando no tienes hambre? Es posible que comas como respuesta al estrés o al aburrimiento. Presta atención a cuándo comes y cómo te sientes. ¿Tu hambre es física o emocional? Si comiste hace solo unas horas y el estómago no te hace ruido, es probable que no tengas hambre. Dale tiempo al antojo hasta que pase. Distráete y opta por un comportamiento más saludable. Da un paseo, escucha música o llama a un amigo.
¿Bebes suficiente agua?
No uses solo la sed como guía para saber cuándo beber. Para cuando tengas sed, es posible que ya estés un poco deshidratado. Para evitar la deshidratación, bebe mucho líquido y come alimentos con alto contenido de agua, como frutas y vegetales. Aumenta el consumo de líquido cuando el tiempo esté caluroso, especialmente si trabajas o haces ejercicio al aire libre. El vómito o la diarrea pueden aumentar el riesgo de deshidratación, particularmente en los niños pequeños. Los adultos mayores que toman medicamentos que aumentan la micción también corren mayor riesgo.
¿Tienes piel morena o negra? Usa protector solar
Las personas con piel morena o negra aun así necesitan ponerse protector solar. La creencia de que las personas a las que no se les quema la piel fácilmente no necesitan ponerse protector solar es un mito. Independientemente del color de tu piel, la energía solar penetra profundamente en la piel. Eso causa un daño que, a la larga, puede provocar cáncer de piel. Si pasas tiempo al aire libre durante el día, necesitas usar protector solar.
¿Hiciste ejercicio hoy? ¡Recompénsate!
Después de hacer ejercicio, tómate unos minutos para disfrutar de las sensaciones agradables te que produce. Reflexiona sobre lo que acabas de lograr. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a que te comprometas a largo plazo con el ejercicio regular. Las recompensas externas también pueden ser útiles. Cuando alcances una meta de mayor alcance, regálate un nuevo par de calzado deportivo o canciones nuevas para disfrutar mientras te ejercitas.
Control de la postura: ¿te paras erguido?
Una buena postura evita la presión en las articulaciones y los músculos, lo que puede prevenir molestias y dolores. ¿Qué es una buena postura? Mientras estés parado, mantén el pecho elevado y los hombros relajados hacia atrás. Intenta no inclinar la cabeza hacia adelante, hacia atrás ni hacia los costados. Contrae el abdomen y los glúteos. Asegúrate de que las rodillas estén relajadas y no trabadas. Mantén los pies paralelos y distribuye el peso de manera pareja en ambos pies.
Sustitutos de grasas trans: no tan buenos
¿Evitas las grasas trans? Muy bien. Pero el hecho de que un alimento esté libre de grasas trans no significa que automáticamente sea bueno para ti. Algunos sustitutos de grasas trans, como el aceite de coco y de palma, contienen mucha grasa saturada. Un poco de grasa saturada está bien, pero una cantidad excesiva aumenta el colesterol malo. La grasa monoinsaturada, la que se encuentra en los aceites de oliva, maní y canola, es una opción más saludable.
El poder del pensamiento positivo
Los pensamientos negativos pueden alimentar el pesimismo y crear estrés innecesario. Puedes aprender a convertir los pensamientos negativos en pensamientos positivos. El proceso es simple, pero lleva tiempo y práctica. Comienza siguiendo una regla simple: No te digas nada a ti mismo que no les dirías a los demás. Detente y evalúa lo que estás pensando a lo largo del día. Si tienes un pensamiento negativo, evalúalo de manera racional y responde con afirmaciones sobre lo que tienes de bueno.
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