Salud sexual de la mujer: cómo hablar sobre tus necesidades sexuales
La salud sexual de las mujeres, al igual que la de los hombres, es importante para el bienestar emocional y físico. Pero para lograr una vida sexual satisfactoria se necesita autorreflexión y comunicación franca con tu pareja. Aunque hablar de sexualidad puede ser difícil, es un tema que vale la pena abordar.
Si necesitas ayuda para hablar de sexo con tu pareja, sigue esta guía.
Un poco acerca de la salud sexual femenina
Mucha gente piensa que el deseo físico del cuerpo de tener sexo motiva la actividad sexual, lo que lleva a la excitación sexual y, luego, al orgasmo. Aunque esto puede ser cierto para la mayoría de los hombres, no es necesariamente cierto para la mayoría de las mujeres. Diferentes factores ayudan a muchas mujeres a sentirse excitadas y a desear tener sexo, y diferentes factores disminuyen el deseo.
Para muchas mujeres, en particular aquellas mayores de 40 años o que han atravesado la menopausia, el deseo físico no es la motivación principal para tener sexo. Una mujer puede estar motivada a tener sexo para sentirse cerca de su pareja o para mostrar sus sentimientos.
La satisfacción sexual es diferente para cada uno. Muchos factores influyen en la respuesta sexual, incluso cómo te sientes con tu pareja, cómo te sientes contigo mismo, tu salud y tu educación religiosa y cultural. Si te preocupa tu vida sexual, o simplemente quieres encontrar formas de mejorarla, el primer paso es hablar con tu pareja.
Salud sexual de la mujer: comienza por hablar sobre tus necesidades
Puede que no sea fácil para ti hablar de tus deseos sexuales, pero tu pareja no puede leer tu mente. Compartir tus pensamientos y las expectativas que tienes sobre tus experiencias sexuales puede acercarlos y ayudarte a conseguir un mayor disfrute sexual.
Para empezar:
- Admite tu incomodidad. Si te sientes ansioso, dilo. Abrirte respecto de cuáles son tus preocupaciones puede ayudarte a iniciar la conversación. Dile a tu pareja si avergüenza hablar de lo que quieres y pide a tu pareja que te tranquilice que está abierta a la conversación.
- Comiencen a hablar. Hablar puede ayudarte a aumentar tu confianza y tu nivel de comodidad.
- Establezcan un límite de tiempo. Evita abrumarte con una larga charla. Con una dedicación de 15 minutos de conversación al tema, puede que te resulte más fácil mantenerte dentro de tus zonas de confort emocional.
- Hablen regularmente. Tus conversaciones sobre el sexo serán más fáciles cuanto más hables.
- Usen un libro o una película. Invita a tu pareja a leer un libro sobre la salud sexual de la mujer, o recomienda capítulos o secciones que aborden tus preguntas e inquietudes. También puedes usar una escena de una película como punto de partida para una conversación.
Temas para tratar con tu pareja
Cuando hables con tu pareja sobre tus necesidades sexuales, intenta ser específico. Considera la posibilidad de abordar estos temas:
- Tiempo. ¿Reservas suficiente tiempo para la intimidad sexual? Si no lo haces, ¿qué puedes hacer para cambiar las cosas? ¿Cómo puedes hacer que la intimidad sexual sea una prioridad? Piensa en cómo tú y tu pareja pueden apoyarse mutuamente para generar tiempo y energía para el sexo.
- Tu relación. Habla con tu pareja sobre las dificultades entre ambos que podrían estar interfiriendo en el sexo y las formas en que pueden abordarlas.
- Romance. ¿Tú y tu pareja comparten la definición de romance? ¿Ha desaparecido? ¿Cómo puedes volver a encenderlo? ¿Cómo puede el romance preparar el escenario para la intimidad sexual?
- Placer. ¿Qué le da un disfrute individual y mutuo? Estén abiertos a escuchar las peticiones de su pareja y a comprometerse si uno de ustedes se siente incómodo con las peticiones del otro. Conversa sobre las prácticas sexuales que te hacen sentir incómodo.
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Rutina. ¿El sexo se ha vuelto demasiado rutinario o predecible? ¿Qué cambios podrías hacer? Por ejemplo, buscar diferentes momentos para tener sexo o probar nuevas técnicas.
Considera más abrazos, un masaje sensual, autoestimulación, sexo oral o el uso de un vibrador, según tus intereses. Habla de lo que te gusta, de lo que no te gusta y de lo que te gustaría probar.
- Intimidad emocional. El sexo es más que un acto físico, es también una oportunidad para la conexión emocional que favorece la proximidad de la pareja. Traten de no presionarse cuando se trata de tener relaciones sexuales o alcanzar el orgasmo. Disfruten tocándose, besándose, y sintiéndose físicamente y emocionalmente cerca.
- Cambios físicos y emocionales. ¿Los cambios físicos, como una enfermedad, el aumento de peso, los cambios después de la cirugía o los cambios hormonales, están afectando tu vida sexual? También ten en cuenta los factores emocionales que pueden estar interfiriendo en tu disfrute del sexo, como el estar estresado o deprimido.
- Creencias. Discute sobre tus creencias y expectativas con respecto al sexo. Analiza si las ideas erróneas, como la idea de que las mujeres se vuelven menos sexuales después de la menopausia, están afectando tu vida sexual.
Cómo manejar las diferentes necesidades sexuales
Las necesidades sexuales varían. Muchos factores pueden afectar su apetito sexual, incluyendo el estrés, las enfermedades, el envejecimiento y los compromisos familiares, profesionales y sociales. Cualquiera sea la causa, las diferencias en el deseo sexual entre los miembros de la pareja pueden a veces provocar sentimientos de aislamiento, frustración, rechazo o resentimiento.
Habla con tu pareja sobre:
- Tus necesidades de intimidad. La intimidad no solo se refiere a las necesidades sexuales. La intimidad también incluye necesidades emocionales, espirituales, físicas y recreativas. Si no logras satisfacer tus necesidades de intimidad emocional, puede que estés menos interesado en el sexo. Piensa en qué podría hacer tu pareja para mejorar tu intimidad emocional, y habla sobre ello de manera abierta y honesta.
- Las diferencias en el deseo sexual. En cualquier relación a largo plazo, las parejas pueden experimentar diferentes niveles de deseo sexual. Hablen sobre sus diferencias y traten de explorar opciones que los satisfagan a ambos.
Cuándo hablar con tu médico
Si tu dificultad persiste, considera la posibilidad de acudir a un médico o terapeuta sexual para que te ayude. Si tomas medicamentos que puedan afectar tu deseo sexual, revisa tus medicamentos con el médico. El médico puede sugerirte una alternativa.
Asimismo, si un signo o síntoma físico, como la sequedad vaginal, interfiere en tu disfrute sexual, pregunta sobre las opciones de tratamiento. Por ejemplo, un lubricante u otro medicamento puede ayudar con la sequedad vaginal asociada a los cambios hormonales u otros factores.
Last Updated Jan 19, 2024
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