3 maneras de aprender a tener paciencia y mejorar el bienestar

¿Las cosas buenas realmente llegan a aquellas personas que saben esperar?

Las investigaciones indican que sí; existe una relación entre la paciencia y el bienestar. Varios estudios han determinado que las personas que son más pacientes experimentan menos estados anímicos depresivos, son más empáticas y sienten mayor gratitud. Tu nivel de paciencia incluso podría estar relacionado con tu nivel de felicidad.

Parece que nuestros padres y maestros estaban en lo cierto cuando nos recordaban que la paciencia era una virtud. Pero también es una habilidad, que puedes aprender y practicar.

¿Estás listo para ser una persona más paciente? Los expertos aconsejan comenzar con prácticas de atención que te ayuden a tomar conciencia de dónde estás y qué estás haciendo en este momento. Como todo lo que vale la pena, mejorar tu atención requerirá algo de esfuerzo. Pero si te comprometes a hacer el esfuerzo, obtendrás las recompensas que vienen aparejadas con el cuidado personal: presión arterial más baja, menos estrés y enojo, y un pronóstico cada vez más positivo.

Estas tres prácticas han demostrado ayudar a desarrollar la atención y mejorar la paciencia.

  1. Reducción del estrés basada en la atención plena (REBAP): se ha demostrado que la REBAP fortalece realmente las áreas del cerebro que se utilizan para regular las emociones y procesar el aprendizaje y la memoria. Por lo general, este programa se enseña en un curso de ocho semanas dirigido por profesionales capacitados y certificados en REBAP, e incluye ejercicios de respiración, estiramiento y percepción.

    Con práctica, puedes usar estas habilidades para incrementar tu aceptación de lo que sucede en el presente. A nivel práctico, esto significa transformar situaciones, como embotellamientos, de desencadenantes del enojo a simples inconvenientes que entiendes y aceptas como fuera de tu control.

  2. Meditación: los estudios han demostrado que las personas que meditan tienen mayores volúmenes de materia gris en las áreas del cerebro que regulan el control de la respuesta. Esa puede ser la razón por la cual los meditadores tienen una mirada más positiva, son más estables desde el punto de vista emocional y son más conscientes.

    Con la práctica continuada, la meditación puede ayudarte a evocar la paciencia para lidiar sin estrés con los disgustos cotidianos, desde largas colas en las tiendas de comestibles hasta tediosas reuniones de trabajo.

  3. Movimiento consciente: yoga, aikido, tai chi y qigong son todas formas de movimiento consciente diseñadas para ayudar a fortalecer el cuerpo y la mente. Muchos estudios de investigación han demostrado que la práctica de movimiento consciente ayuda a reducir el estrés, los pensamientos negativos y la depresión.

    Estos ejercicios controlados te enseñan a concentrarte en tu respiración y cuerpo a medida que realizas movimientos específicos. Un efecto secundario feliz es el aumento de la paciencia, a medida que repites el proceso una y otra vez, y aprendes progresivamente a relajar tu mente.

Si practicas la paciencia, aprenderás a disfrutar de los momentos "de transición", como los semáforos, las filas en los supermercados o los viajes en ascensor. La persona impaciente, probablemente tome el teléfono, ansiosa por llenar el tiempo que transcurre desde donde estaba hasta donde se dirige. La persona cada vez más paciente, guarda el teléfono en el bolsillo y, en su lugar, utiliza sus sentidos y aprecia el momento.

Los investigadores han demostrado que la apreciación puede producir una mayor satisfacción de vida. Parece que nuestros padres y maestros también estaban en lo cierto cuando nos instaban a que nos detuviéramos a oler el perfume de las rosas.

Last Updated May 23, 2019


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