Tuberculosis

Perspectiva general

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa y potencialmente seria que afecta principalmente los pulmones. La bacteria que causa la tuberculosis se contagia de persona a persona a través de pequeñas gotitas diseminadas en el aire al toser o estornudar.

Mientras que antes era raro que estuvieran presentes en los países desarrollados, las infecciones por tuberculosis comenzaron a aumentar en 1985, en parte a causa de la emergencia del VIH, el virus que causa el SIDA. El VIH debilita el sistema inmunitario de la persona, que ya no puede combatir los microbios de la tuberculosis. En Estados Unidos, a causa de programas de control estrictos, la tuberculosis comenzó a desaparecer otra vez en 1993. Pero sigue siendo motivo de preocupación.

Muchas cepas de tuberculosis son resistentes a los medicamentos más utilizados para tratar la enfermedad. Las personas con tuberculosis activa deben tomar muchos tipos de medicamentos por meses para deshacerse de la infección y prevenir la resistencia a los antibióticos.

Síntomas

Si bien tu cuerpo puede hospedar la bacteria que causa la tuberculosis, tu sistema inmunitario generalmente evita que te enfermes. Por este motivo, los médicos distinguen entre:

  • La tuberculosis latente. Estás infectado de tuberculosis, pero la bacteria en tu organismo está en estado inactivo y no presentas síntomas. La tuberculosis latente, también llamada tuberculosis inactiva o infección por tuberculosis, no es contagiosa. La tuberculosis latente se puede convertir en tuberculosis activa, por lo que el tratamiento es importante.
  • La tuberculosis activa. También llamada enfermedad de tuberculosis, esta afección te enferma y, en la mayoría de los casos, puede contagiarse a otras personas. Puede manifestarse semanas o años después de la infección por la bacteria de la tuberculosis.

Los signos y síntomas de la tuberculosis activa incluyen:

  • Tos que dura tres semanas o más
  • Tos con sangre o moco
  • Dolor en el pecho o dolor al respirar o toser
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Fatiga
  • Fiebre
  • Sudoraciones nocturnas
  • Escalofríos
  • Pérdida del apetito

La tuberculosis también puede afectar otras partes del cuerpo, incluidos los riñones, la columna vertebral o el cerebro. Cuando la tuberculosis se produce fuera de los pulmones, los signos y síntomas varían de acuerdo con los órganos afectados. Por ejemplo, la tuberculosis de la columna vertebral puede provocar dolor en la espalda y la tuberculosis en los riñones puede causar sangre en la orina.

Cuándo consultar con el médico

Visita al médico si tienes fiebre, pérdida de peso inexplicable, sudores extremos por la noche, o una tos persistente. Con frecuencia son indicaciones de tuberculosis, pero también pueden resultar de otras afecciones. Consulta también al médico si crees que has estado expuesto a la bacteria de la tuberculosis.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que las personas con un riesgo más alto de tuberculosis se hagan una prueba de detección de infección tuberculosa latente. Esta recomendación comprende a personas que:

  • Tienen VIH/SIDA
  • Usan medicamentos intravenosos
  • Están en contacto con personas infectadas
  • Son de un país donde la tuberculosis es común, como varios países de América Latina, África y Asia
  • Viven o trabajan en zonas donde la tuberculosis es común, como las cárceles o los asilos de ancianos y convalecientes
  • Trabajan en la atención médica y tratan personas con alto riesgo de tuberculosis
  • Tienen niños que están expuestos a adultos con riesgo de tuberculosis

Causas

La tuberculosis es causada por bacterias que se contagian de persona a persona a través de gotitas microscópicas diseminadas en el aire. Esto puede suceder cuando una persona con la forma activa de la tuberculosis no tratada tose, habla, estornuda, escupe, se ríe, o canta.

Aunque la tuberculosis es contagiosa, no es fácil contraerla. Es mucho más probable que te contagies de tuberculosis de una persona con quien vives o trabajas que de un desconocido. La mayoría de la gente con tuberculosis activa, que se ha hecho un tratamiento apropiado con medicamentos por al menos dos semanas, ya no es contagiosa.

Bacterias de tuberculosis resistentes a los medicamentos

La tuberculosis también sigue siendo una de las principales causas de muerte debido al aumento de cepas resistentes a los medicamentos. Con el tiempo, algunos gérmenes de la tuberculosis desarrollaron la capacidad de sobrevivir a pesar de los medicamentos. Esto se debe en parte a que las personas no toman los medicamentos según las indicaciones o no completan el tratamiento.

Las cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos aparecen cuando el antibiótico no es efectivo y no mata todas las bacterias. Las bacterias sobrevivientes se hacen resistentes a ese medicamento y, con frecuencia, también a otros antibióticos. Algunas bacterias de la tuberculosis desarrollaron resistencia a los tratamientos que se utilizan con mayor frecuencia, como la isoniazida y la rifampicina (Rifadin, Rimactane).

Algunas de las cepas de tuberculosis también desarrollaron resistencia a los medicamentos que no se utilizan con tanta frecuencia en el tratamiento de la tuberculosis, como los antibióticos conocidos como fluoroquinolonas y medicamentos inyectables, como la amikacina y la capreomicina (Capastat). Estos medicamentos se usan generalmente para tratar infecciones resistentes a los medicamentos usados con más frecuencia.

Prevención

Si tus resultados para infección tuberculosa latente son positivos, el médico quizás te indique que tomes medicamentos para reducir el riesgo de que se convierta en tuberculosis activa. Únicamente la tuberculosis activa es contagiosa.

Protege a tu familia y a tus amigos

Si tienes tuberculosis activa, por lo general, se necesitan varias semanas de tratamiento con medicamentos para dejar de contagiar. Sigue estos consejos para prevenir que tus amigos y familiares se enfermen:

  • Quédate en casa. No vayas a trabajar ni a la escuela, ni duermas en una habitación con otras personas durante las primeras semanas de tratamiento.
  • Ventila la habitación. Los gérmenes de la tuberculosis se propagan más fácilmente en pequeños espacios cerrados donde el aire no se mueve. Si no hace demasiado frío afuera, abre las ventanas y usa un ventilador para hacer salir el aire de adentro al exterior.
  • Tápate la boca. Usa un pañuelo desechable para cubrirte la boca cada vez que te rías, estornudes o tosas. Coloca el pañuelo desechable sucio en una bolsa, ciérrala y deséchala.
  • Ponte una mascarilla. Usar una mascarilla cuando estés con otra gente durante las primeras tres semanas del tratamiento puede reducir el riesgo de trasmisión.

Vacunas.

En los países donde la tuberculosis es más común, los bebés con frecuencia son vacunados con la vacuna del bacilo de Calmette-Guérin (BCG). La vacuna BCG no se recomienda para el uso general en Estados Unidos debido a que no es muy eficaz en los adultos. Hay docenas de nuevas vacunas contra la tuberculosis en diversas etapas de desarrollo y prueba.

Diagnóstico

Durante la exploración física, el médico te examinará los ganglios linfáticos para detectar hinchazón y escuchará los sonidos de tus pulmones mientras respiras con un estetoscopio.

La herramienta de diagnóstico más usada para la tuberculosis es una prueba cutánea, aunque se están volviendo más comunes los análisis de sangre. Se inyecta una pequeña cantidad de una sustancia llamada tuberculina debajo de la piel en el interior del antebrazo. Deberías sentir solo un ligero pinchazo de aguja.

Dentro de las 48 a 72 horas, un profesional de atención médica controlará si se hinchó el sitio de la inyección en tu brazo. Un bultito elevado, rojo y duro significa que es posible que estés infectado con tuberculosis. El tamaño del bultito determina si los resultados de la prueba son significativos.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre pueden confirmar o descartar la forma activa o latente de la tuberculosis. Estos análisis miden la reacción de tu sistema inmunitario a las bacterias de la tuberculosis.

Para estas pruebas, solo necesitas ir una vez al consultorio. El análisis de sangre puede ser útil si tienes un riesgo alto de una infección con tuberculosis, pero tu resultado de la prueba cutánea resultó negativo, o te dieron recientemente la vacuna con el BCG.

Pruebas por imágenes

Si tuviste un resultado positivo en una prueba cutánea, es probable que el médico pida una radiografía o una exploración por tomografía computarizada de pecho. Estas pruebas pueden mostrar manchas blancas en los pulmones donde el sistema inmunitario ha encapsulado las bacterias de la tuberculosis o pueden revelar cambios en los pulmones causados por una forma activa de tuberculosis.

Examen de esputo

Si la radiografía torácica revela signos de tuberculosis, el médico podría tomar muestras de esputo, la mucosidad que despides cuando toses. Las muestras se analizan para detectar la bacteria de la tuberculosis.

Las muestras de esputo también se pueden utilizar para buscar cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos. Esto ayuda a tu doctor a elegir los medicamentos que probablemente funcionen mejor. Los resultados de estos exámenes pueden tardar entre cuatro y ocho semanas.

Tratamiento

Si tienes tuberculosis latente, tu médico podría recomendarte un tratamiento con medicamentos si presentas riesgos altos de tener tuberculosis activa. Para la tuberculosis activa, debes tomar antibióticos por lo menos por seis a nueve meses.

Los medicamentos exactos y la duración del tratamiento dependen de tu edad, estado general de salud, posible resistencia a los medicamentos y dónde se encuentra la infección en tu cuerpo.

Completing treatment is essential

Después de unas semanas ya no contagiarás la enfermedad y quizás comiences a sentirte mejor. No dejes de tomar tus medicamentos para la tuberculosis. Debes terminar toda la terapia y tomar los medicamentos exactamente como te los recetó el médico.

Abandonar el tratamiento muy pronto o saltearte dosis puede permitir que las bacterias que aún están vivas se vuelvan resistentes a los medicamentos, lo que lleva a una tuberculosis que es mucho más peligrosa y difícil de tratar.

Un programa llamado terapia de observación directa puede ayudar a las personas a cumplir con su régimen de tratamiento. Un trabajador del área de la salud te da el medicamento para que no tengas que recordar tomarla por ti mismo.

Los fármacos usados más frecuentemente para el tratamiento de la tuberculosis

Si tienes tuberculosis latente, quizás solo necesites tomar uno o dos tipos de medicamentos para la tuberculosis. La tuberculosis activa, especialmente si es una cepa resistente a los medicamentos, requerirá varios medicamentos a la vez. Los medicamentos que se usan con más frecuencia para tratar la tuberculosis son:

  • Isoniacida
  • Rifampicina (Rifadin, Rimactane)
  • Etambutol (myambutol)
  • Pirazinamida

Si tienes tuberculosis resistente a los medicamentos, por lo general, se utiliza una combinación de antibióticos llamados fluoroquinolonas y medicamentos inyectables, como amikacina o capreomicina (Capastat), durante 20 a 30 meses. Algunos tipos de tuberculosis también están desarrollando resistencia a estos medicamentos.

Es posible que se agreguen algunos fármacos a la terapia para contrarrestar la resistencia a los medicamentos, incluso:

  • Bedaquilina (Sirturo)
  • Linezolid (Zyvox)

Efectos secundarios de un medicamento

No es frecuente que los medicamentos para la tuberculosis tengan efectos secundarios graves pero, si se presentan, pueden ser peligrosos. Todos los medicamentos para la tuberculosis pueden ser tóxicos para el hígado. Cuando tomes estos medicamentos, llama a tu médico de inmediato si presentas alguno de los siguientes:

  • Náuseas o vómitos
  • Pérdida del apetito
  • Color amarillo en la piel (ictericia)
  • Orina oscura
  • Tendencia a la formación de moretones o sangrado
  • Visión borrosa

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Tu salud física puede afectar tu salud mental. La negación, la ira y la frustración son comunes cuando debes enfrentar algo tan desafiante como la tuberculosis. Hablar con alguien, como un terapeuta, puede ayudarte a desarrollar estrategias de afrontamiento.

Preparación antes de la cita

Si sospechas que tienes tuberculosis, ponte en contacto con tu médico de atención primaria. Tal vez te remitan a un médico especializado en enfermedades infecciosas o pulmonares (neumólogo).

Qué puedes hacer

Cuando programes la cita, pregunta si hay algo que debes hacer con antelación.

Prepara una lista de lo siguiente:

  • Los síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con la razón por la cual programaste la cita y cuándo comenzaron.
  • La información personal más importante, incluidos los cambios recientes en tu vida o viajes internacionales.
  • Todos los medicamentos, vitaminas o suplementos que tomas, incluida la dosis.
  • Preguntas para hacerle al médico.

En el caso de la tuberculosis, algunas preguntas básicas para el médico incluyen las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable de mis síntomas?
  • ¿Tengo que hacerme pruebas?
  • ¿Qué tratamientos hay disponibles? ¿Qué me recomienda?
  • ¿Qué pasa si el tratamiento no funciona?
  • ¿Cuánto tiempo tengo que seguir con el tratamiento?
  • ¿Con qué frecuencia necesito pedirle una cita de seguimiento?
  • Tengo otros problemas de salud. ¿Cómo puedo controlarlos de manera conjunta?

Qué esperar del médico

Es probable que tu médico te haga algunas preguntas, tales como:

  • ¿Conoces a alguien que tenga tuberculosis activa?
  • ¿Tienes VIH o SIDA?
  • ¿Naciste en otro país o has viajado en otro país?
  • ¿Alguna vez viviste con alguien que tenía tuberculosis?
  • ¿Te vacunaron contra la tuberculosis cuando eras bebé?
  • ¿Alguna vez tuviste tuberculosis o tuviste un resultado positivo en una prueba cutánea?
  • ¿Alguna vez tomaste medicamentos para la tuberculosis? En ese caso, ¿qué tipo y hace cuánto tiempo?
  • ¿Qué clase de trabajo realizas?
  • ¿Consumes alcohol o drogas ilícitas?

Last Updated Apr 3, 2021


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