Resfrío común en bebés

Perspectiva general

Un resfriado común es una infección viral de la nariz y la garganta del bebé. La congestión y el goteo nasales son los principales signos de un resfriado.

Los bebés son especialmente susceptibles al resfriado común, en parte porque suelen estar rodeados de niños mayores. Además, aún no han desarrollado la inmunidad a muchas infecciones comunes. Durante el primer año de vida, la mayoría de los bebés sufren entre seis y ocho resfriados. Pueden tener incluso tener más si están en guarderías.

El tratamiento para el resfriado común en los bebés supone el alivio de los síntomas, como ofrecerles líquidos, mantener el aire húmedo y ayudarlos a mantener despejadas las fosas nasales. Los bebés muy pequeños deben recibir atención médica ante el primer signo de resfriado común para asegurarse de que no tengan crup, neumonía u otras enfermedades más graves.

Síntomas

La primera señal del resfriado común en un bebé suele ser lo siguiente:

  • Nariz congestionada o goteo de la nariz
  • Secreción nasal que puede ser clara al principio, pero que puede espesarse y volverse amarilla o verde

Estos son otros de los signos y síntomas de un resfriado común en un bebé:

  • Fiebre
  • Estornudos
  • Toser
  • Disminución del apetito
  • Irritabilidad
  • Dificultad para dormir
  • Problemas para amamantar o tomar el biberón debido a la congestión nasal

Cuándo debes consultar con un médico

El sistema inmunitario de tu bebé necesitará tiempo para madurar. Si tu bebé tiene un resfriado sin complicaciones, este debe resolverse en un plazo de 10 a 14 días. La mayoría de los resfriados son simplemente una molestia. Pero es importante tomar en serio los signos y síntomas de tu bebé. Si los síntomas no mejoran o si empeoran, consulta a tu médico.

Si tu bebé tiene menos de 3 meses, llama al médico al comienzo de la enfermedad. En los recién nacidos, es especialmente importante asegurarse de que no haya una enfermedad más grave, en particular si tu bebé tiene fiebre.

Si tu bebé tiene 3 meses o más, llama al médico si tu bebé presenta estos signos:

  • No moja tantos pañales como de costumbre
  • Tiene una temperatura superior a 100,4 °F (38 °C)
  • Parece tener dolor de oído o está inusualmente irritable
  • Tiene los ojos rojos o presenta una secreción amarillenta o verdosa en los ojos
  • Presenta dificultad para respirar o sibilancia
  • Tiene una tos persistente
  • Tiene una secreción nasal espesa y verde durante varios días
  • Tiene otros signos o síntomas que te preocupan, como un llanto inusual o alarmante o no se despierta para comer

Busca ayuda médica inmediatamente si tu bebé presenta estos signos:

  • Se niega a mamar o a tomar líquidos
  • Tose lo suficientemente fuerte como para causar vómitos o cambios en el color de la piel
  • Tose mucosidad con sangre
  • Tiene dificultad para respirar o está azulado alrededor de los labios
  • Tiene una energía inusualmente baja o somnolencia

Causas

El resfriado común es una infección de la nariz y la garganta (infección del tracto respiratorio superior) que puede estar causada por uno de más de 200 virus. Los rinovirus son los más comunes.

Un virus del resfriado entra en el cuerpo de tu bebé a través de la boca, los ojos o la nariz.

Una vez que se haya infectado con el virus, por lo general tu bebé será inmune a ese virus. Pero dado que muchos virus causan resfriados, tu bebé puede tener varios resfriados al año y muchos a lo largo de su vida. Además, algunos virus no producen una inmunidad duradera.

Tu bebé puede infectarse con un virus por:

  • Aire. Cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla, puede propagar el virus directamente a tu bebé.
  • Contacto directo. Alguien que tenga un resfriado y toque la mano de tu bebé puede trasmitirle el virus del resfriado, y el bebé puede infectarse si se toca los ojos, la nariz o la boca.
  • Superficies contaminadas. Algunos virus viven en superficies durante dos horas o más. Tu bebé puede contagiarse del virus al tocar una superficie contaminada, como un juguete.

Factores de riesgo

Algunos factores ponen a los bebés en mayor riesgo de contraer un resfriado común.

  • Sistemas inmunitarios inmaduros. Por naturaleza, los bebés están en riesgo de contraer resfriados comunes porque aún no han estado expuestos o no han desarrollado resistencia a la mayoría de los virus que los causan.
  • Contacto con otros niños. Al pasar tiempo con otros niños, que no siempre se lavan las manos o se cubren la boca al toser y estornudar, puede aumentar el riesgo de que tu bebé contraiga un resfriado. El riesgo de resfriarse aumenta al exponerse a cualquier persona que tenga un resfriado.
  • Época del año. Los resfriados son más comunes desde el otoño hasta finales de la primavera, pero tu bebé puede resfriarse en cualquier momento.

Complicaciones

Estas afecciones se pueden presentar junto con un resfriado común:

  • Infección aguda del oído (otitis media). Esta es la complicación más común del resfriado común. Las infecciones de oído ocurren cuando bacterias o virus entran en el espacio detrás del tímpano.
  • Sibilancia. Un resfriado puede desencadenar sibilancias, incluso si tu hijo no tiene asma. Si tu hijo tiene asma, un resfriado puede empeorarla.
  • Sinusitis aguda. Un resfriado común que no se resuelve puede provocar infección de los senos paranasales (sinusitis).
  • Otras infecciones. Un resfriado común puede provocar otras infecciones, como neumonía, bronquiolitis y laringitis. Estas infecciones deben ser tratadas por un médico.

Prevención

No hay vacuna para el resfriado común. La mejor defensa contra el resfriado común es tomar precauciones con sentido común y el lavado frecuente de manos.

  • Mantén a tu bebé alejado de cualquier persona que esté enferma. Si tienes un recién nacido, no permitas que nadie que esté enfermo lo visite. Si es posible, evita el transporte público y los lugares con mucha concentración de público con tu recién nacido.
  • Lávate las manos antes de alimentar o tocar a tu bebé. Lávate las manos muy bien y con frecuencia con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Si no dispones de agua ni jabón, usa un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga por lo menos un 60 % de alcohol. Enséñales a tus hijos mayores la importancia del lavado de las manos. Evita tocarte los ojos, la nariz o la boca con las manos sucias.
  • Limpia los juguetes y chupetes de tu bebé con frecuencia. Limpia las superficies que se tocan con frecuencia. Esto es de particular importancia si alguien en tu familia o un amiguito de tu bebé tiene un resfriado.
  • Enséñales a todos en la casa a toser o estornudar en un pañuelo desechable. Tira los pañuelos desechables usados inmediatamente y luego lávate bien las manos. Si no tienes un pañuelo desechable a tu alcance, tose o estornuda en la parte interna del codo. Luego lávate las manos.
  • Revisa las políticas del centro de cuidado infantil de tu hijo. Busca un ambiente de cuidado infantil con buenas prácticas de higiene y políticas claras acerca de mantener a los niños enfermos en el hogar.

Medidas preventivas simples pueden ayudar a mantener alejado el resfriado común.

Tratamiento

No hay cura para el resfriado común. La mayoría de los casos de resfriado común mejoran sin tratamiento, normalmente en un plazo de una semana a 10 días, pero la tos puede durar una semana o más. Los antibióticos no funcionan contra los virus del resfriado.

Intenta que tu bebé esté más cómodo con medidas como asegurarte de que beba suficiente líquido, succionar moco nasal y mantener el aire húmedo.

Por lo general, se debe evitar darles medicamentos de venta libre a los bebés.

Medicamentos para reducir la fiebre

Puedes usar medicamentos de venta libre para bajar la fiebre si la fiebre causa malestar a su hijo. Sin embargo, estos medicamentos no destruyen el virus del resfriado. La fiebre es parte de la respuesta natural de tu hijo al virus, por lo que puede ser útil permitir que tu hijo tenga fiebre baja.

Para el tratamiento de la fiebre o el dolor en niños, considera darle a tu hijo medicamentos de venta libre para la fiebre y el dolor para bebés o para niños como acetaminofén (Tylenol, otros) o ibuprofeno (Advil, Motrin, otros). Hay opciones más seguras que la aspirina.

En el caso de los niños menores de 3 meses, no uses acetaminofén hasta que un médico haya visto a tu bebé. No le des ibuprofeno a un niño menor de 6 meses ni a niños que estén vomitando constantemente o que estén deshidratados. Usa estos medicamentos por el menor período de tiempo. Si le das a tu hijo un analgésico, sigue cuidadosamente las pautas de dosificación. Si tienes preguntas acerca de la dosis correcta para tu bebé, comunícate con el médico.

Los niños y adolescentes que se están recuperando de la varicela o de síntomas parecidos a los de la influenza nunca deben tomar aspirina. Esto se debe a que la aspirina se ha relacionado con el síndrome de Reye, una afección poco común pero potencialmente fatal, en estos niños.

Medicamentos para la tos y el resfrío

Los medicamentos para la tos y el resfriado no son seguros para bebés ni para niños. Los medicamentos para la tos y el resfriado de venta libre no tratan la causa subyacente del resfriado de un niño y no harán que desaparezca antes; además, pueden ser peligrosos para su bebé. Los medicamentos para la tos y el resfriado tienen efectos secundarios potencialmente graves, que incluyen sobredosis mortales en niños menores de 2 años.

No uses medicamentos de venta libre, excepto para bajar la fiebre y aliviar el dolor, para tratar la tos y los resfriados en niños menores de 6 años. Además, trata de evitar el uso de estos medicamentos en niños menores de 12 años.

Estilo de vida y remedios caseros

En muchos casos, puedes tratar el resfriado de un bebé de mayor edad en casa. Para hacer que tu bebé esté lo más cómodo posible, intenta algunas de estas sugerencias:

  • Ofrece mucho líquido. Los líquidos son importantes para evitar la deshidratación. Leche de fórmula o materna es la mejor opción. Anima a tu bebé a tomar la cantidad habitual de líquido. No se necesita más líquido. Si estás amamantando a tu bebé, sigue haciéndolo. La leche materna ofrece protección adicional contra los gérmenes que causan el resfriado.
  • Succiona la nariz de tu bebé. Mantén los conductos nasales de tu bebé limpios con una pera de goma. Aprieta la pera para expulsar el aire. Luego introduce la punta de la pera aproximadamente entre 1/4 y 1/2 pulgada (de 6 a 12 milímetros) en la fosa nasal de tu bebé apuntando hacia la parte posterior y lateral de la nariz.

    Suelta la pera manteniéndola en su lugar mientras succiona el moco de la nariz de tu bebé. Retira la pera de la fosa nasal de tu bebé y vacía el contenido en un pañuelo desechable apretando rápidamente la pera mientras mantienes la punta hacia abajo. Repite el procedimiento tantas veces como sea necesario para cada fosa nasal. Limpia la pera con agua y jabón.

  • Usa gotas nasales de solución salina. El médico de tu bebé puede recomendar gotas nasales de solución salina para humedecer los conductos nasales y aflojar el moco espeso. Busca estas gotas de venta libre en la farmacia local. Aplica gotas nasales de solución salina, espera un rato y luego utiliza una pera de succión para extraer el moco de cada fosa nasal.
  • Humedece el aire. El uso de un humidificador de agua fría en la habitación de tu bebé puede aliviar la congestión nasal. Cambia el agua diariamente y sigue las instrucciones del fabricante para limpiar la unidad.

Preparación antes de la cita

Si necesitas consultar con el pediatra de tu hijo o médico de cabecera, a continuación, encontrarás información útil para prepararte para la consulta.

Qué puedes hacer

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas que has observado en tu bebé, incluidos aquellos que parezcan no estar relacionados con la razón por la cual programaste la cita médica.
  • Información personal clave, como, por ejemplo, si tu bebé está en un centro de atención infantil o ha estado expuesto a alguien con un resfriado común. Incluye cuántos resfriados ha tenido tu bebé, cuánto han durado y si está expuesto al humo de fumadores. Puede ser útil anotar en el calendario el día en que te das cuenta de que tu bebé está resfriado.
  • Todos los medicamentos, vitaminas o suplementos que esté tomando tu bebé, incluso las dosis.
  • Las preguntas para hacerle al médico.

Para el resfriado común, algunas preguntas para hacerle al médico incluyen:

  • ¿Qué puede estar provocando los síntomas de mi bebé?
  • ¿Existen otras causas posibles?
  • ¿Qué pruebas se necesitan?
  • ¿Cuál es el mejor plan de acción?
  • Mi bebé tiene otras afecciones médicas. ¿Cómo puedo controlarlas de la mejor manera?
  • ¿Hay alguna restricción que deba seguir?
  • ¿Hay medicamentos de venta libre que no sean seguros para mi hijo a esta edad?

No dudes en hacer otras preguntas que tengas.

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga preguntas, entre ellas las siguientes:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas de tu bebé?
  • ¿Han sido continuos u ocasionales?
  • ¿Qué tan graves son?
  • ¿Existe algo que, al parecer, mejore los síntomas?
  • ¿Existe algo que, al parecer, empeore los síntomas?
  • Debido a la congestión nasal, ¿tu bebé come o bebe menos?
  • ¿Tu bebé moja los pañales con la misma frecuencia de siempre?
  • ¿Ha tenido fiebre? Si es así, ¿cuán alta?
  • ¿Tu hijo tiene las vacunas al día?
  • ¿Tu hijo ha tomado antibióticos recientemente?

El médico te hará preguntas adicionales según tus respuestas y los síntomas y las necesidades de tu hijo. Preparar y anticipar las preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo con el médico.

Last Updated Aug 20, 2021


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