Rabietas en niños pequeños: Cómo mantener la paz
Estás de compras con tu hijo pequeño en una tienda de comestibles. El niño ha visto una golosina que tú no tienes intención de comprar. De repente, el niño tiene un berrinche fuerte.
¿Cuál es la mejor forma de actuar? ¿Por qué ocurren estas crisis emocionales? ¿Puedes prevenirlas? Considera estos consejos para los berrinches.
¿Por qué pasan las rabietas?
Una rabieta es la expresión de la frustración de un niño pequeño ante sus limitaciones, o bien de ira por no salirse con la suya. Tal vez tu hijo tenga algún problema para entender algo o terminar una tarea. Tal vez tu hijo no tiene el vocabulario para expresar sus sentimientos. La frustración puede desencadenar un estallido, que da como resultado un berrinche.
Si tu hijo está cansado, tiene hambre, se siente mal o debe realizar una transición, es probable que su umbral de frustración sea más bajo y que haga una rabieta.
¿Los niños pequeños hacen rabietas a propósito?
Los niños pequeños no planean frustrar o avergonzar a sus padres. Para la mayoría de los niños pequeños, las rabietas son una forma de expresar frustración. Para los niños mayores, las rabietas pueden ser un comportamiento aprendido. Si recompensas las rabietas con algo que tu hijo quiere —o permites que tu hijo se salga con la suya al hacer una rabieta — es probable que continúe haciéndolas.
¿Pueden evitarse las rabietas?
Puede que no haya una manera infalible de prevenir las rabietas, pero hay mucho que puedes hacer para fomentar el buen comportamiento incluso en los niños más pequeños.
Por ejemplo:
- Sé constante. Establece una rutina diaria para que tu hijo sepa qué esperar. Sigue la rutina tanto como sea posible, incluidas la hora de la siesta y la hora de acostarse. Un niño puede ponerse de mal humor si no tiene suficiente descanso o tiempo de tranquilidad.
- Planifica con anticipación. Haz los mandados cuando tu hijo no esté hambriento o cansado. Si piensas que tendrás que esperar en la fila, lleva un juguete pequeño o un refrigerio para entretener a tu hijo.
- Deja que tu hijo tome decisiones adecuadas. Evita decir "no" a todo. Para darle a tu niño un sentido de control, déjalo tomar decisiones. "¿Te gustaría usar tu camisa roja o tu camisa azul?" "¿Te gustaría comer fresas o plátanos?" "¿Te gustaría leer un libro o construir una torre con tus bloques?"
- Elogia su buen comportamiento. Ofrécele atención adicional cuando tu hijo se comporte bien. Dale a tu hijo un abrazo o dile lo orgulloso que te sientes cuando comparte o sigue instrucciones.
- Evita situaciones que puedan desencadenar berrinches. No le des a tu hijo juguetes que sean demasiado avanzados para su edad. Si tu hijo te pide juguetes o golosinas cuando vas de compras, mantente lejos de las áreas con estas tentaciones. Si tu niño pequeño se porta mal en los restaurantes, elige lugares que ofrezcan un servicio rápido.
¿Cuál es la mejor forma de responder a una rabieta?
En general, la mejor manera de responder a una rabieta es mantener la calma. Si respondes con arrebatos fuertes y de ira, tu hijo podría imitar su comportamiento. Gritarle a un niño para que se calme también puede empeorar las cosas.
En su lugar, tratar de distraer a tu hijo. Un libro diferente, cambiar de lugar o hacer una mueca puede ayudar. Si le has pedido a tu hijo que haga algo en contra de su voluntad, cumple con el pedido ofreciendo tu ayuda. Si le has pedido a tu hijo que no juegue en un área determinada, considera mostrarle en dónde puede jugar.
Si tu hijo está golpeando o pateando a alguien, o tratando de irse corriendo a la calle, detén el comportamiento sosteniéndolo hasta que se calme.
Cuando tu hijo se calme, explícale tus reglas con calma.
¿Qué pasa si mi hijo se vuelve destructivo o peligroso?
Si una rabieta se intensifica, retira a tu hijo de la situación y deja que se le pase:
- Elige un lugar para dejar que exprese la rabieta. Sienta a tu hijo en un lugar aburrido, como en una silla en la sala de estar o en el suelo del pasillo. Espera a que se calme. Deja pasar un minuto por cada año de la edad de tu hijo.
- Mantente firme hasta el final. Si tu hijo comienza a deambular antes de que se le pase la rabieta, llévalo de nuevo al lugar designado. No respondas a nada de lo que diga mientras dure el tiempo de espera.
- Sabe cuándo terminar el tiempo de espera. Cuando tu hijo se haya calmado, cuéntale brevemente el motivo del tiempo de espera y por qué la conducta fue inapropiada. Luego vuelve a tus actividades habituales.
Sin embargo, no hagas esto muy a menudo o dejará de servir.
¿Cuándo se necesita ayuda profesional?
A medida que mejora el autocontrol de tu hijo, los berrinches deberían ser cada vez menos frecuentes. La mayoría de los niños comienzan a tener menos berrinches a la edad de 3 años y medio. Si tu hijo se lastima a sí mismo o a otros, contiene la respiración durante los berrinches hasta el punto de desmayarse, o si los berrinches empeoran después de los 4 años, habla sobre tus preocupaciones con el médico de tu hijo. El médico considerará los problemas físicos o psicológicos que podrían estar contribuyendo a los berrinches.
Last Updated Oct 7, 2022
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