Poliomielitis

Perspectiva general

La polio es una enfermedad causada por un virus que afecta principalmente a los nervios de la médula espinal o del tronco cerebral. En su forma más grave, la polio puede hacer que una persona sea incapaz de mover ciertas extremidades, lo que también se denomina parálisis. También puede derivar en problemas para respirar y, a veces, la muerte. La enfermedad también se denomina poliomielitis.

Gracias a una campaña de vacunación en todo el mundo, en los últimos años solo se ha producido un pequeño número de casos en todo el mundo. Pero el virus de la polio sigue diseminándose en zonas con bajos índices de vacunación.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. publican avisos de viaje de los países donde existe un mayor riesgo de contraer poliomielitis. Los países con mayor riesgo de contraer poliomielitis suelen estar en África, Oriente Medio, y el sur y centro de Asia.

Los adultos vacunados que tengan previsto viajar a una zona donde se esté diseminando la polio deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna inactivada contra la poliomielitis. La inmunidad después de una dosis de refuerzo dura toda la vida.

Síntomas

La mayoría de las personas con infección del virus que causa la polio, llamado virus de la poliomielitis, no presenta síntomas.

Poliomielitis abortiva

Alrededor del 5 % de las personas con el virus de la poliomielitis padecen de una forma leve de la enfermedad llamada poliomielitis abortiva. Esta enfermedad deriva en síntomas similares a los de la gripe que duran entre 2 y 3 días. Estos incluyen los siguientes:

  • Fiebre
  • Dolor de cabeza
  • Dolores musculares
  • Dolor de garganta
  • Dolor de estómago
  • Pérdida del apetito
  • Náuseas
  • Vómitos

Poliomielitis no paralítica

Una forma más grave de la enfermedad, llamada polio no paralítica, afecta a alrededor del 1 % de los infectados. Aunque la enfermedad dura algunos días, no causa parálisis. Además de tener síntomas más graves similares a los de la gripe, los síntomas de la polio no paralítica pueden incluir:

  • Dolor o rigidez en el cuello
  • Dolor o rigidez en los brazos o en las piernas
  • Dolor de cabeza intenso

Puede haber una segunda fase de síntomas, o puede parecer que la persona mejora durante unos días antes de que comience una segunda fase. Estos síntomas incluyen:

  • Rigidez de la columna vertebral y del cuello
  • Disminución de los reflejos
  • Debilidad muscular

Poliomielitis paralítica

Este tipo más grave de la enfermedad es poco frecuente. La enfermedad comienza de forma muy parecida a la poliomielitis no paralítica. Pero evoluciona a signos y síntomas más graves, entre ellos, los siguientes:

  • Dolor intenso.
  • Sensibilidad extrema al tacto.
  • Sensación de hormigueo o pinchazos.
  • Espasmos musculares o fasciculaciones.
  • Debilidad muscular, que progresa a parálisis flácida.

La parálisis puede afectar a cualquier combinación de extremidades. Pero la parálisis de una pierna es la más común, seguida de la de un brazo.

Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, otros signos o síntomas pueden incluir los siguientes:

  • Parálisis de los músculos involucrados en la respiración
  • Dificultad para tragar

Síndrome pospoliomielítico

El síndrome pospoliomielítico consiste en la aparición de signos o síntomas nuevos, o la progresión de problemas. Esto suele ocurrir décadas después de haber tenido poliomielitis. Los signos y síntomas comunes incluyen los siguientes:

  • Debilidad o dolor progresivos en músculos y articulaciones
  • Fatiga
  • Desgaste muscular
  • Problemas para respirar o de deglución
  • Trastornos respiratorios relacionados con el sueño, como apnea del sueño
  • Disminución de la tolerancia a las temperaturas bajas

Cuándo debes consultar a un médico

Los signos y síntomas de la poliomielitis son similares a los de otras enfermedades virales que afectan el sistema nervioso. Es importante obtener un diagnóstico oportuno y preciso.

Si has tenido poliomielitis antes, consulta con el proveedor de atención médica si tienes signos o síntomas nuevos o que empeoran.

Una célula nerviosa (neurona), que muestra el axón y las dendritas

La unidad básica de comunicación en el sistema nervioso es la célula nerviosa (neurona). Cada célula nerviosa está conformada por el cuerpo celular, que comprende el núcleo, una fibra de ramificación principal (axón) y numerosas fibras de ramificación más pequeñas (dendritas). La vaina de mielina es la materia grasa que recubre, aísla y protege los nervios del cerebro y de la médula espinal.

Causas

La polio es causada por el virus de la poliomielitis. Se dirige principalmente a las células nerviosas de la médula espinal y el tallo cerebral que controlan el movimiento muscular. Las células nerviosas que controlan la sensibilidad no suelen verse afectadas.

El virus natural de la poliomielitis, llamado poliovirus salvaje, ha sido eliminado en la mayoría de los países y causa pocos casos de poliomielitis. Otra versión del virus, denominada poliovirus derivado de la vacuna, está más extendida y actualmente causa la mayoría de las infecciones por poliomielitis en todo el mundo. El poliovirus derivado de la vacuna existe principalmente en algunos países que utilizan una vacuna oral con un poliovirus atenuado.

El virus atenuado de la vacuna oral no causa por sí mismo la poliomielitis, y las personas vacunadas rara vez contraen el poliovirus derivado de la vacuna. En cambio, el poliovirus derivado de la vacuna es una nueva versión del virus que se desarrolla en una comunidad o región donde no hay suficientes personas vacunadas.

Aunque el virus atenuado de la vacuna oral no causa la enfermedad, puede contagiarse. Si se vacuna a la mayoría de las personas de una comunidad, se controla la propagación del virus atenuado. Si muchas personas no se vacunan, el virus atenuado puede circular por una comunidad durante mucho tiempo. Esto le da al virus la oportunidad de cambiar, o mutar, y comportarse como el virus salvaje que causa la enfermedad.

Se han informado infecciones por el poliovirus derivado de la vacuna en los Estados Unidos. En cada caso, la persona no estaba vacunada o tenía un sistema inmunitario muy debilitado. Hubo un caso en Nueva York en 2022 que se produjo en un condado con una tasa de vacunación contra la poliomielitis inferior al promedio. Las muestras de aguas residuales mostraron que el poliovirus derivado de la vacuna se estaba propagando en algunas comunidades.

Desde el año 2000, en los Estados Unidos la vacunación contra la poliomielitis se lleva a cabo con una vacuna inyectada con un poliovirus inactivado que no genera riesgo de poliovirus derivado de la vacuna.

Cómo se disemina la polio

Las personas portadoras del virus de la poliomielitis, incluso aquellas que no se enferman, pueden transmitir el virus a través del excremento, también llamadas heces, o de las gotas que se liberan al estornudar o toser. El virus ingresa al organismo de otra persona a través de la boca. Puede diseminarse fácilmente, por ejemplo, si las personas no se lavan las manos después de toser, ir al baño o antes de comer.

El virus también puede encontrarse en agua contaminada con heces que contienen el virus de la poliomielitis.

Factores de riesgo

La poliomielitis afecta principalmente a los niños, pero cualquier persona que no se haya vacunado corre el riesgo de contraer la enfermedad.

Complicaciones

Una enfermedad grave que afecta la capacidad respiratoria puede causar la muerte. Las complicaciones a largo plazo para las personas que se recuperan pueden incluir:

  • Parálisis permanente
  • Acortamiento muscular que provoca deformación de huesos o articulaciones
  • Dolor crónico
  • Síndrome pospoliomielítico

Prevención

La forma más eficaz de prevenir la polio es la vacunación.

Vacuna contra la poliomielitis

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan cuatro dosis de la vacuna inactivada contra la poliomielitis en las siguientes edades:

  • 2 meses.
  • 4 meses.
  • De 6 a 18 meses.
  • De 4 a 6 años, cuando los niños comienzan a asistir a la escuela.

Si a tu hijo le falta recibir una dosis, habla con el proveedor de atención médica para ponerte al día con el calendario de vacunación.

Vacunas para adultos

En EE. UU., la mayoría de los adultos tiene inmunidad al virus de la poliomielitis porque recibieron la vacuna cuando eran niños. Además, los adultos estadounidenses tienen pocas probabilidades de estar expuestos al virus. Sin embargo, los adultos que viajen o vivan en una región con altos índices de diseminación del virus de la poliomielitis deben recibir más vacunas.

Si has recibido el curso de vacunación completo, deberías recibir un único refuerzo de la vacuna inactivada contra la poliomielitis. Debes recibir tres dosis de la vacuna inactivada contra la poliomielitis si no estás vacunado, no recibiste la vacunación completa o no estás seguro de tu estado de vacunación.

El calendario de vacunación de la vacuna inactivada contra la poliomielitis para adultos consiste en una segunda dosis después de 1 o 2 meses de la primera dosis. Después, la tercera dosis se aplica de 6 a 12 meses después de la segunda dosis. Habla con tu proveedor de atención médica si sabes que tienes un historial de vacunación incompleto.

Seguridad de la vacuna

La vacuna inactivada contra la poliomielitis es segura para las personas con sistema inmunitario debilitado, aunque no está claro el grado de protección de la vacuna en casos de inmunodeficiencia grave. Los efectos secundarios comunes son dolor y enrojecimiento en el sitio de la inyección.

En algunas personas, la vacuna inactivada contra la poliomielitis puede ocasionar una reacción alérgica. Como la vacuna contiene una cantidad mínima de los antibióticos estreptomicina, polimixina B y neomicina, puede generar una reacción en personas que son alérgicas a alguno de estos antibióticos. Las personas que tengan una reacción grave a la primera dosis de la vacuna inactivada contra la poliomielitis no recibirán más dosis.

Los signos y síntomas de una reacción alérgica generalmente aparecen al cabo de unos minutos a unas horas después de la inyección. Presta atención a lo siguiente:

  • Reacciones cutáneas, incluidas urticaria y picazón y piel pálida o enrojecida
  • Presión arterial baja (hipotensión)
  • Estrechamiento de las vías respiratorias e inflamación de la lengua o garganta, que pueden causar sibilancia o dificultad para respirar
  • Pulso débil y rápido
  • Náuseas, vómitos o diarrea
  • Mareos o desmayos

Si tú o tu hijo tienen una reacción alérgica después de recibir una vacuna, busca atención médica de inmediato.

Diagnóstico

Generalmente, los proveedores de atención médica reconocen la poliomielitis por los síntomas, como la rigidez en la espalda y el cuello, o los reflejos anormales o la debilidad muscular. Para confirmar el diagnóstico, puede identificarse el virus de la poliomielitis con un análisis de laboratorio de una muestra de heces. El virus puede identificarse en una muestra tomada de la garganta únicamente durante la primera semana de la enfermedad. Por lo tanto, la muestra de la garganta es una fuente menos confiable para realizar pruebas.

Puede hacerse una prueba del líquido que rodea el cerebro y la médula espinal, o líquido cefalorraquídeo, para descartar otras enfermedades del sistema nervioso.

Tratamiento

Debido a que no existe cura para la poliomielitis, la atención se centra en el aumento del bienestar, la aceleración de la recuperación y la prevención de complicaciones. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, los tratamientos de apoyo pueden incluir lo siguiente:

  • Reposo en cama
  • Analgésicos
  • Compresas húmedas calientes para controlar el dolor y los espasmos musculares
  • Respiradores portátiles para ayudar con la respiración
  • Ejercicios de fisioterapia para prevenir la deformidad ósea y la pérdida de la función muscular
  • Férulas u otros dispositivos para motivar una buena posición, o alineación, de la columna vertebral y las extremidades

Preparación antes de la cita

Los signos y síntomas de la poliomielitis de moderada a grave, sin contar los típicos síntomas similares a los de la gripe, necesitan atención inmediata. Algunas de las preguntas que quizás puedas responder por ti mismo o en nombre de tu hijo son las siguientes:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Los síntomas empeoraron o cambiaron desde el momento en que te enfermaste?
  • ¿Hay algo que haya mejorado o empeorado los síntomas?
  • ¿Has viajado recientemente? ¿A dónde?
  • ¿Recuerdas una posible exposición a una enfermedad infecciosa?
  • Si viajaste, ¿qué vacunas te has dado antes del viaje?

Last Updated Mar 21, 2023


© 2024 Mayo Foundation for Medical Education and Research (MFMER). All rights reserved. Terms of Use