Diabetes tipo 1 en niños

Perspectiva general

La diabetes tipo 1 en los niños es una afección en la que el cuerpo de tu hijo ya no produce una hormona importante (insulina). Tu hijo necesita insulina para sobrevivir, por lo que la insulina que le falta debe reemplazarse con inyecciones o con una bomba de insulina. La diabetes tipo 1 en niños solía llamarse “diabetes juvenil” o “diabetes insulinodependiente”.

El diagnóstico de la diabetes tipo 1 en los niños puede ser abrumador, especialmente al principio. De repente, tú y tu hijo (según su edad) deben aprender a aplicar inyecciones, contar los carbohidratos y controlar el nivel de glucosa en la sangre.

No hay cura para la diabetes tipo 1 en los niños, pero se puede controlar. Los avances en el control del nivel de glucosa en la sangre y la administración de insulina han mejorado el control de la glucosa en la sangre y la calidad de vida de los niños con diabetes tipo 1.

Síntomas

Los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 en los niños suelen desarrollarse rápidamente y pueden incluir:

  • Aumento de la sed
  • Orinar con frecuencia, posiblemente mojar la cama en un niño entrenado para ir al baño
  • Hambre extrema
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Fatiga
  • Irritabilidad o cambios de comportamiento
  • Aliento con olor a fruta

Cuándo debes consultar a un médico

Consulta al proveedor de atención médica de tu hijo si notas alguno de los signos o síntomas de la diabetes tipo 1.

Causas

Se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1. Sin embargo, en la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, el sistema inmunitario del cuerpo, que normalmente combate las bacterias y los virus dañinos, destruye por error las células productoras de insulina (islotes) en el páncreas. La genética y los factores ambientales parecen influir en este proceso.

Una vez que las células islote del páncreas se destruyen, tu hijo produce poca o ninguna insulina. La insulina realiza el trabajo crítico de mover el azúcar (glucosa) del torrente sanguíneo a las células del cuerpo para darles energía.

El azúcar entra en el torrente sanguíneo cuando se digiere la comida. Sin suficiente insulina, el azúcar se acumula en el torrente sanguíneo de tu hijo. Si esto no se trata, puede causar complicaciones que ponen en riesgo la vida.

Factores de riesgo

La diabetes tipo 1 suele ser más frecuente en los niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. Los factores de riesgo de la diabetes tipo 1 en los niños incluyen los siguientes:

  • Antecedentes familiares. Cualquiera que tenga un padre o un hermano con diabetes tipo 1 afronta un riesgo levemente mayor de tener la afección.
  • Genética. Ciertos genes indican un mayor riesgo de tener diabetes tipo 1.
  • Raza. En los Estados Unidos, la diabetes tipo 1 es más común entre los niños blancos de ascendencia no hispana que entre los niños de otras razas.
  • Determinados virus. La exposición a diversos virus puede desencadenar la destrucción autoinmunitaria de las células de los islotes.

Complicaciones

La diabetes tipo 1 puede afectar los principales órganos del cuerpo. Mantener tu nivel de glucosa sanguínea cerca de lo normal casi siempre puede reducir en gran medida el riesgo de muchas complicaciones.

Las complicaciones pueden ser las siguientes:

  • Enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos. La diabetes aumenta el riesgo de que tu hijo desarrolle afecciones como vasos sanguíneos estrechos, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares más adelante en la vida.
  • Daño en los nervios. El exceso de azúcar puede dañar las paredes de los pequeños vasos sanguíneos que alimentan los nervios de tu hijo. Esto puede causar hormigueo, entumecimiento, ardor o dolor. El daño en los nervios generalmente sucede progresivamente durante un período prolongado.
  • Daño renal. La diabetes puede dañar los numerosos grupos de vasos sanguíneos diminutos en los riñones, que filtran los desechos de la sangre de tu hijo.
  • Daño ocular. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos de la retina del ojo, lo que puede provocar problemas de visión.
  • Osteoporosis. La diabetes puede disminuir la densidad mineral ósea, lo que incrementa el riego de que tu hijo padezca osteoporosis en la adultez.

Para ayudar a tu hijo a prevenir las complicaciones de la diabetes, puedes hacer lo siguiente:

  • Trabajar con tu hijo para mantener un buen control de la glucosa sanguínea en la medida de lo posible
  • Enseñar a tu hijo la importancia de llevar una alimentación saludable y hacer actividad física regular
  • Programar consultas regulares con el profesional de atención médica que se encarga de controlar la diabetes de tu hijo

Los niños con diabetes tipo 1 corren riesgo de padecer otros trastornos autoinmunitarios, como enfermedades de la tiroides y enfermedad celíaca. El proveedor de atención médica de tu hijo puede recomendar pruebas para estas afecciones.

Prevención

Actualmente, no se conoce ninguna forma segura de prevenir la diabetes tipo 1, pero es un área de investigación muy activa.

Los anticuerpos asociados a la diabetes tipo 1 en niños que tienen un alto riesgo de tener el trastorno pueden detectarse meses o incluso años antes de que aparezcan los primeros síntomas de la diabetes tipo 1. Los investigadores están trabajando en lo siguiente:

  • Prevenir o retardar la aparición de la diabetes tipo 1 en personas con un alto riesgo de tener la enfermedad.
  • Evitar una mayor destrucción de las células de islotes en las personas recientemente diagnosticadas.

Diagnóstico

Hay varios análisis de sangre para la diabetes tipo 1 en los niños. Estas pruebas se utilizan para diagnosticar la diabetes y controlarla:

  • Examen aleatorio de glucosa sanguínea. Este es el examen de detección primaria para la diabetes tipo 1. Se toma una muestra de sangre al azar. Un nivel de glucosa sanguínea de 200 miligramos por decilitro (mg/dl), u 11,1 milimoles por litro (mmol/l) o superior, junto con los síntomas, sugieren diabetes.
  • Prueba de hemoglobina glucosilada (A1C). Esta prueba indica el nivel promedio de glucosa sanguínea de tu hijo durante los últimos 3 meses. Un nivel de hemoglobina glucosilada (A1C) de 6,5 % o más alto en dos pruebas separadas indica diabetes.
  • Examen de glucemia en ayunas. Se toma una muestra de sangre después de que tu hijo no haya comido nada (ayuno) durante al menos 8 horas o toda la noche. Un nivel de glucosa sanguínea en ayunas de 126 mg/dl (7,0 mmol/l) o superior puede indicar diabetes tipo 1.

Pruebas adicionales

Si el análisis de glucosa en la sangre indica la existencia de diabetes, es probable que el proveedor de atención médica recomiende pruebas adicionales para distinguir entre la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2, ya que las estrategias de tratamiento difieren según el tipo. Otras pruebas incluyen análisis de sangre para detectar los anticuerpos que son comunes en la diabetes tipo 1.

Tratamiento

El tratamiento de la diabetes tipo 1 comprende lo siguiente:

  • Tomar insulina
  • Controlar la glucosa sanguínea
  • Consumir alimentos saludables
  • Hacer ejercicio de forma regular

Trabajarás estrechamente con un equipo para el tratamiento de la diabetes de tu hijo, conformado por un proveedor de atención médica, un especialista diplomado en educación y atención médica de la diabetes y un dietista titulado. El objetivo del tratamiento es mantener la glucosa sanguínea de tu hijo dentro de determinados niveles. Este rango objetivo ayuda a mantener el nivel de glucosa sanguínea lo más cerca posible del valor normal.

El proveedor de atención médica te informará cuál es el rango objetivo de glucosa sanguínea para tu hijo. Este rango puede variar a medida que tu hijo crezca y manifieste cambios.

Insulina

Cualquier persona que tenga diabetes tipo 1 necesita un tratamiento de por vida con uno o más tipos de insulina para sobrevivir.

Existen muchos tipos de insulina disponibles, incluidos los siguientes:

  • Insulina de acción rápida. Este tipo de insulina empieza a actuar en 15 minutos. Alcanza su efecto máximo a los 60 minutos y dura aproximadamente 4 horas. Este tipo se usa a menudo de 15 a 20 minutos antes de las comidas. Algunos ejemplos son lispro (Humalog, Admelog), aspart (NovoLog, Fiasp) y glulisina (Apidra).
  • Insulina de acción corta. Este tipo de insulina, que a veces se llama insulina regular, empieza a actuar unos 30 minutos después de la inyección. Alcanza su efecto máximo entre 90 y 120 minutos después de administrarla y dura aproximadamente de 4 a 6 horas. Algunos ejemplos son la insulina humana (Humulin R, Novolin R).
  • Insulina de acción intermedia. Este tipo de insulina, a la que también se llama insulina isófana (NPH, por sus siglas en inglés), empieza a actuar entre 1 y 3 horas después de inyectarla. Alcanza su efecto máximo entre 6 y 8 horas después de administrarla y dura de 12 a 24 horas. Algunos ejemplos son insulina NPH (Humulin N, Novolin N).
  • Insulina de acción prolongada y ultraprolongada. Es posible que este tipo de insulina proporcione cobertura de 14 a 40 horas. Algunos ejemplos son glargina (Lantus, Toujeo, otras), detemir (Levemir) y degludec (Tresiba).

Opciones de administración de la insulina

Las opciones de administración de la insulina comprenden:

  • Aguja fina y jeringa. Se parece a una inyección que podrías recibir en el consultorio del proveedor de atención médica, pero con una jeringa más pequeña y una aguja mucho más fina y corta.
  • Pluma para insulina con aguja fina. Este dispositivo parece un bolígrafo de tinta, excepto que el cartucho está lleno de insulina. Se le coloca una aguja para la inyección.
  • Bomba de insulina. Se trata de un pequeño dispositivo que se lleva en el exterior del cuerpo y que se programa para administrar cantidades específicas de insulina a lo largo del día y cuando comes. Un tubo conecta el reservorio de insulina a un catéter que se inserta bajo la piel del abdomen.

    También hay una opción de bomba sin tubo que consiste en usar una cápsula que contiene la insulina en el cuerpo combinada con un pequeño catéter que se inserta bajo la piel.

Control de azúcar en sangre

Tú o tu hijo deberán controlar y registrar el nivel de glucosa sanguínea de tu hijo al menos cuatro veces al día. Por lo general, la prueba de glucosa en sangre debe hacerse antes de cada comida y a la hora de acostarse y, ocasionalmente, en mitad de la noche. Pero es posible que deban controlarla más a menudo si tu hijo no tiene un glucómetro continuo.

Las pruebas frecuentes son la única manera de asegurarse de que el nivel de glucosa sanguínea de tu hijo se mantenga dentro del rango objetivo.

Medidor continuo de glucosa

Los glucómetros continuos miden la glucosa en la sangre cada pocos minutos mediante un sensor temporal que se inserta bajo la piel. Algunos dispositivos muestran la lectura de la glucosa en la sangre en todo momento en un receptor o en el teléfono o reloj inteligentes, mientras que otros requieren que se compruebe la glucosa en la sangre al pasar el receptor por el sensor.

Sistema de circuito cerrado

Un sistema de circuito cerrado es un dispositivo que se implanta en el cuerpo, que conecta un medidor de glucosa continuo a una bomba de insulina. El medidor comprueba regularmente los niveles de glucosa en la sangre. El dispositivo libera automáticamente la cantidad correcta de insulina cuando el medidor indica que se necesita.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos ha aprobado varios sistemas híbridos de circuito cerrado para casos de diabetes de tipo 1. Se denominan "híbridos" porque requieren la intervención del usuario. Por ejemplo, es posible que tengas que indicar al dispositivo cuántos hidratos de carbono has ingerido o confirmar los niveles de glucosa en la sangre de vez en cuando.

Todavía no existe un sistema de circuito cerrado que no necesite la intervención del usuario, pero actualmente hay más sistemas de este tipo en fase de ensayo clínico.

Alimentación saludable

La comida es una parte importante de cualquier plan de tratamiento de la diabetes, pero eso no significa que tu hijo tenga que seguir una "dieta para la diabetes" estricta. Al igual que el resto de la familia, la dieta de tu hijo debe incluir regularmente alimentos nutritivos y bajos en grasas y calorías, como por ejemplo:

  • Verduras
  • Frutas
  • Proteínas magras
  • Cereales integrales

El dietista titulado de tu hijo puede ayudarte a crear un plan de comidas conforme a los objetivos de salud y preferencias alimenticias del niño, así como a planificar los gustos ocasionales. También te enseñará a contar los carbohidratos de los alimentos para que puedas utilizar esa información cuando calcules la dosis de insulina.

Actividad física

Todo el mundo necesita ejercicio aeróbico regular, y los niños con diabetes tipo 1 no son la excepción.

Pero recuerda que la actividad física puede afectar a la glucosa sanguínea. Este efecto en los niveles de glucosa sanguínea puede durar horas después del ejercicio, e incluso toda la noche. Puede que tú o tu hijo necesiten hacer ajustes en el plan de comidas o en la dosis de insulina por el aumento de actividad.

Si tu hijo comienza una nueva actividad, comprueba su nivel de glucosa sanguínea con mayor frecuencia de lo habitual hasta que tú y tu hijo sepan cómo reacciona su organismo a la actividad.

Haz de la actividad física una parte de la rutina diaria de tu hijo. Alienta a tu hijo a realizar al menos 60 minutos de actividad física diaria o, mejor aún, haz ejercicio con él.

Hacer frente a los desafíos

La glucosa sanguínea a veces puede cambiar de manera impredecible. Durante estos desafíos, hacer pruebas de glucosa sanguínea más frecuentes puede ayudar a identificar los problemas y guiar el tratamiento. Pregúntale al equipo de tratamiento de la diabetes de tu hijo cómo manejar estos y otros desafíos:

  • Alimentación selectiva. Los niños muy pequeños con diabetes tipo 1 podrían no terminar lo que tienen en sus platos, lo que puede ser un problema si ya han recibido insulina para ese alimento.
  • Enfermedad. La enfermedad tiene efectos variables en las necesidades de insulina de los niños. Las hormonas producidas durante la enfermedad elevan los niveles de glucosa sanguínea, pero la reducción de la ingesta de carbohidratos debido a la falta de apetito o a los vómitos disminuye las necesidades de insulina. El proveedor de atención médica de tu hijo recomendará una vacuna contra la gripe para tu hijo cada año y es posible que también le recomiende la vacuna contra la neumonía y la vacuna contra la COVID-19 si tu hijo tiene 5 años o más.
  • Período de crecimiento y de pubertad. Justo cuando has logrado dominar las necesidades de insulina de tu hijo, él crece aparentemente de la noche a la mañana y, de repente, no recibe la insulina suficiente. Las hormonas también pueden afectar las necesidades de insulina, en especial, en las niñas adolescentes cuando comienzan a menstruar.
  • Sueño. Para evitar problemas de bajo nivel de glucosa sanguínea durante la noche, es posible que tengas que ajustar la rutina de insulina de tu hijo y los horarios de los refrigerios.
  • Cambios temporales en la rutina. A pesar de la planificación, los días no siempre son iguales. Controla los niveles de glucosa sanguínea con frecuencia cuando los horarios cambien inesperadamente. Planifica con antelación los días festivos, las ocasiones especiales y las vacaciones.

Atención médica continua

Tu hijo necesitará citas periódicas para llevar un buen control de la diabetes. Esto puede incluir una revisión de los patrones de glucosa sanguínea de tu hijo, necesidades de insulina, alimentación y actividad física.

El proveedor de atención médica también revisa los niveles de hemoglobina glucosilada A1C de tu hijo. La Asociación Americana de la Diabetes generalmente recomienda una hemoglobina glucosilada A1C del 7 % o inferior en niños y adolescentes con diabetes.

El proveedor de atención médica también revisará periódicamente a tu hijo para controlar lo siguiente:

  • Presión arterial
  • Crecimiento
  • Niveles de colesterol
  • Función tiroidea
  • Función renal
  • Pies
  • Ojos

Signos de problemas

Pese a todos tus esfuerzos, a veces surgirán problemas. Ciertas complicaciones a corto plazo de la diabetes tipo 1 requieren atención médica inmediata porque, de lo contrario, pueden llegar a ser muy graves. Entre estas complicaciones podemos encontrar las siguientes:

  • Glucosa sanguínea baja (hipoglucemia)
  • Glucosa sanguínea alta (hiperglucemia)
  • Cetoacidosis diabética

Glucosa sanguínea baja (hipoglucemia)

La hipoglucemia es un nivel de glucosa sanguínea inferior al rango objetivo de tu hijo. Los niveles de glucosa sanguínea pueden disminuir por muchas razones, entre ellas, saltearse una comida, hacer más actividad física de lo normal o inyectarse demasiada insulina. La glucosa sanguínea baja no es algo poco frecuente en las personas con diabetes tipo 1, pero si no se trata rápidamente, los síntomas empeorarán.

Entre los signos y síntomas de la glucosa sanguínea baja, se incluyen los siguientes:

  • Palidez
  • Temblores
  • Hambre
  • Sudoración
  • Irritabilidad y otros cambios en el estado de ánimo
  • Dificultad para concentrarse o confusión
  • Mareos o aturdimiento
  • Pérdida de la coordinación
  • Habla arrastrada
  • Pérdida del conocimiento
  • Convulsiones

Explícale a tu hijo cuales son los síntomas de la glucosa sanguínea baja. En caso de duda, siempre debes hacer un análisis de glucosa sanguínea. Si no dispones de un glucómetro y tu hijo tiene síntomas de glucosa sanguínea baja, trátalo como si la tuviera y luego realízale la prueba lo antes posible.

Si tu hijo presenta una glucosa sanguínea baja, haz lo siguiente:

  • Dale un carbohidrato de acción rápida. Pídele a tu hijo que consuma de 15 a 20 gramos de un carbohidrato de acción rápida, como jugo de fruta, tabletas de glucosa, pastillas, gaseosa común (no dietética) u otra fuente de glucosa. Los alimentos con grasas agregadas, tales como el chocolate o el helado, no elevan tan rápidamente la glucosa sanguínea porque la grasa reduce la absorción de la glucosa.
  • Vuelve a controlar la glucosa sanguínea. Vuelve a controlar la glucosa sanguínea de tu hijo en unos 15 minutos para verificar que esté de nuevo dentro del rango objetivo. Si no lo está, vuelve a darle un carbohidrato de acción rápida y a hacer un control en 15 minutos según sea necesario hasta que el resultado se encuentre dentro del rango objetivo de tu hijo.
  • A continuación, dale un refrigerio o una comida. Una vez que la glucosa sanguínea vuelva a estar dentro del rango objetivo, pídele a tu hijo que coma un refrigerio o una comida saludable para ayudar a prevenir otro nivel bajo de glucosa sanguínea.

Si un nivel bajo de glucosa sanguínea hace que tu hijo pierda el conocimiento, puede ser necesaria una inyección de emergencia de una hormona que estimule la liberación de glucosa en la sangre (glucagón).

Glucosa sanguínea alta (hiperglucemia)

La hiperglucemia implica un nivel de glucosa sanguínea por encima del rango objetivo de tu hijo. Los niveles de glucosa sanguínea pueden aumentar por muchas razones, que incluyen enfermedades, comer demasiado, comer determinados tipos de alimentos y no usar suficiente insulina.

Entre los signos y síntomas de un alto nivel de glucosa sanguínea, se incluyen los siguientes:

  • Micción frecuente
  • Aumento de la sed o sequedad de la boca
  • Visión borrosa
  • Fatiga
  • Náuseas

Si sospechas que el nivel de glucosa sanguínea es alto, controla el nivel de glucosa sanguínea de tu hijo. Si el nivel de glucosa sanguínea es superior al rango objetivo, sigue el plan de tratamiento para la diabetes de tu hijo o consulta con su proveedor de atención médica. Los niveles altos de glucosa sanguínea no bajan rápidamente, así que pregunta cuánto tiempo debes esperar para volver a controlar la glucosa sanguínea.

Si tu hijo tiene un nivel de glucosa sanguínea superior a 240 mg/dl (13,3 mmol/l), debe usar un kit de prueba de cetonas para comprobar si tiene cetonas.

Cetoacidosis diabética

Una falta grave de insulina hace que el cuerpo de tu hijo descomponga la grasa para obtener energía. Como consecuencia de esta descomposición se produce una sustancia llamada cetona. El exceso de cetonas se acumula en la sangre de tu hijo y se genera una afección potencialmente mortal que se conoce como cetoacidosis diabética.

Los signos y síntomas de la cetoacidosis diabética incluyen:

  • Sed o boca muy seca
  • Aumento de la frecuencia de micción
  • Piel seca o enrojecida
  • Náuseas, vómitos o dolor abdominal
  • Un olor dulce y afrutado en el aliento de tu hijo
  • Confusión

Si sospechas que tu hijo tiene cetoacidosis diabética, comprueba el exceso de cetonas en la orina. Si los niveles de cetonas son altos, llama al proveedor de atención médica de tu hijo o solicita atención de emergencia.

Glucómetro continuo y bomba de insulina

A la izquierda, se muestra un glucómetro continuo, que es un dispositivo que mide tu glucosa en la sangre cada pocos minutos mediante un sensor colocado bajo la piel. Una bomba de insulina, que puedes llevar en el bolsillo, es un dispositivo que se usa de forma extracorpórea con un tubo que conecta el reservorio de insulina a un catéter inserto bajo la piel del abdomen. Las bombas de insulina están programadas para proporcionar cantidades específicas de insulina automáticamente y cuando comes.

Estilo de vida y remedios caseros

El seguimiento de un plan de tratamiento para la diabetes requiere una atención médica de 24 horas y cambios significativos en el estilo de vida. El control cuidadoso de la diabetes tipo 1 ayuda a reducir el riesgo de complicaciones graves de tu hijo.

A medida que tu hijo crece, haz lo siguiente:

  • Aliéntalo para que participe de manera más activa en el control de la diabetes
  • Destaca la importancia del cuidado de la diabetes de por vida
  • Enséñale cómo medirse la glucosa en la sangre e inyectarse insulina
  • Ayúdalo a elegir alimentos de forma inteligente
  • Aliéntalo para que haga actividad física
  • Fomenta una relación entre tu hijo y su equipo para el tratamiento de la diabetes
  • Asegúrate de que utilice una etiqueta de identificación médica

Los hábitos que le enseñes a tu hijo hoy lo ayudarán a disfrutar de una vida activa y saludable con diabetes tipo 1.

La escuela y la diabetes

Tendrás que hablar con el proveedor de cuidados diurnos o el personal de enfermería de la escuela de tu hijo para asegurarte de que conozcan los síntomas de los niveles altos y bajos de glucosa en la sangre. Es posible que el personal de enfermería de la escuela necesite administrar insulina o controlar los niveles de glucosa en la sangre de tu hijo.

La ley federal protege a los niños con diabetes, y las escuelas deben hacer las adaptaciones razonables para asegurarse de que todos los niños reciban una educación adecuada.

Consulta al proveedor de atención médica

Si tienes preguntas entre cada cita, comunícate con el proveedor de atención médica de tu hijo, con un especialista diplomado en educación y atención médica de la diabetes o con un dietista titulado.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

Si controlar la diabetes de tu hijo te parece abrumador, tómatelo con calma, cada cosa a su tiempo. Algunos días controlarás la glucosa sanguínea de tu hijo perfectamente y otros días puede parecer que nada funciona bien. Nadie puede hacerlo a la perfección. Sin embargo, tus esfuerzos valen la pena. No olvides que no estás solo y que tu equipo de tratamiento de la diabetes puede ayudar.

Las emociones de tu hijo

La diabetes puede afectar a las emociones de tu hijo de forma directa e indirecta. La glucosa en la sangre mal controlada puede causar cambios de comportamiento, como la irritabilidad.

La diabetes también puede hacer que tu hijo se sienta diferente a los demás niños. El hecho de tener que sacarse sangre y aplicarse inyecciones hace diferentes a los niños con diabetes de sus compañeros. Reunir a tu hijo con otros niños que tienen diabetes o pasar tiempo en un campamento para niños con diabetes puede ayudar a que tu hijo se sienta menos solo.

Salud mental y abuso de sustancias

Las personas con diabetes corren un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad y aflicción relacionadas con la diabetes. Por eso algunos especialistas en diabetes normalmente incluyen un trabajador social o un psicólogo como parte de su equipo de atención médica para la diabetes.

Si notas que tu niño o adolescente se siente triste o pesimista de manera constante, o presenta cambios drásticos en sus hábitos de sueño, en el peso, en el desempeño escolar o en la relación con sus amigos, llévalo a que lo evalúen para determinar si tiene depresión.

La rebeldía también puede ser un problema, especialmente en el caso de los adolescentes. Un niño que cumplió correctamente con su plan de tratamiento para la diabetes puede rebelarse en la adolescencia e ignorar sus cuidados. Además, consumir drogas ilícitas, alcohol y fumar puede ser aún más peligroso para las personas con diabetes.

Grupos de apoyo

Es posible que hablar con un consejero o terapeuta te ayude o ayude a tu hijo a hacer frente a los cambios drásticos de estilo de vida que conlleva el diagnóstico de la diabetes tipo 1. Es posible que tu hijo encuentre ánimo y comprensión en un grupo de apoyo para niños que padecen diabetes tipo 1. También están disponibles los grupos de apoyo para padres.

Si te interesa, es probable que el proveedor de atención médica te recomiende uno en tu área. Los sitios web que ofrecen apoyo incluyen los siguientes:

  • La Asociación Americana de la Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés). La Asociación Americana de la Diabetes también ofrece programas de campamento para diabéticos que brindan instrucción y apoyo a niños y adolescentes con diabetes.
  • Juvenile Diabetes Research Foundation (Fundación para la Investigación de la Diabetes Juvenil).

Poner la información en perspectiva

La amenaza de complicaciones por una diabetes mal controlada puede ser aterradora. Si tú y tu hijo trabajan con el proveedor de atención médica y hacen el mayor esfuerzo para controlar la diabetes de tu hijo, es probable que este viva una vida prolongada y normal.

Preparación antes de la cita

El proveedor principal de atención médica de tu hijo probablemente será quien haga el diagnóstico inicial de la diabetes tipo 1. La hospitalización puede ser necesaria para estabilizar los niveles de glucosa sanguínea de tu hijo.

Es probable que los cuidados médicos de la diabetes a largo plazo de tu hijo estén a cargo de un endocrinólogo pediátrico. El equipo de atención médica de tu hijo también suele incluir a un especialista certificado en educación y en atención médica de la diabetes, un dietista titulado y un trabajador social.

A continuación, encontrarás información que te ayudará a prepararte para la cita médica.

Qué puedes hacer

Antes de tu cita médica, haz lo siguiente:

  • Haz una lista de todas las inquietudes que tengas sobre el bienestar de tu hijo.
  • Pídele a algún familiar o amigo que te acompañe. Para el control de la diabetes, es necesario que recuerdes mucha información. La persona que te acompañe puede recordar algún detalle que se te pasó por alto o que olvidaste.
  • Prepara una lista de preguntas para hacerle al proveedor de atención médica. Pídele al proveedor de atención médica una remisión para consultar a un especialista diplomado en educación y atención médica de la diabetes, y a un dietista diplomado, para informarte más sobre el control de la diabetes.

Los temas que debes hablar con el equipo de atención médica incluyen los siguientes:

  • Control de la glucosa sanguínea: frecuencia, horario y glucómetros continuos.
  • Terapia de insulina: tipos de insulina utilizada, horarios y cantidad de dosis.
  • Administración de la insulina: inyecciones o bombas de insulina y nuevas tecnologías para la diabetes.
  • Nivel bajo de glucosa sanguínea: cómo identificarlo y tratarlo.
  • Nivel alto de glucosa sanguínea: cómo identificarlo y tratarlo.
  • Cetonas: análisis y tratamiento.
  • Nutrición: tipos de alimentos y sus efectos en la glucosa sanguínea.
  • Recuento de carbohidratos.
  • Ejercicios: ajuste de la insulina y de la ingesta de alimentos para la actividad.
  • Lidiar con situaciones especiales: como en la guardería, la escuela o un campamento de verano, durante una enfermedad y en ocasiones especiales, como quedarse a dormir en casa de los amigos, las fiestas y las vacaciones.
  • Tratamiento médico: con qué frecuencia visitar al proveedor de atención médica y a otros especialistas en la atención médica de la diabetes.

Qué esperar del médico

Es probable que el proveedor de atención médica te haga una serie de preguntas, como las siguientes:

  • ¿Cómo de cómodo te sientes con el control de la diabetes de tu hijo?
  • ¿Con qué frecuencia tiene tu hijo episodios de bajo nivel de glucosa sanguínea?
  • ¿Cómo es tu alimentación en un día normal?
  • ¿Con qué frecuencia tu hijo realiza actividad física?

Last Updated Sep 2, 2023


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