Tratamiento para el asma en niños menores de 5 años
El asma es una hinchazón continua de las vías respiratorias dentro de los pulmones. Esta hinchazón, también conocida como inflamación, hace a las vías respiratorias propensas a ataques de dificultad respiratoria. Son las llamadas crisis asmáticas. Entre los desencadenantes más comunes se encuentran las alergias, los resfriados y el ejercicio. El asma puede controlarse con tratamientos y cambios en el estilo de vida. Los medicamentos pueden controlar la inflamación o tratar las crisis asmáticas. Algunas crisis pueden prevenirse si evitas los desencadenantes siempre que sea posible.
Los profesionales de atención médica detectan y tratan el asma en niños menores de cinco años, pero puede llevar tiempo. En bebés y niños pequeños, los principales síntomas del asma son la tos y un silbido agudo al exhalar. Este sonido se conoce como sibilancias. Estos síntomas pueden estar causados por otras afecciones. Además, las pruebas estándares que miden si una persona respira bien no pueden utilizarse con facilidad ni precisión en niños menores de cinco años. Es más, algunos tratamientos contra el asma, que pueden darse a niños mayores, no se recomiendan para bebés ni niños en edad preescolar.
Por estas razones, el equipo de atención médica de tu hijo debe hacer un cuidadoso seguimiento del asma para controlar la enfermedad. También trabajarás con el equipo de atención médica para preparar un plan escrito de acción. Esto te ayudará a ti y a otras personas en la vida de tu hijo a saber qué hacer cuando se presenten síntomas del asma.
Síntomas de asma en niños menores de 5 años
Los síntomas habituales del asma en niños menores de cinco años son:
- Tos.
- Sibilancia.
- Dificultad para respirar o falta de aliento.
- Una sensación de opresión e incomodidad en el pecho.
La gravedad y los patrones de los síntomas pueden variar:
- Síntomas que empeoran por la noche o a primera hora de la mañana.
- Breves periodos de tos y sibilancias entre ciclos de tiempo sin síntomas.
- Síntomas frecuentes o continuos con eventos de sibilancias y tos peores.
- Cambios estacionales basados en infecciones comunes o desencadenantes de alergias.
Los síntomas del asma pueden desencadenarse o empeorar por determinados acontecimientos:
- Resfriados u otras infecciones respiratorias.
- Desencadenantes de alergias, como el polvo, la caspa de las mascotas o el polen.
- Actividad o ejercicio.
- En bebés, la alimentación.
- Exposición al humo del tabaco u otros irritantes en el aire.
- Reacciones emocionales fuertes, como llorar o reír.
- Ácido estomacal que refluye hacia el conducto que conecta el estómago con la boca, una afección llamada reflujo gastroesofágico.
- Cambios o condiciones meteorológicas extremas.
Urgencias por asma
Las crisis asmáticas graves pueden poner en riesgo la vida. Hay que tratarlas en la sala de emergencias. Los síntomas de una urgencia asmática en niños menores de cinco años incluyen:
- Luchar por respirar.
- Inspirar tan fuerte que la zona del estómago queda metida debajo de las costillas.
- Dificultad para hablar debido a la respiración limitada.
- Respiración rápida e irregular.
- Fosas nasales dilatadas.
- El pecho se retrae con cada respiración.
Pruebas para detectar y hacer un seguimiento del asma en niños pequeños
Averiguar si un niño menor de cinco años tiene asma puede ser todo un reto. Los síntomas principales pueden solaparse con otras afecciones. Con los niños mayores, un profesional de atención médica puede hacer pruebas respiratorias que midan lo bien que funcionan los pulmones. Pero este tipo de prueba no es útil con los niños más pequeños. Eso se debe a que pueden tener problemas para seguir instrucciones y respirar como se les dice.
Por estas razones, es probable que el profesional de atención médica de tu hijo utilice muchos datos para averiguar si los síntomas de tu hijo están causados por el asma.
Antecedentes médicos
Es probable que el profesional de atención médica de tu hijo te haga muchas preguntas, como las siguientes:
- ¿Hay antecedentes familiares de asma?
- ¿Con qué frecuencia tiene síntomas tu hijo?
- ¿Despierta la tos a tu hijo por la noche?
- ¿Aparecen los síntomas junto con un resfriado? ¿O se producen sin un resfriado?
- ¿Le han impedido los síntomas a tu hijo ir al colegio o realizar otras actividades?
- ¿Con qué frecuencia se producen los ataques de dificultad respiratoria? ¿Cuánto duran?
- ¿Ha necesitado tu hijo atención médica de emergencia por problemas respiratorios?
- ¿Tiene tu hijo alguna alergia conocida al polen, al polvo, a los animales domésticos o a los alimentos?
- ¿Está tu hijo expuesto al humo del tabaco o a otras sustancias irritantes del aire?
Análisis de laboratorio.
Otras pruebas pueden ser las siguientes:
- Análisis de sangre. Puede medir los niveles de determinados glóbulos blancos que pueden ser más elevados en respuesta a las infecciones.
- Radiografía de tórax. Esto puede revelar cambios en los pulmones cuando el asma es de moderada a grave. También puede utilizarse para averiguar si otras enfermedades tratables son la causa de los síntomas de tu hijo.
- Pruebas de alergia. Un análisis cutáneo o sanguíneo puede indicar si tu hijo tiene una alergia.
Tratamiento de prueba
Si el profesional de atención médica cree que tu hijo puede tener asma, probablemente le recetará un medicamento para el asma. Esto se conoce como tratamiento de prueba. Si el medicamento mejora la respiración, es más probable que tu hijo tenga asma. Los niños con síntomas algo leves y poco frecuentes pueden tomar medicamentos cuyos efectos duren poco tiempo. Es lo que se conoce como medicamento de alivio rápido o de rescate. También se llama broncodilatador de acción corta.
Si los síntomas de tu hijo son más regulares o graves, es probable que necesite medicamentos que se tomen regularmente para controlar los síntomas y prevenir las crisis asmáticas. La mejoría durante las siguientes cuatro a seis semanas respaldaría un diagnóstico y sentaría las bases para un plan de tratamiento continuado.
Es importante que lleves un registro de los síntomas de tu hijo durante un tratamiento de prueba. Sigue también atentamente las instrucciones del profesional de atención médica. Si los síntomas de tu hijo no mejoran durante el tratamiento de prueba, es probable que el profesional de atención médica busque otras causas tratables.
Tratamiento del asma en niños menores de 5 años
Los objetivos del tratamiento de los niños pequeños con asma son:
- Tratar la inflamación de las vías respiratorias, casi siempre con medicamentos diarios, para prevenir las crisis asmáticas. Esto también se conoce como tratamiento a largo plazo.
- Utilizar medicamentos de alivio rápido para tratar las crisis asmáticas.
- Evitar los desencadenantes del asma o reducir su efecto.
- Ayudar a los niños a mantener su actividad habitual.
El profesional de atención médica de tu hijo ajusta el tratamiento a largo plazo de tu hijo a medida que pasa el tiempo. Al principio, se puede aumentar la cantidad de medicamento, lo que también se denomina aumento gradual. Esto se hace hasta que el asma está bajo control durante un tiempo. Después, se reduce la cantidad de medicamento, lo que también se denomina reducción gradual. Este plan de tratamiento común se conoce como enfoque escalonado. El objetivo es encontrar el equilibrio adecuado de medicamentos. Consiste en tomar la menor cantidad posible de medicamentos diarios para mantener el asma bajo control. También significa necesitar la menor cantidad posible de tratamientos de alivio rápido para las crisis asmáticas.
Si tu hijo necesita utilizar medicamentos de alivio rápido con demasiada frecuencia, es probable que el tratamiento a largo plazo se aumente progresivamente. O bien, puede añadirse otro medicamento.
El medicamento se aumenta o disminuye en función de la respuesta al tratamiento y del crecimiento y desarrollo general de cada niño. También depende de los cambios estacionales o de los cambios en los niveles de actividad.
Medicamentos para control a largo plazo
Los medicamentos para control a largo plazo suelen tomarse a diario para prevenir los síntomas del asma. Puede que también los hayas oído llamar medicamentos de mantenimiento. Entre los tipos de medicamentos para control a largo plazo se encuentran los siguientes:
- Corticoides inhalados. Estos medicamentos se inhalan para tratar la inflamación de las vías respiratorias que deriva en los síntomas del asma. Son el tipo de medicamento para control a largo plazo más eficaz e importante para los niños. Los corticoides inhalados para bebés y niños en edad preescolar incluyen la budesonida (Pulmicort Flexhaler, Pulmicort Respules), la fluticasona (Flovent HFA) y la beclometasona (Qvar Redihaler).
Modificadores de leucotrienos. Estos medicamentos administrados por vía oral bloquean los efectos de las sustancias químicas del sistema inmunitario que derivan en síntomas del asma. Puede añadirse un modificador de los leucotrienos a un plan de tratamiento si un corticoide inhalado por sí solo no controla el asma lo suficientemente bien. El medicamento montelukast (Singulair) está aprobado en forma de comprimido masticable para niños de dos a seis años. Está aprobado en forma de gránulos que pueden añadirse a alimentos hechos puré para niños a partir de un año.
En raras ocasiones, el montelukast se ha relacionado con reacciones mentales. Entre ellas se incluyen agitación, agresividad, alucinaciones, depresión y pensamientos suicidas. Busca ayuda médica inmediatamente si tu hijo tiene alguna reacción inusual.
- Agonista beta de acción prolongada. Este tipo de medicamento se inhala para relajar los músculos de las vías respiratorias que llevan el aire a los pulmones. Un agonista beta de acción prolongada no se utiliza por sí solo debido al riesgo de crisis asmáticas graves. En cambio, puede añadirse a un tratamiento con corticoides inhalados si el corticoide por sí solo no ayuda lo suficiente. Un agonista beta de acción prolongada común aprobado para niños a partir de cuatro años es el salmeterol (Serevent).
- Agonista beta de acción prolongada y un corticoide inhalado. Estos dos medicamentos pueden combinarse para tratar a niños pequeños con asma grave y persistente. Por ejemplo, salmeterol más fluticasona (Advair Diskus) está aprobado para niños a partir de cuatro años.
- Cromolina. Este medicamento se inhala para aliviar la inflamación de los pulmones. Puede utilizarse solo o como tratamiento complementario con corticoides inhalados. No se ha investigado tanto su eficacia en comparación con otros medicamentos para control a largo plazo para niños pequeños.
- Corticoides orales. Estos medicamentos tomados por vía oral ayudan a aliviar la inflamación pulmonar. Solo se utilizan cuando el asma no puede controlarse con otros tratamientos.
Medicamentos de rescate de alivio rápido
Estos medicamentos pueden aliviar los síntomas del asma de inmediato, y sus efectos duran de cuatro a seis horas. Los medicamentos de alivio rápido para el asma incluyen el albuterol (ProAir HFA, Ventolin HFA, otros) y el levalbuterol (Xopenex HFA).
Para los niños con síntomas asmáticos leves y ocasionales, este tipo de medicamento puede ser el único tratamiento necesario.
Para los niños pequeños que padecen asma continua y utilizan medicamentos para control a largo plazo, se utilizan medicamentos de alivio rápido para tratar las crisis asmáticas. También puede utilizarse para prevenir los síntomas del asma desencadenados por el ejercicio.
El uso excesivo de medicamentos de alivio rápido suele significar que el profesional de atención médica debe modificar el plan de tratamiento de control a largo plazo.
Dispositivos para la administración de medicamentos
La mayoría de los medicamentos para el asma se administran con un dispositivo llamado inhalador dosificador. Para que los medicamentos lleguen a los pulmones son necesarias respiraciones profundas en el momento adecuado. Los accesorios para inhaladores dosificadores y otros dispositivos pueden facilitar que los niños menores de cinco años reciban la cantidad correcta de medicamento. Estos dispositivos incluyen:
- Cámara de retención con válvula y mascarilla. Puede acoplarse a un inhalador dosificador. La cámara ayuda al niño a inhalar el medicamento. La mascarilla permite al niño hacer seis respiraciones para obtener la misma cantidad de medicamento que inhalando una sola bocanada grande de medicamento.
- Nebulizador. Este dispositivo convierte los medicamentos en un fino aerosol. El niño respira el aerosol a través de una mascarilla. A menudo, los niños pequeños necesitan utilizar un nebulizador porque les resulta difícil o imposible utilizar otros dispositivos inhaladores.
Pasos para mantener el asma bajo control en los niños pequeños
Con estos consejos podrás controlar mejor el asma de tu hijo.
Crear un plan de acción
El equipo de atención médica de tu hijo puede ayudarte a preparar un plan escrito de acción contra el asma. Puedes utilizar el plan en casa y compartirlo con otros miembros de la familia, amigos, profesores de preescolar y niñeras. Un plan exhaustivo incluye aspectos como los siguientes:
- El nombre y la edad de tu hijo.
- Información sobre profesionales de atención médica y contactos de emergencia.
- El tipo, la dosis y el momento de administración de los medicamentos a largo plazo.
- El tipo y la dosis del medicamento de rescate.
- Una lista de los desencadenantes habituales del asma en tu hijo y consejos para evitarlos.
- Un sistema para clasificar la respiración típica, los síntomas moderados y los síntomas graves.
- Instrucciones sobre qué hacer cuando aparecen los síntomas y cuándo utilizar el medicamento de rescate.
Vigilar y registrar
Lleva un registro de los síntomas de tu hijo y del programa de tratamiento. Compártelo con el equipo de atención médica de tu hijo. Estos registros pueden ayudar al equipo de atención médica de tu hijo a decidir si el plan de tratamiento de control a largo plazo funciona bien. El equipo de atención médica puede modificar el plan según sea necesario. Acude también a todas las revisiones que te recomiende el profesional de atención médica. La información que registres debe incluir:
- La hora y la duración de una crisis asmática, y lo que ocurrió justo antes.
- Respuestas al tratamiento de las crisis asmáticas.
- Efectos secundarios de los medicamentos.
- Cambios en los síntomas de tu hijo.
- Cambios en los niveles de actividad o en los patrones de sueño.
Controlar los desencadenantes del asma
Colabora con el equipo de atención médica de tu hijo para saber qué cosas desencadenan sus crisis asmáticas. Luego, ayuda a tu pequeño a evitar estos desencadenantes en la medida de lo posible. Quizá tengas que hacer cambios en casa y en otros lugares a los que tu hijo acude con frecuencia, como guarderías. Dependiendo de los factores desencadenantes de tu hijo, puede que tengas que hacer cambios como los siguientes:
- Limpiar a fondo para controlar el polvo y la caspa de las mascotas.
- Consultar los informes diarios sobre la concentración de polen.
- Desechar los productos de limpieza u otros productos domésticos que puedan irritar las vías respiratorias de tu hijo.
- Dar a tu hijo el medicamento antialérgico indicado por el equipo de atención médica.
También puede ser útil enseñarle a tu hijo a lavarse las manos y otros hábitos para prevenir los resfriados. Una vez que los niños tengan edad suficiente, también puedes enseñarles a entender y evitar los desencadenantes de su asma.
Last Updated Dec 28, 2023
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