Esclerosis múltiple

Perspectiva general

La esclerosis múltiple es una enfermedad del cerebro y la médula espinal (el sistema nervioso central) que puede provocar discapacidad.

Con la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario ataca la vaina protectora (mielina) que recubre las fibras nerviosas y causa problemas de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Con el tiempo, la enfermedad puede provocar el deterioro o el daño permanentes de las fibras nerviosas.

Los signos y síntomas de la esclerosis múltiple varían mucho en los distintos pacientes y dependen de la ubicación y la gravedad del daño a la fibra nerviosa en el sistema nervioso central. Algunas personas con esclerosis múltiple avanzada pueden perder la capacidad de caminar sin ayuda o por completo. Otras personas pueden tener largos períodos de remisión sin presentar síntomas nuevos, según el tipo de esclerosis múltiple que tengan.

La esclerosis múltiple no tiene cura. No obstante, existen tratamientos que ayudan a acelerar la recuperación de las crisis, cambiar el curso de la enfermedad y controlar los síntomas.

Daño en los nervios

En la esclerosis múltiple, la capa protectora de las fibras nerviosas (mielina) se daña y puede que finalmente se destruya. Según dónde ocurra el daño del nervio, la esclerosis múltiple puede afectar la vista, la sensibilidad, la coordinación, el movimiento y el control de la vejiga o el intestino.

Síntomas

Los signos y síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar mucho según la persona y durante el transcurso de la enfermedad, según la ubicación de las fibras nerviosas afectadas.

Entre los síntomas comunes se incluyen:

  • Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades que se produce comúnmente en un lado del cuerpo a la vez
  • Hormigueo
  • Sensaciones de choques eléctricos que se producen con ciertos movimientos del cuello, en especial, al inclinarlo hacia adelante (signo de Lhermitte)
  • Falta de coordinación
  • Marcha inestable o incapacidad para caminar
  • Pérdida de la visión parcial o completa, por lo general en un ojo a la vez, a menudo con dolor al mover el ojo
  • Visión doble prolongada
  • Visión borrosa
  • Vértigo
  • Problemas con la función sexual, los intestinos y la vejiga
  • Fatiga
  • Habla arrastrada
  • Problemas cognitivos
  • Trastornos del ánimo

Cuándo consultar al médico

See a doctor if you experience any of the above symptoms for unknown reasons.

Evolución de la enfermedad

En la mayoría de las personas con esclerosis múltiple la enfermedad tiene un curso recurrente-remitente. Tienen períodos con síntomas nuevos o recaídas que aparecen durante días o semanas y, por lo general, mejoran en forma parcial o total. Estas recaídas están seguidas de períodos tranquilos de remisión de la enfermedad que pueden durar meses e incluso años.

Los pequeños aumentos en la temperatura corporal pueden empeorar de manera temporal los signos y síntomas de la esclerosis múltiple. Estos no se consideran recaídas de la enfermedad, sino pseudorrecaídas.

Al menos entre el 20 % y el 40 % de las personas que tienen esclerosis múltiple recurrente-remitente quizás finalmente desarrollen una progresión constante de los síntomas, con o sin períodos de remisión, en un plazo de 10 a 20 años a partir de la aparición de la enfermedad. Esto se conoce como esclerosis múltiple secundaria-progresiva.

Si los síntomas empeoran, en general, se convierten en problemas de movilidad y de marcha. La tasa de progresión de la enfermedad varía enormemente entre las personas con esclerosis múltiple secundaria-progresiva.

Algunas personas con esclerosis múltiple presentan un inicio gradual y una progresión constante de los signos y síntomas sin recaídas, lo que se conoce como esclerosis múltiple primaria-progresiva.

Daño en el sistema nervioso relacionado con la EM

En la esclerosis múltiple, la capa protectora de las fibras nerviosas (mielina) del sistema nervioso central está dañada. Esto genera una lesión que, según su ubicación en el sistema nervioso central, puede causar síntomas como entumecimiento, dolor u hormigueo en distintas partes del cuerpo.

Causas

Se desconoce la causa de la esclerosis múltiple. Se considera una enfermedad de origen inmunitaria en la cual el sistema inmunitario del cuerpo ataca a sus propios tejidos. En el caso de la esclerosis múltiple, este mal funcionamiento del sistema inmunitario destruye la sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal (mielina).

La mielina se puede comparar con el aislamiento que recubre los cables eléctricos. Cuando la mielina protectora se daña y la fibra nerviosa queda expuesta, los mensajes enviados a través de esa fibra nerviosa son más lentos o se interrumpen.

No está claro por qué la esclerosis múltiple se manifiesta en algunas personas y en otras no. Parece deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales.

Factores de riesgo

Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de tener esclerosis múltiple:

  • Edad. La esclerosis múltiple puede presentarse a cualquier edad, pero su aparición suele ocurrir entre los 20 y 40 años. Sin embargo, pueden verse afectadas personas de menor y mayor edad.
  • Sexo. Las mujeres tienen de 2 a 3 veces más probabilidades que los hombres de presentar esclerosis múltiple recurrente-remitente.
  • Antecedentes familiares. Si uno de tus padres o hermanos tuvo esclerosis múltiple, el riesgo de que tengas la enfermedad es mayor.
  • Determinadas infecciones. Diversos virus se asocian a la esclerosis múltiple, entre ellos, el de Epstein-Barr, el cual provoca la mononucleosis infecciosa.
  • Raza. Las personas de piel blanca, en especial las de descendencia de Europa del norte, corren un mayor riesgo de tener esclerosis múltiple. Las personas de descendencia asiática, africana o indígena estadounidense corren el menor riesgo. En un estudio reciente, se señala que la cantidad de jóvenes adultos hispanos y de piel negra con esclerosis múltiple puede ser mayor de lo que se pensaba.
  • Clima. La esclerosis múltiple es más frecuente en países con climas templados, entre ellos, Canadá, los estados del norte de los Estados Unidos, Nueva Zelanda, el sureste de Australia y Europa. El mes de nacimiento también puede afectar las probabilidades de desarrollar esclerosis múltiple, ya que la exposición al sol cuando la madre está embarazada parece disminuir el desarrollo posterior de esclerosis múltiple en estos niños.
  • Vitamina D. Tener niveles bajos de vitamina D y una baja exposición a la luz solar se relaciona con un mayor riesgo de esclerosis múltiple.
  • Genética. Se ha demostrado la relación de un gen del cromosoma 6p21 con la esclerosis múltiple.
  • Obesidad. Se encontró una relación entre la obesidad y la esclerosis múltiple en mujeres. Esto se da, sobre todo, en la obesidad infantil y adolescente femenina.
  • Determinadas enfermedades autoinmunitarias. Corres un riesgo levemente mayor de desarrollar esclerosis múltiple si tienes otros trastornos autoinmunitarios, como enfermedad tiroidea, anemia perniciosa, psoriasis, diabetes tipo 1 o enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Fumar. Los fumadores que presentan un síntoma inicial que podría indicar esclerosis múltiple tienen más probabilidades que los no fumadores de presentar un segundo evento que confirme la esclerosis múltiple recurrente-remitente.

Complicaciones

Las personas con esclerosis múltiple también pueden tener:

  • Rigidez muscular o espasmos
  • Debilidad grave o parálisis, por lo general en las piernas
  • Problemas de vejiga, intestino o disfunción sexual
  • Problemas cognitivos, como olvidos recurrentes o dificultad para hallar palabras
  • Trastornos del estado de ánimo, como depresión, ansiedad o cambios de humor
  • Convulsiones, aunque en muy raras ocasiones

Diagnóstico

No hay pruebas específicas para la esclerosis múltiple. En su lugar, el diagnóstico de esclerosis múltiple se basa en descartar otras enfermedades que pueden producir signos y síntomas similares, lo que se denomina "diagnóstico diferencial".

Es probable que el médico comience con una revisión exhaustiva de la historia clínica y una exploración.

Es posible que el médico recomiende lo siguiente:

  • Análisis de sangre, para ayudar a descartar otras enfermedades con síntomas como la esclerosis múltiple. En la actualidad, se están desarrollando pruebas para buscar biomarcadores específicos asociados con la esclerosis múltiple, que también pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad.
  • Punción lumbar, en la que se extrae una pequeña muestra de líquido cefalorraquídeo del canal espinal para su análisis en el laboratorio. Esta muestra puede indicar anomalías en los anticuerpos que se relacionan con la esclerosis múltiple. La punción lumbar también ayuda a descartar infecciones y otras afecciones con síntomas parecidos a los de la esclerosis múltiple. Una nueva prueba de anticuerpos (para cadenas ligeras libres de tipo kappa) puede ser más rápida y menos costosa que las anteriores pruebas de líquido cefalorraquídeo para detectar la esclerosis múltiple.
  • Resonancia magnética, que puede revelar zonas de esclerosis múltiple (lesiones) en el cerebro y en la médula espinal cervical y torácica. Es posible que recibas una inyección intravenosa con un medio de contraste para resaltar las lesiones que indican que la enfermedad está en una fase activa.
  • Pruebas de potenciales evocados, que registran las señales eléctricas producidas por el sistema nervioso en respuesta a determinados estímulos. Una prueba de potenciales evocados puede utilizar estímulos visuales o eléctricos. En estas pruebas, tienes que observar un patrón visual en movimiento, mientras se aplican impulsos eléctricos cortos a los nervios de las piernas o los brazos. Los electrodos miden la rapidez con la que se trasmite la información por las vías nerviosas.
  • En la mayoría de los casos de personas con esclerosis múltiple recurrente-remitente, el diagnóstico es simple y se basa en un patrón de síntomas compatibles con la enfermedad y confirmado mediante exámenes para la obtención de imágenes cerebrales, como una resonancia magnética.

    En personas con síntomas inusuales o una enfermedad progresiva, puede ser más difícil diagnosticar la esclerosis múltiple. En estos casos, tal vez sea necesario realizar más pruebas con análisis de líquido cefalorraquídeo, potenciales evocados e imágenes adicionales.

Examen neurológico que revisa los reflejos de la rodilla

Se necesita un examen neurológico completo y la historia clínica para diagnosticar la EM.

Punción lumbar

Durante una punción lumbar, por lo general, te recuestas de costado con las rodillas flexionadas hacia el pecho. Luego, se inserta una aguja en el canal espinal (en la parte baja de la espalda) para recolectar líquido cefalorraquídeo para analizar.

Lesiones de esclerosis múltiple en el cerebro

Resonancia magnética (IRM) cerebral donde se pueden ver lesiones en sustancia blanca asociadas a esclerosis múltiple.

Tratamiento

La esclerosis múltiple no tiene cura. Por lo general, el tratamiento de la esclerosis múltiple se centra en acelerar la recuperación después de los ataques, reducir las nuevas recaídas clínicas y radiográficas, desacelerar el avance de la enfermedad y tratar los síntomas. Algunas personas tienen síntomas tan leves que el tratamiento no es necesario.

Tratamientos para los ataques de esclerosis múltiple

  • Los corticoides, como la prednisona oral y la metilprednisolona intravenosa, se recetan para reducir la inflamación de los nervios. Los efectos secundarios pueden incluir insomnio, aumento de la presión arterial, aumento de los niveles de glucosa en la sangre, cambios de humor y retención de líquidos.
  • Recambio plasmático (plasmaféresis). La porción líquida de parte de la sangre (plasma) se extrae y se separa de las células sanguíneas. Luego, las células sanguíneas se mezclan con una solución de proteína (albúmina) y se vuelven a introducir en el cuerpo. El recambio plasmático puede usarse si los síntomas son nuevos o graves y no han respondido a los esteroides.

Tratamientos para modificar el avance

Existen varias terapias que modifican la enfermedad (DMT, por sus siglas en inglés) para la esclerosis múltiple recurrente-remitente. Algunas de estas terapias que modifican la enfermedad pueden ser beneficiosas para la esclerosis múltiple secundaria progresiva y hay una disponible para la esclerosis múltiple primaria progresiva.

Gran parte de la respuesta inmunitaria asociada con la esclerosis múltiple se produce en las primeras etapas de la enfermedad. El tratamiento agresivo con estos medicamentos lo antes posible puede disminuir el índice de recaídas, retardar la formación de nuevas lesiones y reducir potencialmente el riesgo de atrofia cerebral y la acumulación de discapacidades.

Muchas de las terapias que modifican la enfermedad y que se utilizan para tratar la esclerosis múltiple conllevan riesgos de salud considerables. La elección de la terapia más adecuada depende de un análisis detallado de varios factores, como la duración y la gravedad de la enfermedad, la eficacia de los tratamientos previos para la esclerosis múltiple, otros problemas de salud, el costo y si eres mujer en edad fértil.

Las opciones de tratamiento para la esclerosis múltiple recurrente-remitente incluyen medicamentos inyectables, por vía oral o en forma de infusiones.

Los tratamientos inyectables incluyen los siguientes:

  • Medicamentos de interferón beta. Estos medicamentos solían ser los que más se recetaban para tratar la esclerosis múltiple. Su trabajo es interferir en el camino de las enfermedades que atacan al cuerpo. Pueden disminuir la inflamación y aumentar el crecimiento de los nervios. Se inyectan debajo de la piel o en un músculo y pueden reducir la frecuencia y la gravedad de las recaídas.

    Los efectos secundarios de los interferones pueden incluir síntomas similares a los de la gripe y reacciones en el sitio de la inyección. Necesitarás análisis de sangre para controlar las enzimas hepáticas porque el daño hepático es uno de los efectos secundarios posibles del uso de interferones. Las personas que toman interferones pueden desarrollar anticuerpos neutralizantes que podrían reducir la eficacia del medicamento.

  • Acetato de glatiramer (Copaxone, Glatopa). Este medicamento puede ayudar a bloquear el ataque del sistema inmunitario a la mielina y debe inyectarse debajo de la piel. Uno de los efectos secundarios puede ser la irritación de la piel en el sitio de la inyección.
  • Anticuerpos monoclonales. El ofatumumab (Kesimpta, Arzerra) ataca a las células que dañan el sistema nervioso. Estas células se llaman linfocitos B. El ofatumumab se administra mediante una inyección subcutánea y puede disminuir tanto las lesiones cerebrales causadas por la esclerosis múltiple como el empeoramiento de los síntomas. Los posibles efectos secundarios incluyen infecciones, reacciones en la zona de inyección y dolores de cabeza.

Los tratamientos por vía oral incluyen los siguientes:

  • Teriflunomida (Aubagio). Este medicamento oral que se toma una vez al día puede reducir el índice de recaídas. La teriflunomida puede producir daño hepático, caída del pelo y otros efectos secundarios. Este medicamento se asocia con defectos de nacimiento cuando lo toman tanto hombres como mujeres. Por lo tanto, debes usar algún método anticonceptivo cuando tomes este medicamento y durante dos años después. Las parejas que deseen un embarazo deben hablar con su médico sobre las formas de acelerar la eliminación del medicamento del cuerpo. Si usas este medicamento, debes hacerte análisis de sangre de forma regular.
  • Dimetilfumarato (Tecfidera). Este medicamento oral que se toma dos veces al día puede reducir las recaídas. Los efectos secundarios pueden comprender enrojecimiento, diarrea, náuseas y reducción del recuento de glóbulos blancos. Si usas este medicamento, debes hacerte análisis de sangre de forma regular.
  • Diroximel fumarato (Vumerity). Esta cápsula que se administra dos veces al día es similar al dimetilfumarato, pero suele causar menos efectos secundarios. Está aprobada para el tratamiento de tipos de esclerosis múltiple recurrentes.
  • La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el fumarato de monometilo (Bafiertam) como un medicamento de liberación prolongada que tiene un efecto lento y constante. Debido al tiempo de liberación, se espera que los efectos secundarios disminuyan. Los posibles efectos secundarios incluyen enrojecimiento, lesiones hepáticas, dolor abdominal e infecciones.
  • Fingolimod (Gilenya). Este medicamento oral que se toma una vez al día reduce el índice de recaídas.

    Necesitarás controlarte la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante seis horas después de la primera dosis porque la frecuencia cardíaca puede disminuir. Otros efectos secundarios incluyen infecciones graves poco frecuentes, dolores de cabeza, hipertensión arterial y visión borrosa.

  • Siponimod (Mayzent). Las investigaciones muestran que este medicamento oral que se toma una vez al día puede reducir el índice de recaídas y ayudar a retrasar la progresión de la esclerosis múltiple. También está aprobado para la esclerosis múltiple secundaria progresiva. Los posibles efectos secundarios comprenden infecciones virales, problemas hepáticos y un recuento bajo de glóbulos blancos. Otros posibles efectos secundarios incluyen cambios en la frecuencia cardíaca, dolores de cabeza y problemas de la vista. El siponimod es perjudicial para el feto en desarrollo, por lo que las mujeres que pueden quedar embarazadas deben usar métodos anticonceptivos cuando tomen este medicamento y durante 10 días después de dejar de tomarlo. Puede que algunas tengan que controlarse la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante seis horas después de la primera dosis. Si usas este medicamento, debes hacerte análisis de sangre de forma regular.
  • Ozanimod (Zeposia). Este medicamento oral reduce el índice de recaídas de la esclerosis múltiple y se administra una vez al día. Los posibles efectos secundarios incluyen presión arterial elevada, infecciones e inflamación del hígado.
  • Ponesimod (Ponvory). Este medicamento oral se toma una vez al día con un esquema de dosificación de aumento progresivo. Tiene un índice bajo de recaídas y ha demostrado una disminución de las lesiones cerebrales mayor en comparación con otros medicamentos usados para tratar la esclerosis múltiple. Los posibles efectos secundarios incluyen infecciones de las vías respiratorias, hipertensión arterial, irritación en el hígado y problemas eléctricos en el corazón que afectan la frecuencia y el ritmo cardíacos.
  • Cladribina (Mavenclad). Este medicamento se receta generalmente como tratamiento de segunda línea para aquellas personas con esclerosis múltiple recurrente-remitente. También se aprobó para la esclerosis múltiple secundaria-progresiva. Se administra en dos series de tratamiento, repartidas en un período de dos semanas, en el curso de dos años. Los efectos secundarios incluyen infecciones de las vías respiratorias superiores, dolores de cabeza, tumores, infecciones graves y reducción de los niveles de glóbulos blancos. Las personas que tienen infecciones crónicas activas o cáncer no deberían tomar este medicamento, ni tampoco las mujeres embarazadas o en período de lactancia. Los hombres y las mujeres deben usar métodos anticonceptivos mientras toman este medicamento y durante los seis meses siguientes. Es posible que necesites hacerte análisis de sangre mientras tomas cladribina.

Los tratamientos de infusión incluyen los siguientes:

  • Natalizumab (Tysabri). Es un anticuerpo monoclonal que, como se ha demostrado, disminuye el índice de recaídas y retrasa el riesgo de discapacidad.

    Este medicamento está diseñado para bloquear el movimiento de células inmunitarias potencialmente nocivas desde el torrente sanguíneo hacia el cerebro y la médula espinal. Puede considerarse como tratamiento de primera línea para algunas personas con esclerosis múltiple grave o como tratamiento de segunda línea para otras.

    Este medicamento aumenta el riesgo de contraer una infección viral potencialmente grave en el cerebro, denominada leucoencefalopatía multifocal progresiva (PML, por sus siglas en inglés), para las personas que tienen anticuerpos contra el virus John Cunningham (virus JC), que es el organismo causante de la enfermedad. Las personas que no tienen los anticuerpos corren un riesgo extremadamente bajo de tener leucoencefalopatía multifocal progresiva.

  • Ocrelizumab (Ocrevus). Este tratamiento reduce el índice de recaídas junto con el riesgo de progresión de la discapacidad en los casos de esclerosis múltiple recurrente-remitente. También disminuye la progresión de la esclerosis múltiple primaria-progresiva.

    Este medicamento de anticuerpos monoclonales humanizados es la única terapia que modifica la enfermedad aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar tanto la esclerosis múltiple recurrente-remitente como la primaria-progresiva. Los ensayos clínicos demostraron que reduce el índice de recaídas de la enfermedad y retrasa el empeoramiento de la discapacidad en ambos casos.

    Un profesional de la salud administra el ocrelizumab mediante una infusión intravenosa. Los efectos secundarios relacionados con la infusión pueden incluir irritación en el sitio de la inyección, presión arterial baja, fiebre y náuseas, entre otros. Es posible que algunas personas no puedan tomar ocrelizumab, incluidas las que tienen una infección por hepatitis B. El ocrelizumab también puede aumentar el riesgo de infecciones y algunos tipos de cáncer, en especial el cáncer de mama.

  • Alemtuzumab (Campath, Lemtrada). Este tratamiento es un anticuerpo monoclonal que disminuye el índice anual de recaídas y presenta beneficios en las resonancias magnéticas (RM).

    Este medicamento ayuda a disminuir las recaídas de esclerosis múltiple atacando a una proteína en la superficie de las células inmunitarias y reduciendo los glóbulos blancos. Este efecto puede limitar la potencial lesión a los nervios producida por los glóbulos blancos. Pero también aumenta el riesgo de contraer infecciones y trastornos autoinmunitarios, incluido un alto riesgo de contraer enfermedades tiroideas autoinmunitarias y enfermedades renales de origen inmunitario poco frecuentes.

    El tratamiento con alemtuzumab supone cinco días consecutivos de infusiones del medicamento, seguidos de otros tres días de infusiones un año más tarde. Las reacciones a la infusión son frecuentes con alemtuzumab.

    El medicamento solo está disponible a través de proveedores de atención médica registrados y las personas que lo utilizan deben estar inscritas en un programa para control de la seguridad de medicamentos especiales. El alemtuzumab suele recomendarse para quienes tienen esclerosis múltiple agresiva o como tratamiento de segunda línea para pacientes a quienes no les funcionó otro medicamento para la esclerosis múltiple.

Descubrimientos recientes o terapias nuevas

El inhibidor de la tirosina quinasa de Bruton (BTK, por sus siglas en inglés) es una terapia nueva en estudio para la esclerosis múltiple recurrente-remitente y la esclerosis múltiple secundaria progresiva. Actúa principalmente modulando los linfocitos B, que son células inmunitarias del sistema nervioso central.

El trasplante de células madre destruye el sistema inmunitario de una persona con esclerosis múltiple y lo reemplaza por células madre sanas trasplantadas. Los investigadores siguen estudiando si esta terapia puede disminuir la inflamación en las personas con esclerosis múltiple y ayudar a "reiniciar" el sistema inmunitario. Los posibles efectos secundarios incluyen fiebre e infecciones.

Los investigadores están obteniendo más información sobre cómo actúan las terapias existentes que modifican la enfermedad para disminuir las recaídas y reducir las lesiones en el cerebro relacionadas con la esclerosis múltiple. Los estudios adicionales determinarán si el tratamiento puede retrasar la discapacidad causada por la enfermedad.

En los casos de esclerosis múltiple primaria progresiva, el ocrelizumab (Ocrevus) es la única terapia que modifica la enfermedad aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Las personas que reciben este tratamiento tienen un poco menos de probabilidades de sufrir una progresión de la enfermedad que las que no reciben tratamiento.

En los casos de esclerosis múltiple secundaria progresiva, se puede considerar el uso de terapias que modifican la enfermedad y están aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos, como ozanimod, siponimod y cladribina, que podrían retrasar la aparición de discapacidades.

Tratamiento de los signos y síntomas de la esclerosis múltiple

  • Terapia. Un terapeuta físico u ocupacional puede enseñarte ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, y mostrarte cómo usar dispositivos para facilitar tus tareas cotidianas.

    La fisioterapia, junto con el uso de un andador, cuando sea necesario, también puede ayudar a controlar la debilidad de las piernas y otros problemas de la marcha que a menudo se asocian con la esclerosis múltiple.

  • Relajantes musculares. Puedes tener rigidez o espasmos musculares dolorosos o incontrolables, en especial en las piernas. Los relajantes musculares, como el baclofeno (Lioresal, Gablofen), la tizanidina (Zanaflex) y la ciclobenzaprina, pueden ser de ayuda. El tratamiento con onabotulinumtoxina A es otra opción para las personas con espasticidad.
  • Medicamentos para reducir la fatiga. La amantadina (Gocovri, Osmolex), el modafinilo (Provigil) y el metilfenidato (Ritalin) se han utilizado para reducir la fatiga relacionada con la esclerosis múltiple. Sin embargo, en un estudio reciente se determinó que la amantadina, el modafinilo o el metilfenidato no fueron mejores que el placebo para reducir la fatiga relacionada con la esclerosis múltiple y provocaron más eventos adversos frecuentes. Es posible que se recomienden algunos de los medicamentos que se utilizan para tratar la depresión, incluidos los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
  • Medicamentos para aumentar la velocidad al caminar. La dalfampridina (Ampyra) puede aumentar ligeramente la velocidad al caminar en algunas personas. Los posibles efectos secundarios son infecciones de las vías urinarias, vértigo, insomnio y dolores de cabeza. Las personas con antecedentes de convulsiones o disfunción renal no deben tomar este medicamento.
  • Otros medicamentos. También se pueden recetar medicamentos para la depresión, el dolor, la disfunción sexual, el insomnio y los problemas de control de la vejiga o los intestinos asociados con la esclerosis múltiple.

Estilo de vida y remedios caseros

Para ayudar a aliviar los signos y síntomas de la esclerosis múltiple, intenta lo siguiente:

  • Descansa mucho. Analiza tus hábitos de sueño para asegurarte de que estés durmiendo lo mejor posible. Para asegurarte de que estés durmiendo lo suficiente, quizás tengas que ser evaluado, y posiblemente tratado, por trastornos del sueño, como la apnea obstructiva del sueño.
  • Haz ejercicio. Si tienes esclerosis múltiple de leve a moderada, hacer ejercicio con regularidad te ayudará a mejorar la fuerza, el tono muscular, el equilibrio y la coordinación. Si tienes intolerancia al calor, la natación u otros ejercicios en el agua son buenas opciones. También se recomiendan otros tipos de ejercicios leves a moderados a las personas que padecen esclerosis múltiple. Algunos de ellos son caminatas, estiramientos, ejercicios aeróbicos de bajo impacto, bicicleta fija, yoga y taichí.
  • Enfríate. Para algunas personas con esta enfermedad, los síntomas de la esclerosis múltiple suelen empeorar cuando sube la temperatura del cuerpo. Puede ser útil no exponerte al calor y usar dispositivos tales como pañuelos y chalecos de refrigeración.
  • Sigue una alimentación equilibrada. Dado que hay poca evidencia para apoyar una dieta particular, los expertos recomiendan una dieta generalmente saludable. Algunas investigaciones indican que la vitamina D podría beneficiar a las personas que padecen esclerosis múltiple.
  • Reduce el estrés. El estrés puede desencadenar o empeorar tus signos y síntomas. Para combatirlo, puede ser útil practicar yoga, taichí, masajes, ejercicios de meditación o ejercicios de respiración profunda.

Medicina alternativa

Muchas personas con esclerosis múltiple utilizan una variedad de tratamientos alternativos o complementarios, o ambos, para ayudar a controlar sus síntomas, como la fatiga y el dolor muscular.

Actividades como el ejercicio, la meditación, el yoga, los masajes, una dieta más saludable, la acupuntura y las técnicas de relajación pueden ayudar a mejorar el bienestar mental y físico general de los pacientes con esclerosis múltiple.

De acuerdo con las pautas de la Academia Estadounidense de Neurología, los estudios de investigación señalan claramente que el extracto de cannabis por vía oral puede aliviar los síntomas de la espasticidad muscular y el dolor. No hay evidencia suficiente de que el cannabis en alguna otra forma de consumo sea eficaz para el manejo de otros síntomas de la esclerosis múltiple.

Se recomienda la ingesta diaria de 2000 a 5000 unidades internacionales de vitamina D3 al día en las personas con esclerosis múltiple. La conexión entre la vitamina D y la esclerosis múltiple se respalda con la asociación entre la exposición a la luz solar y el riesgo de esclerosis múltiple.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Vivir con una enfermedad crónica puede ser difícil. Para controlar el estrés de vivir con esclerosis múltiple, considera las siguientes sugerencias:

  • Mantén las actividades diarias normales lo mejor que puedas.
  • Mantente en contacto con tu familia y tus amigos.
  • Continúa haciendo los pasatiempos que disfrutas y que puedes hacer.
  • Contáctate con un grupo de apoyo, ya sea para ti o para tus familiares
  • Habla con tu médico o con un consejero sobre tus sentimientos e inquietudes con respecto a vivir con esclerosis múltiple.

Preparación antes de la cita

Es probable que te deriven a un médico especializado en trastornos del cerebro y del sistema nervioso (neurólogo).

Qué puedes hacer

  • Toma nota de tus síntomas, incluso los que puedan parecer no tener relación con el motivo por el cual programaste la consulta.
  • Haz una lista de todos tus medicamentos, vitaminas y suplementos.
  • Lleva todas las notas clínicas, exploraciones, resultados de análisis de laboratorio y demás información de tu profesional de atención médica primaria para el neurólogo.
  • Anota tu información médica más importante, incluso otras enfermedades.
  • Anota tu información personal más importante, incluso lo que te genere mayor estrés o cualquier cambio reciente en tu vida.
  • Escribe preguntas para hacerle al médico.
  • Pídele a un familiar o amigo que te acompañe, para que te ayude a recordar lo que te diga el médico.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga preguntas. Estar preparado para responderlas puede darte tiempo para revisar los puntos en los que deseas enfocarte más. Es posible que te pregunte lo siguiente:

  • ¿Cuándo comenzaste a tener síntomas?
  • ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Cuál es la gravedad de los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca mejorar los síntomas?
  • ¿Hay algo que parezca empeorar los síntomas?
  • ¿Alguien de tu familia tiene esclerosis múltiple?

Preguntas para hacerle al médico

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Requieren alguna preparación especial?
  • ¿Esta enfermedad suele ser temporal o crónica?
  • ¿Mi enfermedad avanzará?
  • ¿Qué tratamientos hay disponibles?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlarlos de manera conjunta?

Además de las preguntas que hayas preparado para hacerle al médico, no dudes en hacerle otras durante la consulta.

Last Updated Dec 24, 2022


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