Hemorragia subaracnoidea

Perspectiva general

La hemorragia subaracnoidea es el sangrado en el espacio entre el cerebro y la membrana que lo rodea (espacio subaracnoideo). El síntoma principal es el dolor de cabeza intenso y repentino. Algunas personas lo describen como el peor dolor de cabeza que hayan sentido. Además de tener un dolor de cabeza, algunas personas pueden experimentar:

  • Náuseas
  • Vómitos
  • Rigidez en el cuello
  • Problemas de la vista
  • Pérdida del conocimiento breve

El sangrado generalmente ocurre al romperse un bulto anormal en un vaso sanguíneo (aneurisma) en el cerebro. Algunas veces, el sangrado puede ser causado por un traumatismo, una maraña de vasos sanguíneos en el cerebro (malformación arteriovenosa) u otros problemas de salud o en los vasos sanguíneos.

Si no se trata, una hemorragia subaracnoidea puede causar un daño cerebral permanente o la muerte.

Diagnóstico

Para diagnosticar una hemorragia subaracnoidea, es probable que el proveedor de atención médica te recomiende lo siguiente:

  • Tomografía computarizada. Esta prueba por imágenes puede detectar sangrado en el cerebro. Si bien la tomografía computarizada es una prueba muy eficaz cuando se realiza correctamente, es posible que no detecte el sangrado si tienes un recuento bajo de glóbulos rojos (anemia) y solo se pierda una pequeña cantidad de sangre durante la hemorragia. El médico puede inyectar un tinte de contraste para ver los vasos sanguíneos con mayor detalle (angiografía por tomografía computarizada).
  • Resonancia magnética. Esta prueba por imágenes también puede detectar sangrado en el cerebro. El proveedor de atención médica puede inyectar un tinte en un vaso sanguíneo para ver las arterias y venas con mayor detalle (angiografía por resonancia magnética) y resaltar el flujo sanguíneo. Esto puede mostrar signos de una hemorragia subaracnoidea en casos poco frecuentes cuando los signos no aparecen en una tomografía computarizada.
  • Angiografía cerebral. El proveedor de atención médica inserta un tubo delgado y largo (catéter) dentro de una arteria y lo lleva hasta el cerebro. Se inyecta un tinte en los vasos sanguíneos del cerebro para que se puedan visualizar en las radiografías. El proveedor de atención médica podría recomendar una angiografía cerebral para obtener imágenes más detalladas. También podría recomendar la prueba si se sospecha la presencia de una hemorragia subaracnoidea, pero la causa no está clara o no aparece en otras imágenes. Es posible que necesites una segunda angiografía cerebral si la primera no mostró un aneurisma, pero el proveedor de atención médica piensa que es probable que haya uno.

En algunos casos de hemorragias subaracnoideas aneurismáticas, es posible que el sangrado no aparezca en las pruebas por imágenes iniciales. Si la tomografía computarizada inicial no muestra sangrado, el médico podría recomendar una punción lumbar. Se inserta una aguja en la región lumbar para extraer una pequeña cantidad del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo). El líquido se estudia en busca de sangre, lo que puede indicar que tienes una hemorragia subaracnoidea.

Tratamiento

El tratamiento se centra en estabilizar tu estado, tratar un aneurisma en caso de que lo tengas y evitar complicaciones.

El proveedor de atención médica verificará tu respiración, tu presión arterial y tu flujo sanguíneo.

Si el sangrado está causado por la rotura de un aneurisma cerebral, tu proveedor de atención médica podría recomendar lo siguiente:

  • Cirugía. El cirujano hace una incisión en el cuero cabelludo y localiza el aneurisma cerebral. Se coloca un clip metálico en el aneurisma para evitar que la sangre fluya hasta él.
  • Embolización endovascular. El cirujano inserta un catéter dentro de una arteria y lo lleva hasta el cerebro. Unas espirales extraíbles de platino se guían a través del catéter y se colocan en el aneurisma. Las espirales llenan el aneurisma, lo que reduce el flujo sanguíneo hacia el interior del saco del aneurisma y hace que la sangre se coagule. Se han desarrollado diversos tipos de espirales para tratar distintos aneurismas.
  • Otros tratamientos endovasculares. Ciertos aneurismas pueden tratarse mediante embolización endovascular con la tecnología más novedosa, como espirales asistidos por globos o endoprótesis o dispositivos capaces de desviar el flujo sanguíneo.

Es importante prevenir las complicaciones porque podrías volver a sangrar, tener un flujo sanguíneo insuficiente al cerebro, tener una proporción baja de sales (como el sodio) en la sangre, desarrollar un exceso de líquido en el cerebro o tener un nivel alto o bajo de glucosa en la sangre. Se ha demostrado que un medicamento, la nimodipina (Nymalize), reduce los problemas de circulación al cerebro tras una hemorragia subaracnoidea.

Una complicación habitual tras una hemorragia subaracnoidea aneurismática es el espasmo retardado de los vasos sanguíneos en el cerebro. Esto puede provocar un accidente cerebrovascular si el flujo sanguíneo se reduce por debajo de un cierto nivel. Cuando se da esta complicación, es posible evitar los accidentes cerebrovasculares elevando la presión arterial mediante medicamentos intravenosos o aumentando el ancho de los vasos sanguíneos del cerebro con medicamentos.

Otra complicación habitual es la hidrocefalia, que consiste en una acumulación de líquido en los espacios cerebrales. Este problema se puede tratar mediante drenajes que se insertan en la cabeza (catéter por ventriculostomía) o en la región lumbar (drenajes lumbares).

En ocasiones, puede ser necesario repetir algunos procedimientos. Tendrás citas de seguimiento regulares con el proveedor de atención médica para observar los cambios. Es posible que necesites fisioterapia, terapia ocupacional y terapia del habla.

Last Updated Aug 31, 2022


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