Cáncer

Perspectiva general

El cáncer se refiere a cualquiera de un gran número de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales que se dividen sin control y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal. A menudo, el cáncer tiene la capacidad de propagarse por el cuerpo.

El cáncer es la segunda causa principal de muerte en el mundo. Sin embargo, las tasas de supervivencia están aumentando en el caso de muchos tipos de cáncer, gracias a los avances en los exámenes de detección, los tratamientos y la prevención.

Síntomas

Los signos y síntomas causados por el cáncer varían según la parte del cuerpo afectada.

Algunos signos y síntomas generales asociados con el cáncer, pero no específicos de esta enfermedad, son los siguientes:

  • Fatiga
  • Bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la piel
  • Cambios de peso, como aumentos o pérdidas de peso no intencionales
  • Cambios en la piel, como pigmentación amarillenta, oscurecimiento o enrojecimiento de la piel, llagas que no se curan o cambios en los lunares existentes
  • Cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los intestinos
  • Tos persistente o dificultad para respirar
  • Dificultad para tragar
  • Ronquera
  • Indigestión persistente o malestar después de comer
  • Dolor muscular o articular persistente, sin causa aparente
  • Fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sin causa aparente
  • Sangrado o hematomas sin causa aparente

Cuándo debes consultar a un médico

Solicita una cita con el médico si presentas síntomas o signos persistentes que te preocupen.

Si no tienes signos o síntomas, pero te preocupa el riesgo de padecer cáncer, habla con el médico al respecto. Pregunta qué procedimientos y exámenes de detección del cáncer son adecuados para ti.

Causas

El cáncer es ocasionado por cambios (mutaciones) en el ADN dentro de las células. El ADN que hay en una célula está dentro de un gran número de genes, cada uno de los cuales contiene un grupo de instrucciones que le indica a la célula qué funciones realizar, y cómo crecer y dividirse. Los errores en las instrucciones pueden provocar que la célula detenga su función normal y se convierta en una célula cancerosa.

¿Qué hacen las mutaciones genéticas?

Una mutación genética puede indicarle a una célula sana que haga lo siguiente:

  • Que permita un crecimiento acelerado. Una mutación genética puede indicarle a una célula que crezca y se divida con mayor rapidez. De esta forma, se crean muchas células nuevas que tienen la misma mutación.
  • Que no detenga el crecimiento descontrolado de las células. Las células normales saben cuándo detener el crecimiento para que tengas la cantidad adecuada de cada tipo de célula. Las células cancerosas pierden los controles (genes supresores de tumores) que les indican cuándo detener el crecimiento. Una mutación en un gen supresor de tumores permite que las células cancerosas continúen creciendo y acumulándose.
  • Que cometa errores al reparar errores en el ADN. Los genes de reparación del ADN buscan errores en el ADN de las células y los corrigen. Una mutación en un gen de reparación del ADN puede implicar que no se corrijan otros errores, lo que transforma a las células en cancerosas.

Estas mutaciones son las que se encuentran con mayor frecuencia en el cáncer. Sin embargo, hay muchas otras mutaciones genéticas que pueden contribuir a provocar cáncer.

¿Qué causa las mutaciones genéticas?

Las mutaciones genéticas pueden ocurrir por diversas razones, por ejemplo, las siguientes:

  • Mutaciones genéticas de nacimiento. Es posible que nazcas con una mutación genética que heredas de tus padres. Este tipo de mutación representa un pequeño porcentaje de casos de cáncer.
  • Mutaciones genéticas que ocurren después del nacimiento. La mayoría de las mutaciones genéticas ocurren después del nacimiento y no son hereditarias. Existen diversos factores que pueden ocasionar las mutaciones genéticas, entre ellos, fumar, la radiación, los virus, las sustancias químicas que producen cáncer (agentes cancerígenos), la obesidad, las hormonas, la inflamación crónica y la falta de ejercicio.

Las mutaciones genéticas ocurren con frecuencia durante el desarrollo normal de las células. Sin embargo, las células contienen un mecanismo que reconoce cuando ocurre un error y lo repara. Ocasionalmente, se pasa por alto un error. Esto podría ocasionar que una célula se convierta en cancerosa.

¿Cómo interactúan entre sí las mutaciones genéticas?

Las mutaciones genéticas de nacimiento y las que se adquieren a lo largo de la vida trabajan juntas para provocar cáncer.

Por ejemplo, si heredas una mutación genética que te predispone al cáncer, eso no implica con certeza que vayas a tener cáncer. En cambio, es posible que sean necesarias una o más mutaciones genéticas para provocar cáncer. Es posible que la mutación genética hereditaria te haga más propenso que otras personas a padecer cáncer cuando te expongas a determinadas sustancias que lo provocan.

No queda claro cuántas mutaciones deben acumularse para que se forme cáncer. Es probable que esto varíe entre los diferentes tipos de cáncer.

Factores de riesgo

Si bien los médicos tienen una idea de lo que puede aumentar el riesgo de cáncer, la mayoría de los casos de cáncer ocurren en personas que no tienen factores de riesgo conocidos. Entre los factores conocidos que aumentan el riesgo de cáncer, se incluyen los siguientes:

La edad

El cáncer puede tardar décadas en manifestarse. Es por eso que la mayoría de las personas con diagnóstico de cáncer tienen 65 años o más. Si bien es más común en los adultos mayores, el cáncer no es una enfermedad exclusivamente de adultos, sino que puede diagnosticarse a cualquier edad.

Los hábitos

Se sabe que algunos estilos de vida aumentan el riesgo de padecer cáncer. Fumar, beber más de una copa de alcohol por día en el caso de las mujeres y hasta dos copas por día en el caso de los hombres, la exposición excesiva al sol o las quemaduras por el sol frecuentes con ampollas, tener obesidad y tener sexo sin protección pueden contribuir a causar cáncer.

Puedes cambiar estos hábitos para disminuir el riesgo de padecer cáncer, aunque algunos hábitos son más fáciles de cambiar que otros.

Tus antecedentes familiares

Solo una pequeña parte de los casos de cáncer se debe a una afección hereditaria. Si el cáncer es frecuente en tu familia, es posible que haya mutaciones que pasen de una generación a la siguiente. Puedes ser un candidato para análisis genéticos a fin de determinar si tienes mutaciones hereditarias que puedan aumentar el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer. Ten en cuenta que una mutación genética hereditaria no necesariamente significa que tendrás cáncer.

Tus afecciones médicas

Algunas afecciones médicas crónicas, como la colitis ulcerosa, pueden aumentar notablemente el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Habla con el médico sobre tus riesgos.

El entorno

Es posible que el ambiente que te rodea contenga sustancias químicas perjudiciales que pueden aumentar el riesgo de cáncer. Aunque no fumes, puedes inhalar humo de segunda mano si estás en un lugar donde las personas fuman o si vives con un fumador. Las sustancias químicas en casa o en el lugar de trabajo, como el amianto y el benceno, también se asocian con un mayor riesgo de cáncer.

Complicaciones

El cáncer y su tratamiento pueden causar varias complicaciones, incluidas las siguientes:

  • Dolor. El dolor puede deberse al cáncer o al tratamiento oncológico, aunque no todos los tipos de cáncer son dolorosos. Los medicamentos y otros métodos pueden tratar con eficacia el dolor relacionado con el cáncer.
  • Fatiga. En las personas con cáncer, la fatiga tiene muchas causas, pero a menudo puede controlarse. La fatiga relacionada con los tratamientos de quimioterapia o radioterapia es común, pero, por lo general, también temporal.
  • Dificultad para respirar. El cáncer o el tratamiento oncológico pueden causar una sensación de falta de aire. Esta sensación se puede aliviar con tratamientos.
  • Náuseas. Ciertos tipos de cáncer y tratamientos oncológicos pueden causar náuseas. A veces, el médico puede predecir si es probable que el tratamiento cause náuseas. Los medicamentos y otros tratamientos pueden ayudar a prevenir o disminuir las náuseas.
  • Diarrea o estreñimiento. El cáncer y el tratamiento oncológico pueden afectar los intestinos y causar diarrea o estreñimiento.
  • Pérdida de peso. El cáncer y el tratamiento oncológico pueden provocar la pérdida de peso. El cáncer les quita alimento a las células normales y las priva de nutrientes. Por lo general, esto no se ve afectado por la cantidad de calorías o el tipo de alimentos que se ingiere, y es difícil de tratar. En la mayoría de los casos, la nutrición artificial mediante sondas que se insertan en el estómago o en una vena no ayuda a mejorar la pérdida de peso.
  • Cambios químicos en el cuerpo. El cáncer puede desestabilizar el equilibrio químico normal del cuerpo y aumentar el riesgo de sufrir complicaciones graves. Los signos y síntomas de los desequilibrios químicos pueden incluir sed excesiva, micción frecuente, estreñimiento y confusión.
  • Problemas cerebrales y del sistema nervioso. El cáncer puede ejercer presión sobre nervios cercanos y causar dolor y pérdida de las funciones de una parte del cuerpo. El cáncer que afecta el cerebro puede causar dolores de cabeza y signos y síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, como debilidad de un lado del cuerpo.
  • Reacciones inusuales del sistema inmunitario al cáncer. En algunos casos, el sistema inmunitario del cuerpo puede reaccionar a la presencia de cáncer atacando células sanas. Estas reacciones muy poco frecuentes, llamadas síndrome paraneoplásico, pueden dar lugar a una variedad de signos y síntomas, como dificultad para caminar y convulsiones.
  • Cáncer que se propaga. A medida que el cáncer avanza, se puede propagar (metastatizar) a otras partes del cuerpo. El lugar de propagación del cáncer depende del tipo de cáncer.
  • Cáncer que regresa. Las personas que sobreviven al cáncer tienen un riesgo de recurrencia. Algunos tipos de cáncer son más propensos a recurrir que otros. Habla con el médico sobre lo que puedes hacer para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer. Es posible que el médico diseñe un plan de atención de seguimiento para ti después del tratamiento. Este plan puede consistir en exploraciones y exámenes periódicos durante los meses y años posteriores al tratamiento, a fin de detectar la recurrencia del cáncer.

Prevención

Los médicos han identificado varias maneras de reducir el riesgo de padecer cáncer, como las siguientes:

  • Dejar de fumar. Si fumas, deja de hacerlo. Si no fumas, no empieces a hacerlo ahora. Fumar está relacionado con distintos tipos de cáncer, no solo con el cáncer de pulmón. Dejarlo ahora reducirá el riesgo de padecer cáncer en el futuro.
  • Evitar la exposición excesiva al sol. Los rayos ultravioleta (UV) dañinos del sol pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Limita tu exposición al sol quedándote en la sombra, usando ropa de protección y aplicándote protector solar.
  • Seguir una dieta saludable. Elige una dieta rica en frutas y verduras. Elige cereales integrales y proteínas magras. Limita el consumo de carnes procesadas.
  • Hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana. El ejercicio regular está relacionado con un bajo riesgo de cáncer. Intenta hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si no has estado realizando ejercicios con frecuencia, comienza de a poco y aumenta progresivamente hasta llegar a los 30 minutos o más.
  • Mantener un peso saludable. Tener sobrepeso u obesidad incrementa el riesgo de padecer cáncer. Intenta lograr y mantener un peso saludable mediante una combinación de alimentación saludable y ejercicio regular.
  • Beber alcohol con moderación, en caso de que bebas. Si eliges beber alcohol, hazlo con moderación. En los adultos saludables, beber con moderación significa una copa al día en el caso de las mujeres y hasta dos copas al día en el caso de los hombres.
  • Programar exámenes para detectar el cáncer. Habla con el médico acerca de qué tipos de exámenes para la detección del cáncer son los más adecuados para ti en función de tus factores de riesgo.
  • Consultar con el médico sobre las vacunas. Algunos virus aumentan el riesgo de padecer cáncer. Algunas vacunas pueden ayudar a prevenir esos virus, incluido el que causa la hepatitis B, que aumenta el riesgo de cáncer de hígado, y el virus del papiloma humano, que aumenta el riesgo de cáncer del cuello del útero y de otros tipos de cáncer. Pregúntale al médico si las vacunas contra estos virus son adecuadas para ti.

Diagnóstico

Estudios de detección de cáncer

El diagnóstico del cáncer en sus primeras etapas suele ofrecer la mejor oportunidad de curarlo. Con esto en mente, habla con el médico acerca de qué tipos de exámenes para la detección del cáncer son los más adecuados para ti.

Para algunos tipos de cáncer, los estudios muestran que los exámenes de detección pueden salvar vidas, ya que permiten un diagnóstico precoz del cáncer. Para otros tipos de cáncer, se recomiendan exámenes de detección solo en el caso de las personas con mayor riesgo.

Diversas organizaciones médicas y grupos de defensa del paciente tienen recomendaciones y pautas para los exámenes de detección del cáncer. Revisa las diferentes pautas con el médico para que juntos puedan determinar qué es lo mejor para ti según tus propios factores de riesgo de padecer cáncer.

Diagnóstico de cáncer

El médico puede usar uno o más enfoques para diagnosticar el cáncer:

  • Exploración física. El médico puede palpar partes del cuerpo en busca de bultos que indiquen la presencia de cáncer. Durante una exploración física, el médico puede buscar anomalías, como cambios en el color de la piel o el agrandamiento de un órgano, que podrían indicar la presencia de cáncer.
  • Análisis de laboratorio. Los análisis de laboratorio, como los análisis de sangre y orina, pueden ayudar a que el médico identifique anomalías causadas por el cáncer. Por ejemplo, en personas con leucemia, un análisis de sangre común, denominado hemograma completo, puede revelar una cantidad o un tipo inusual de glóbulos blancos.
  • Pruebas por imágenes. Las pruebas por imágenes permiten que el médico examine los huesos y órganos internos de forma no invasiva. Las pruebas por imágenes utilizadas para el diagnóstico del cáncer pueden consistir en tomografías computarizadas, gammagrafías óseas, resonancias magnéticas, tomografías por emisión de positrones, ecografías y radiografías, entre otras.
  • Biopsia. Durante una biopsia, el médico extrae una muestra de células para analizar en el laboratorio. Existen varios modos de extraer una muestra. El procedimiento de biopsia adecuado para ti dependerá del tipo de cáncer y su ubicación. En la mayoría de los casos, la biopsia es la única forma de obtener un diagnóstico definitivo de cáncer.

    En el laboratorio, los médicos observan las muestras de células en el microscopio. Las células normales tienen un aspecto uniforme, con tamaños similares y una organización ordenada. Las células cancerosas tienen un aspecto menos ordenado, con distintos tamaños y sin una organización aparente.

Estadios del cáncer

Una vez diagnosticado, el médico determinará el grado (estadio) del cáncer. El médico utiliza el estadio del cáncer para determinar las opciones de tratamiento y las posibilidades de cura.

Las pruebas y los procedimientos para establecer el estadio comprenden pruebas por imágenes, como gammagrafías óseas o radiografías, para ver si el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo.

Los estadios del cáncer se indican con números del 0 al 4, que se suelen escribir con números romanos del 0 al IV. Los números más altos indican un cáncer más avanzado. En algunos tipos de cáncer, el estadio se indica con letras o palabras.

Tratamiento

Hay muchos tratamientos oncológicos disponibles. Las opciones de tratamiento dependerán de diversos factores, como el tipo y la etapa del cáncer, tu salud general y tus preferencias. Junto con el médico, pueden evaluar los beneficios y riesgos de cada tratamiento oncológico para determinar cuál es el mejor para ti.

Objetivos del tratamiento oncológico

Entre los objetivos de los tratamientos oncológicos se incluyen los siguientes:

  • Como cura. El objetivo del tratamiento es curar el cáncer, lo que te permitirá tener una esperanza de vida normal. Esto podría suceder o no, según tu situación específica.
  • Como tratamiento primario. El objetivo de un tratamiento primario es eliminar por completo el cáncer del cuerpo o matar las células cancerosas.

    Cualquier tratamiento oncológico puede utilizarse como tratamiento primario, pero el tratamiento oncológico primario más frecuente para los tipos de cáncer más habituales es la cirugía. Si tu tipo de cáncer es particularmente sensible a la radioterapia o la quimioterapia, es posible que recibas una de esas terapias como tratamiento primario.

  • Como tratamiento adyuvante. El objetivo de la terapia adyuvante es destruir cualquier célula cancerosa que pueda quedar después del tratamiento primario para reducir la probabilidad de que el cáncer reaparezca.

    Cualquier tratamiento oncológico puede usarse como terapia adyuvante. Las terapias adyuvantes frecuentes incluyen quimioterapia, radioterapia y terapia hormonal.

  • Como tratamiento paliativo. Es posible que los tratamientos paliativos contribuyan a aliviar los efectos secundarios del tratamiento o los signos y síntomas provocados por el cáncer. La cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la terapia hormonal pueden usarse para aliviar los síntomas y controlar la propagación del cáncer cuando no es posible curarlo. Los medicamentos pueden aliviar síntomas como el dolor y la falta de aire.

    El tratamiento paliativo puede usarse al mismo tiempo que otros tratamientos destinados a curar el cáncer.

Tratamientos oncológicos

Los médicos cuentan con diversas herramientas para tratar el cáncer. Las opciones de tratamiento oncológico incluyen las siguientes:

  • Cirugía. El objetivo de la cirugía es extirpar el cáncer por completo o en la mayor medida posible.
  • Quimioterapia. La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas.
  • Radioterapia. La radioterapia utiliza haces de energía de alta potencia, como los rayos X y los protones, para destruir las células cancerosas. La radioterapia puede provenir de una máquina que se encuentra afuera del cuerpo (radioterapia con haz externo) o se puede colocar dentro del cuerpo (braquiterapia).
  • Trasplante de médula ósea. El trasplante de médula ósea también se conoce como trasplante de células madre. La médula ósea es el material que está dentro de los huesos y que produce las células sanguíneas. En un trasplante de médula ósea, se pueden usar tus propias células o las de un donante.

    Un trasplante de médula ósea le permite al médico utilizar dosis más altas de quimioterapia para tratar el cáncer. También se puede utilizar para reemplazar la médula ósea afectada por la enfermedad.

  • Inmunoterapia. La inmunoterapia, también conocida como terapia biológica, usa el sistema inmunitario del organismo para combatir el cáncer. El cáncer puede sobrevivir sin ser detectado en el cuerpo debido a que el sistema inmunitario no lo reconoce como un intruso. La inmunoterapia puede ayudar al sistema inmunitario a detectar el cáncer y atacarlo.
  • Terapia hormonal. Algunos tipos de cáncer se ven potenciados por las hormonas del cuerpo, como el cáncer mamario y el cáncer de próstata. Eliminar esas hormonas del cuerpo o bloquear sus efectos puede detener el crecimiento de las células cancerosas.
  • Tratamiento dirigido con fármacos. Los tratamientos dirigidos con fármacos se enfocan en las anomalías específicas presentes en las células cancerosas que les permiten sobrevivir.
  • Ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son estudios para investigar nuevas formas de tratar el cáncer. Hay miles de ensayos clínicos para el cáncer en marcha.

Según el tipo de cáncer, podría haber otros tratamientos disponibles para ti.

Medicina alternativa

No se ha comprobado que ningún tratamiento oncológico alternativo cure el cáncer. Sin embargo, la medicina alternativa puede ayudarte a afrontar los efectos secundarios del cáncer y del tratamiento oncológico, como la fatiga, las náuseas y el dolor.

Habla con el médico sobre qué opciones de medicina alternativa pueden ofrecerte algún beneficio. El médico también puede decirte si estas terapias son seguras para ti o si pueden interferir en el tratamiento oncológico.

Algunas opciones de medicina alternativa que resultaron útiles para personas con cáncer son las siguientes:

  • Acupuntura
  • Hipnosis
  • Masajes
  • Meditación
  • Técnicas de relajación
  • Yoga

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Un diagnóstico de cáncer puede cambiar tu vida para siempre. Cada persona encuentra su propia manera de lidiar con los cambios emocionales y físicos que trae el cáncer. Pero cuando se te diagnostica cáncer por primera vez, a veces es difícil saber qué hacer a continuación.

Aquí hay algunas ideas para ayudarte a sobrellevar la situación:

  • Infórmate lo suficiente sobre el cáncer para tomar decisiones sobre tus cuidados médicos. Pregúntale a tu médico acerca de tu cáncer, incluidas tus opciones de tratamiento y, si lo deseas, tu pronóstico. Cuanto más te informes sobre el cáncer, más confianza tendrás para tomar decisiones sobre el tratamiento.
  • Mantén la compañía de tus familiares y amigos. Mantenerte cerca de las personas con las que tienes una relación estrecha te ayudará a lidiar con el cáncer. Los familiares y amigos pueden brindar el apoyo práctico que necesitas, como ayudarte a cuidar tu casa si te encuentras en el hospital. Pueden ser un apoyo emocional cuando te sientas abrumado por el cáncer.
  • Busca a alguien con quien hablar. Busca a una persona que sepa escuchar y que esté dispuesta a escucharte hablar sobre tus esperanzas y temores. Puede ser un familiar o un amigo. También podrían resultar útiles el interés y comprensión de un terapeuta, trabajador social médico, miembro de la iglesia o grupo de apoyo para personas con cáncer.

    Pídele al médico que te brinde información acerca de los grupos de apoyo de tu zona. Otras fuentes de información son el Instituto Nacional del Cáncer y la Sociedad Americana contra el Cáncer.

Preparación antes de la cita

Comienza por solicitar una cita con el médico si tienes algún signo o síntoma que te preocupe. Si el médico determina que tienes cáncer, es probable que te remita a uno o más especialistas, tales como los siguientes:

  • Médicos que tratan el cáncer (oncólogos)
  • Médicos que tratan el cáncer con radiación (oncólogos radioterapeutas)
  • Médicos que tratan enfermedades de la sangre y de los tejidos que forman la sangre (hematólogos)
  • Cirujanos

Dado que las citas médicas pueden ser breves y que generalmente hay mucha información que tratar, es una buena idea estar preparado. A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte y a saber qué puedes esperar del médico.

Qué puedes hacer

  • Ten en cuenta cualquier restricción previa a la cita médica. Cuando programes la cita médica, asegúrate de preguntar si hay algo que debas hacer con anticipación, como restringir tu dieta.
  • Anota los síntomas que tengas, incluidos aquellos que quizás no parezcan relacionados con el motivo de la cita médica.
  • Anota la información personal clave, como episodios de estrés importantes o cambios recientes en tu vida.
  • Anota los antecedentes de cáncer de tu familia. Si les han diagnosticado cáncer a otros miembros de tu familia, anota los tipos de cáncer, qué relación tiene cada persona contigo y cuántos años tenía cada persona cuando se lo diagnosticaron.
  • Haz una lista de todos los medicamentos, las vitaminas o los suplementos que tomes.
  • Considera pedirle a un familiar o a un amigo que te acompañe. En ocasiones, puede ser difícil recordar toda la información que se proporciona durante una cita médica. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que pasaste por alto u olvidaste.
  • Escribe las preguntas que quieras hacerle al médico.

Tu tiempo con el médico es limitado; por eso, preparar una lista de preguntas puede ser útil para aprovechar al máximo el tiempo juntos. Organiza tus preguntas de la más importante a la menos importante por si se acaba el tiempo. En el caso del cáncer, entre algunas preguntas básicas para hacerle al médico, se incluyen las siguientes:

  • ¿Qué tipo de cáncer tengo?
  • ¿En qué estado se encuentra el cáncer?
  • ¿Voy a necesitar hacerme otras pruebas?
  • ¿Cuáles son mis opciones de tratamiento?
  • ¿Los tratamientos pueden curar mi cáncer?
  • Si mi cáncer no puede curarse, ¿qué puedo esperar del tratamiento?
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios de cada tratamiento?
  • ¿Hay algún tratamiento que considere mejor para mí?
  • ¿Cuándo debo comenzar el tratamiento?
  • ¿Cómo afectará el tratamiento a mi vida diaria?
  • ¿Puedo continuar trabajando durante el tratamiento?
  • ¿Existen ensayos clínicos o tratamientos experimentales disponibles para mí?
  • Tengo otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas durante mi tratamiento para el cáncer?
  • ¿Debo respetar alguna restricción?
  • ¿Debería consultar a un especialista? ¿Cuánto costará?, ¿lo cubrirá mi seguro?
  • ¿Existe alguna alternativa genérica al medicamento que me está recetando?
  • ¿Hay algún folleto u otro material impreso que pueda llevarme? ¿Qué sitios web me recomienda?
  • ¿Qué determinará si debo programar visitas de seguimiento?

Además de las preguntas que preparaste para hacerle al médico, no dudes en hacer cualquier otra pregunta que se te ocurra.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga varias preguntas. Prepararte para responderlas puede darte tiempo luego para tratar otros puntos que quieras abordar. El médico podría hacerte estas preguntas:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener los síntomas?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
  • ¿Alguien de tu familia tiene cáncer?
  • ¿Tuviste cáncer anteriormente? En ese caso, ¿qué tipo de cáncer era y cómo se trató?
  • ¿Alguna vez estuviste expuesto a productos químicos en tu casa o en el trabajo?
  • ¿Fumas o consumes tabaco?
  • ¿Alguna vez te diagnosticaron una infección por hepatitis o por el virus del papiloma humano?

Last Updated Dec 7, 2022


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