Cómo se produce el trastorno por consumo de opioides

Las personas que consumen opioides corren el riesgo de padecer un trastorno por su uso, también llamado adicción a los opioides. Influyen los antecedentes personales y el tiempo de consumo de opioides. Pero es imposible saber quién podría volverse dependiente y abusar de los opioides. El abuso de opioides, sean legales, ilegales, robados o compartidos, es la causa por la que fallece un promedio de 90 personas al día en EE. UU., según la American Society of Anesthesiologists (Sociedad Estadounidense de Anestesiólogos).

La adicción es una afección en la que algo que empezó siendo placentero pasa a sentirse como algo sin lo que no puedes vivir. La adicción a un fármaco se define como una sensación descontrolada de que necesitas consumir un medicamento o una droga y seguir haciéndolo una y otra vez, aunque te cause daño. Los opioides son muy adictivos, en gran parte porque activan los potentes centros de recompensa en el cerebro.

Los opioides provocan la liberación de endorfinas. Le dicen a tu cerebro que te sientes bien. Las endorfinas hacen que sea menos probable que sientas dolor. También aumentan la sensación de placer. Esto crea una sensación de bienestar que es potente, pero dura poco tiempo. Cuando desaparece el efecto de una dosis de opioides, es posible que desees recuperar esas sensaciones positivas cuanto antes. Así puede comenzar el trastorno por consumo de opioides.

Efectos a corto plazo frente a efectos a largo plazo

Cuando tomas opioides una y otra vez a lo largo del tiempo, tu cuerpo empieza a producir menos endorfinas. La misma dosis de opioides no te hace sentir tan bien. Esto se denomina tolerancia. Una de las razones por las que el trastorno por consumo de opioides es tan común es que las personas que desarrollan tolerancia pueden sentir que deben aumentar sus dosis para seguir sintiéndose bien. También pueden empezar a tener ansias de opioides. Si no aumentan la dosis, pueden empezar a tener síntomas de abstinencia, como empeoramiento del dolor, piel de gallina, ansiedad, bostezos y diarrea.

Debido al riesgo de abusar de los opioides, a menudo es difícil conseguir que el profesional de atención médica aumente la dosis o renueve la prescripción. Algunas personas que consumen opioides y creen que necesitan un mayor suministro buscan formas ilegales de conseguirlos o empiezan a consumir heroína. Algunas drogas ilegales están contaminadas o contienen opioides mucho más potentes, como el fentanilo. La cantidad de muertes por consumo de heroína ha aumentado porque actualmente más heroína contiene fentanilo.

Si estás tomando opioides y has desarrollado tolerancia, pide ayuda a tu profesional de atención médica. Existen otras opciones seguras para ayudarte a cambiar y seguir sintiéndote bien. No dejes de tomar medicamentos opioides sin la ayuda de un profesional de atención médica. Si dejas de tomar estos medicamentos de forma repentina puedes sufrir síntomas de abstinencia graves, como dolores peores que antes de empezar a tomar opioides. Tu equipo de atención médica puede ayudarte a reducir de forma progresiva y segura la cantidad de opioides que tomas.

Factores de riesgo del trastorno por consumo de opioides

Los opioides crean más adicción cuando se toman de una forma distinta a la recetada, como cuando se tritura una pastilla para aspirarla o inyectarla. Este mal uso de medicamentos que pone en riesgo la vida es aún más peligroso si la píldora es eficaz durante un período más largo. La administración rápida de todo el medicamento al organismo puede causar una sobredosis accidental. Tomar una dosis de opioides superior a la prescrita o tomarla con más frecuencia de la recetada también aumenta el riesgo para un trastorno por consumo de opioides.

También influye la duración del tratamiento con opioides. Los investigadores han descubierto que tomar medicamentos opioides durante más de unos días aumenta el riesgo de consumo a largo plazo. Esto hace más probable que los opioides se vuelvan adictivos. Después de tan solo cinco días de tomar un medicamento opioide, aumenta la probabilidad de que sigas tomando opioides un año después de haber empezado un tratamiento corto con este medicamento.

Los factores genéticos, psicológicos y ambientales también influyen en la adicción, que puede producirse rápidamente o luego de varios años de consumo de opioides.

El riesgo de adicción a los opioides es mayor para las siguientes personas:

  • Los más jóvenes, en especial adolescentes o personas de 20 a 25 años.
  • Quienes tienen antecedentes personales o familiares de abuso de sustancias.
  • Personas que viven con estrés, por ejemplo, por estar sin empleo o vivir por debajo del umbral de pobreza.
  • Personas que tienen un historial de problemas con el trabajo, la familia y los amigos.
  • Quienes tienen antecedentes de haber participado en delitos o de haber tenido problemas legales, incluido conducir bajo los efectos del alcohol.
  • Personas que padecen depresión grave, ansiedad o trastorno por estrés postraumático.
  • Quienes tienen antecedentes de abusos físicos o sexuales.
  • Personas que participan en conductas de riesgo o búsqueda de emociones.
  • Quienes tienen bajo rendimiento escolar y no valoran la educación.
  • Personas que consumen tabaco en exceso.

Además, las mujeres presentan un conjunto único de factores de riesgo para el trastorno por consumo de opioides. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de sufrir dolor de forma prolongada. En comparación con los hombres, las mujeres también tienen más probabilidades de que se les receten medicamentos opioides, se les prescriban dosis más elevadas y de que consuman opioides durante períodos más largos. Las mujeres también pueden ser más propensas que los hombres a depender de los analgésicos de venta con receta médica.

Medidas para prevenir el trastorno por consumo de opioides

Los opioides son más seguros cuando se utilizan durante tres o menos días para tratar un dolor intenso, como después de una intervención quirúrgica o una fractura ósea. Si necesitas opioides para un dolor intenso, colabora con tu profesional de atención médica para tomar la dosis más baja posible, durante el menor tiempo posible y tal como te los hayan recetado. Además, pregunta si hay otros fármacos distintos de los opioides u otros tipos de tratamiento que puedas usar. Nunca compartas tus medicamentos opioides ni tomes los de otras personas.

Si vives siempre con dolor, es probable que los opioides no sean una opción de tratamiento segura y eficaz a largo plazo. Existen numerosos tratamientos, como medicamentos analgésicos menos adictivos y terapias sin medicamentos. Si es posible, busca un plan de tratamiento que te permita disfrutar de tu vida sin opioides.

Para prevenir el abuso de opioides en tu familia y comunidad, guárdalos muy bien mientras los tomes. Desecha adecuadamente los opioides que no consumas. En EE. UU., puedes encontrar el lugar público más cercano para desechar sustancias controladas en el sitio web que mantiene la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés). También puedes comunicarte con la policía local o el servicio de recolección y reciclaje de basura para obtener información sobre los programas locales de devolución de medicamentos. Si no hay ningún programa de devolución disponible en tu zona, pide ayuda a tu farmacéutico.

Todos desempeñamos una función importante a la hora de acabar con el dominio de los opioides sobre las comunidades y sus residentes.

Last Updated May 25, 2024


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