Terapia matrimonial

Perspectiva general

La terapia matrimonial, también denominada «terapia de pareja», es un tipo de psicoterapia. La terapia matrimonial ayuda a las parejas de todos los tipos a reconocer y resolver conflictos, y a mejorar sus relaciones. A través de esta terapia, puedes tomar decisiones meditadas sobre cómo reconstruir y fortalecer tu relación o tomar caminos separados.

Quienes brindan la terapia matrimonial suelen ser terapeutas autorizados conocidos como «terapeutas matrimoniales y familiares». Estos terapeutas tienen títulos de licenciatura o posgrado, y muchos optan por obtener las credenciales de la American Association for Marriage and Family Therapy (Asociación Estadounidense de Terapia Matrimonial y Familiar, AAMFT).

La terapia matrimonial es, a menudo, a corto plazo. La terapia matrimonial suele incluir a ambos integrantes de la pareja, aunque, en ocasiones, uno de los integrantes de la pareja decide trabajar con un terapeuta de forma individual. El plan de tratamiento específico depende de la situación particular.

Por qué se debe hacer

La terapia matrimonial puede ayudar a las parejas en todo tipo de relaciones íntimas, independientemente de la orientación sexual o el estado civil.

Algunas parejas acuden a la terapia matrimonial para fortalecer su relación y entenderse mejor. La terapia matrimonial también puede ayudar a las parejas que planean casarse. La terapia prematrimonial puede ayudar a las parejas a lograr un conocimiento más profundo del otro y resolver las diferencias antes de casarse.

En otros casos, las parejas acuden a la terapia para mejorar una relación problemática. Puedes recurrir la terapia matrimonial para obtener ayuda con muchas cuestiones específicas, como las siguientes:

  • Problemas de comunicación
  • Dificultades sexuales
  • Conflictos relacionados con la crianza de los hijos o familias ensambladas
  • Abuso de sustancias
  • Ira
  • Infidelidad

La terapia matrimonial también puede ayudar en los casos de abuso intrafamiliar. Sin embargo, si la violencia escaló a un punto tal que te provoca miedo, la terapia sola no es apropiada. Comunícate con la policía o con un refugio local o un centro de crisis para obtener apoyo en caso de emergencia.

Cómo prepararte

La única preparación necesaria para la terapia matrimonial es buscar un terapeuta. Puedes pedirle a tu médico de cabecera que te derive a un terapeuta. Los seres queridos, amigos, tu seguro de salud, el programa de asistencia del empleado, los sacerdotes o las agencias de salud mental estatales o locales pueden brindarte asesoramiento. Antes de tomar una decisión, te puede resultar útil entrevistar a varios terapeutas.

Antes de programar las sesiones con un terapeuta en especial, ten en cuenta si el terapeuta va a ser adecuado para ti y tu pareja. Podrías hacer preguntas sobre lo siguiente:

  • Educación y experiencia. ¿Cuáles son tus antecedentes académicos y de capacitación? ¿Tienes autorización estatal? ¿Tienes credenciales de la American Association for Marriage and Family Therapy (Asociación Estadounidense de Terapia Matrimonial y Familiar, AAMFT)? ¿Qué experiencia tienes con nuestro problema en particular?
  • Logística. ¿Dónde está tu consultorio? ¿Cuál es el horario de atención en tu consultorio? ¿Estás disponible en caso de emergencia?
  • Plan de tratamiento. ¿A cuántas sesiones deberíamos asistir? ¿Cuánto dura cada sesión?
  • Honorarios y seguro médico. ¿Cuánto cuesta cada sesión? ¿Tus servicios están cubiertos por nuestro seguro médico?

Lo que puedes esperar

La terapia matrimonial generalmente reúne a parejas o cónyuges en sesiones de terapia conjunta. Al trabajar con un consejero, ustedes aprenderán estrategias para fortalecer su relación, como las siguientes:

  • Comunicación abierta
  • Resolución de problemas
  • Cómo hablar sobre las diferencias de forma racional

Hablarán sobre las cosas buenas y malas de la relación e identificarán y entenderán mejor las causas de sus conflictos. Juntos aprenderán a identificar los problemas sin culpar a nadie y a pensar de qué manera se pueden mejorar las cosas.

Estos son algunos puntos a tener en cuenta a la hora de considerar la terapia matrimonial:

  • Puede ser difícil hablar de sus problemas con el consejero. Es posible que las sesiones transcurran en silencio si tú y tu pareja están enojados por algún desacuerdo, o quizás griten o discutan durante las sesiones. Esto es normal. El consejero puede hacer de mediador para ayudarlos a afrontar las emociones que afloran.
  • Puedes ir solo. Puedes asistir a las sesiones de terapia matrimonial incluso si tu pareja no quiere hacerlo. Recomponer una relación de esta manera es más complicado, pero podrá resultarte útil aprender más sobre las reacciones y los comportamientos de ambos.
  • La terapia suele ser de corta duración. Algunas personas solo necesitan unas pocas sesiones de terapia matrimonial, mientras que otras las necesitan durante varios meses. El plan de tratamiento específico dependerá de cada situación. Algunas veces, la terapia matrimonial ayuda a las parejas a darse cuenta de que sus diferencias son realmente irreconciliables y que es mejor terminar la relación. De ser así, las sesiones se centran en plantear estrategias para que puedan terminar la relación en buenos términos.
  • El consejero podría asignarles tareas para el hogar. El consejero puede sugerirles realizar ejercicios de comunicación en casa para ayudarlos a practicar lo que aprendieron en la sesión. Por ejemplo, hablar cara a cara con tu pareja durante unos minutos todos los días sobre temas que no sean estresantes, sin ninguna interrupción de la televisión, los teléfonos o los niños.
  • Tú o tu pareja podrían necesitar otro tipo de atención. Si alguno de ustedes está afrontando una enfermedad mental, el abuso de sustancias u otros problemas, es posible que el consejero trabaje con otros proveedores de atención médica para que el tratamiento sea más completo.

Tomar la decisión de ir a terapia matrimonial puede ser difícil. Sin embargo, si tienen una relación complicada, buscar ayuda es más eficaz que ignorar los problemas o esperar a que se solucionen por sí solos. A veces, dar el primer paso y admitir que la relación necesita ayuda es la parte más difícil. La mayoría de las personas consideran que la experiencia es reveladora y motivadora.

Last Updated Nov 2, 2019


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