Principios básicos de la condición física
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Consejo para estar en forma: incluye a tus amigos
Hacer ejercicio no tiene que ser una tarea fastidiosa. Además, no tienes que hacerlo solo. Inscríbete en una clase de actividad física grupal o únete a un equipo de sóftbol, fútbol o vóleibol. Haz ejercicio con un amigo en un gimnasio o en un club deportivo. Crea un grupo para salir a caminar con amigos y vecinos.
Crea un gimnasio en casa sin romper la alcancía
¿Quieres hacer ejercicio en casa? Compra productos de bajo costo en una tienda local de artículos deportivos o de acondicionamiento físico, como mancuernas y bandas de resistencia. Si prefieres no gastar ni un centavo en equipos de ejercicio, usa elementos que tengas en tu casa, como una escalera para el entrenamiento con escalones. Prueba con flexiones de brazos y sentadillas. Reúne a amigos o vecinos para dar paseos regulares en grupo. Planifica rutas por el vecindario.
Estar en forma supone mucho más que quedar exhausto
Cuando se trata de hacer actividad física, quedar extenuado después de hacer ejercicios aeróbicos como correr, andar en bicicleta o nadar no es lo único importante. Un programa de ejercicios equilibrado y adecuado incluye cinco elementos clave: actividad física aeróbica, fortalecimiento muscular, ejercicios para fortalecer la zona media, entrenamiento del equilibrio y ejercicios de flexibilidad y estiramiento. Si no estás poniendo en práctica estos cinco elementos, es hora de combinar tu rutina.
Estar en forma: tómalo con calma
Cuando se trata del ejercicio, establece un objetivo que lograr. Comienza con metas sencillas y luego avanza hacia objetivos de mayor alcance. Recuerda establecer metas realistas y alcanzables. Es fácil frustrarse y darse por vencido si las metas son demasiado ambiciosas. Si hace tiempo que no te ejercitas, una meta a corto plazo puede ser caminar durante 10 minutos, 5 días a la semana. Una meta intermedia puede ser caminar durante 30 minutos, 5 días a la semana. Un objetivo a largo plazo puede ser completar una caminata de 5 kilómetros.
Obstáculos para estar en forma: supéralos
No es fácil mantener una rutina de ejercicios regular. Pero puedes hacerlo. ¿No tienes tiempo? Divide el ejercicio en partes pequeñas o cuenta las actividades diarias, por ejemplo, subir y bajar las escaleras, como parte de tu programa de actividad física. ¿Te preocupa lesionarte? Tómalo con calma. Comienza caminando. ¿Es demasiado costoso? Entrena en casa en lugar de hacerlo en un gimnasio. ¿Te sientes desanimado? Recuerda tus logros pasados. ¿Te aburre? Entrena con amigos o familiares.
¿Estás demasiado enfermo para hacer ejercicio?
El resfriado común no tiene por qué ser un impedimento. En general, puedes hacer ejercicios leves a moderados si presentas síntomas por encima del cuello, como goteo de la nariz, congestión nasal, estornudos o dolor de garganta leve. Sin embargo, si presentas síntomas por debajo del cuello, como acumulación de flemas en los bronquios, tos áspera o malestar estomacal, retrasa el entrenamiento. Tampoco hagas ejercicio si tienes fiebre, fatiga, dolores generalizados en los músculos o una enfermedad contagiosa.
¿Estás listo para hacer ejercicio?
Seguro, estás ocupado. Es difícil encontrar el tiempo para hacer actividad física todos los días. Sin embargo, prepararse para hacer ejercicio puede marcar una diferencia. Pon la ropa para hacer ejercicio, incluso los calcetines, sobre la cómoda. Llena el refrigerador con botellas de agua. Deja el calzado deportivo y los calcetines en el automóvil, para poder caminar un poco durante las prácticas o los ensayos de tu hijo o mientras haces tiempo para encontrarte con un amigo para cenar.
¿Faltaste a un entrenamiento? ¡No te rindas!
Si estás demasiado ocupado para ejercitarte o simplemente no tienes ganas de hacerlo, tómate uno o dos días de descanso. Si necesitas un descanso, sé considerado contigo mismo. Después de todo, es bueno ser flexible. Lo importante es que vuelvas a tu rutina en cuanto puedas.
¿Haces ejercicio regularmente? ¡Lleva un registro de tu progreso!
Si haces ejercicio con regularidad, felicitaciones. Sigue así. Llevar un diario de ejercicios puede ayudar. Registra lo que hiciste durante cada sesión de ejercicio, el tiempo ejercitado y cómo te sentiste después. Hacer un seguimiento de tus esfuerzos puede ser un buen recordatorio de que estás progresando constantemente hacia tus objetivos de acondicionamiento físico.
¿Hiciste ejercicio hoy? ¡Recompénsate!
Después de hacer ejercicio, tómate unos minutos para disfrutar de las sensaciones agradables te que produce. Reflexiona sobre lo que acabas de lograr. Este tipo de recompensa interna puede ayudarte a que te comprometas a largo plazo con el ejercicio regular. Las recompensas externas también pueden ser útiles. Cuando alcances una meta de mayor alcance, regálate un nuevo par de calzado deportivo o canciones nuevas para disfrutar mientras te ejercitas.
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