Diabetes de tipo 2

Perspectiva general

La diabetes tipo 2 es una afección que se produce por un problema en la forma en que el cuerpo regula y usa el nivel de azúcar como combustible. Ese azúcar también se conoce como glucosa. Esta afección a largo plazo aumenta la circulación de azúcar en la sangre. Eventualmente, los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden derivar en trastornos de los sistemas circulatorio, nervioso e inmunitario.

En la diabetes tipo 2, hay principalmente dos problemas. El páncreas no produce suficiente insulina, una hormona que regula el movimiento del azúcar en las células. Y las células no responden de manera adecuada a la insulina y consumen menos azúcar.

La diabetes tipo 2 solía conocerse como la diabetes de aparición adulta, pero la diabetes tipo 1 y tipo 2 pueden aparecer tanto en la infancia como en la adultez. La diabetes tipo 2 es más frecuente en los adultos mayores. Sin embargo, el aumento en la cantidad de niños con obesidad ha derivado en la aparición de más casos de diabetes tipo 2 en personas más jóvenes.

No hay cura para la diabetes tipo 2. Perder peso, comer bien y hacer ejercicio pueden ayudarte a controlar la enfermedad. Si la alimentación y el ejercicio no son suficientes para controlar la glucosa en la sangre, se puede recomendar medicamentos para la diabetes o tratamiento con insulina.

Síntomas

Los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen desarrollarse lentamente. De hecho, puedes tener diabetes tipo 2 durante años sin saberlo. Cuando hay síntomas, estos pueden comprender los siguientes:

  • Aumento de la sed.
  • Micción frecuente.
  • Aumento del hambre.
  • Pérdida de peso involuntaria.
  • Cansancio.
  • Visión borrosa.
  • Llagas de cicatrización lenta.
  • Infecciones frecuentes.
  • Entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies.
  • Zonas de piel oscurecida, por lo general en axilas y cuello.

Cuándo consultar al médico

Consulta al proveedor de atención médica si notas alguno de los síntomas de la diabetes tipo 2.

Causas

La diabetes tipo 2 es principalmente el resultado de dos problemas:

  • Las células en los músculos, la grasa y el hígado crean resistencia a la insulina. Como consecuencia, las células no absorben suficiente azúcar.
  • El páncreas no puede producir suficiente insulina para mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de unos límites saludables.

Se desconocen los motivos exactos por lo que esto sucede. Sin embargo, tener sobrepeso y la falta de actividad pueden ser factores claves que contribuyen.

Cómo funciona la insulina

La insulina es una hormona que proviene del páncreas, una glándula que se encuentra detrás y debajo del estómago. Esta controla la forma en que el cuerpo utiliza el azúcar de las siguientes maneras:

  • El azúcar en el torrente sanguíneo desencadena que el páncreas libere insulina.
  • La insulina circula por el torrente sanguíneo, lo que permite que el azúcar entre en las células.
  • La cantidad de azúcar presente en el torrente sanguíneo disminuye.
  • En respuesta a esta disminución, el páncreas libera menos insulina.

El rol de la glucosa

La glucosa, que es un tipo de azúcar, es la principal fuente de energía de las células que forman los músculos y otros tejidos. El uso y la regulación de la glucosa incluyen lo siguiente:

  • La glucosa proviene de dos fuentes principales: los alimentos y el hígado.
  • La glucosa se absorbe en el torrente sanguíneo, donde ingresa en las células con la ayuda de la insulina.
  • El hígado produce y almacena glucosa.
  • Cuando los niveles de glucosa son bajos, el hígado convierte el glucógeno almacenado en glucosa para mantener el nivel de glucosa del cuerpo en un intervalo saludable.

En la diabetes tipo 2, este proceso no funciona bien. En lugar de pasar a las células, el azúcar se acumula en la sangre. A medida que aumentan los niveles de glucosa en la sangre, el páncreas libera más insulina. Con el tiempo, las células del páncreas que producen la insulina se dañan y no pueden generar suficiente insulina para cumplir con las necesidades del cuerpo.

Factores de riesgo

Los siguientes son algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de tener diabetes tipo 2:

  • Peso. Tener sobrepeso u obesidad es un riesgo principal.
  • Distribución de la grasa. El almacenamiento de grasa principalmente en el abdomen, en lugar de las caderas y los muslos, indica un riesgo mayor. El riesgo de tener diabetes tipo 2 es mayor si eres hombre con una circunferencia de la cintura superior a 40 pulgadas (101,6 centímetros) o si eres mujer con una medida de más de 35 pulgadas (88,9 centímetros).
  • Inactividad. Cuanto menos activa sea la persona, mayor será el riesgo. La actividad física te ayuda a controlar el peso, utiliza la glucosa como energía y hace que tus células sean más sensibles a la insulina.
  • Antecedentes familiares. El riesgo de tener diabetes tipo 2 aumenta si uno de los padres o hermanos la tiene.
  • Raza y origen étnico. Aunque no está claro por qué, las personas de ciertas razas y etnias, incluidas las de piel negra, los hispanos, los asiáticos y los indígenas estadounidenses y de las islas del Pacífico, son más propensos a desarrollar diabetes tipo 2 que las personas de piel blanca.
  • Niveles de lípidos en la sangre. Un mayor riesgo está asociado con niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL, por sus siglas en inglés), o colesterol "bueno", y con niveles altos de triglicéridos.
  • Edad. El riesgo de tener diabetes tipo 2 aumenta con la edad, especialmente a partir de los 35 años.
  • Prediabetes. La prediabetes es una afección en la que el nivel de glucosa en la sangre es más alto que lo normal, pero no es lo suficientemente alto como para clasificarlo como diabetes. Si no se trata, la prediabetes suele avanzar hasta transformarse en diabetes tipo 2.
  • Riesgos relacionados con el embarazo. El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es mayor para las personas que tuvieron diabetes gestacional durante el embarazo o para quienes dieron a luz a un bebé de más de 9 libras (4 kilogramos).
  • Síndrome de ovario poliquístico. Tener síndrome de ovario poliquístico, una afección caracterizada por períodos menstruales irregulares, crecimiento excesivo del cabello y obesidad, aumenta el riesgo de diabetes.

Complicaciones

La diabetes tipo 2 afecta muchos de los órganos principales, como el corazón, los vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los riñones. Además, los factores que aumentan el riesgo de diabetes son factores de riesgo para otras enfermedades graves. El control de la diabetes y de los niveles de glucosa en la sangre pueden disminuir el riesgo de tener estas complicaciones y otras enfermedades, como las siguientes:

  • Enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos. La diabetes está asociada a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, presión arterial alta y ateroesclerosis, que es una afección que causa el estrechamiento de los vasos sanguíneos.
  • Daño en los nervios de las extremidades. Esta afección se llama neuropatía. Los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden dañar o destruir los nervios. Esto puede causar hormigueo, entumecimiento, ardor, dolor o, a la larga, pérdida de la sensibilidad, que generalmente comienza en las puntas de los dedos de los pies o las manos y se extiende progresivamente hacia arriba.
  • Otro daño en los nervios. Los daños en los nervios del corazón pueden ocasionar ritmos cardíacos irregulares. El daño en los nervios relacionado con el sistema digestivo puede causar problemas como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. También puede causar disfunción eréctil.
  • Enfermedad renal. La diabetes puede derivar en enfermedad renal crónica o enfermedad renal en etapa terminal irreversible. Esto puede requerir diálisis o trasplante de riñón.
  • Daño ocular. La diabetes aumenta el riesgo de enfermedades oculares graves, como cataratas y glaucoma, y puede dañar los vasos sanguíneos de la retina, y posiblemente derive en ceguera.
  • Afecciones cutáneas. La diabetes puede aumentar el riesgo de tener algunos problemas de la piel, como infecciones bacterianas y micóticas.
  • Cicatrización lenta. Si no se tratan, los cortes y las ampollas pueden dar lugar a infecciones graves, que tal vez no cicatricen como corresponde. El daño grave podría requerir la amputación del dedo del pie, del pie o de la pierna.
  • Deterioro de la audición. Los problemas de audición son más frecuentes en las personas que padecen diabetes.
  • Apnea del sueño. La apnea obstructiva del sueño es común en las personas con diabetes tipo 2. La obesidad puede ser el principal factor que contribuye a ambas afecciones.
  • Demencia. La diabetes tipo 2 parece aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que causan demencia. Un control deficiente de la glucosa en la sangre está asociado a un deterioro más rápido de la memoria y otras habilidades del pensamiento.

Prevención

Un estilo de vida saludable puede ayudar a prevenir la diabetes tipo 2. Si te diagnosticaron prediabetes, los cambios en el estilo de vida pueden retrasar o detener la progresión de la diabetes.

Un estilo de vida saludable incluye lo siguiente:

  • Consumir alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo contenido graso y pocas calorías. Concéntrate en las frutas, los vegetales y los granos o cereales integrales.
  • Mantenerse activo. Intenta hacer 150 minutos o más a la semana de actividad aeróbica moderada o intensa, como caminar a paso ligero, andar en bicicleta, correr o nadar.
  • Bajar de peso. Si tienes sobrepeso, bajar una cantidad moderada de peso y mantenerse así puede retrasar la progresión de prediabetes a diabetes tipo 2. Si tienes prediabetes, perder del 7 % al 10 % de tu peso corporal puede reducir el riesgo de diabetes.
  • Evitar períodos largos de inactividad. Mantenerse inactivo por períodos largos puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2. Intenta levantarte cada 30 minutos y moverte al menos durante algunos minutos.

Para las personas con prediabetes, la metformina (Fortamet, Glumetza, otros), un medicamento para la diabetes, puede recetarse para reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Generalmente se receta para adultos mayores con obesidad que no logran reducir los niveles de glucosa sanguínea con cambios en el estilo de vida.

Diagnóstico

Por lo general, la diabetes tipo 2 se diagnostica mediante la prueba de hemoglobina glucosilada A1c. Este análisis de sangre indica tu nivel promedio de glucosa en la sangre en los últimos dos o tres meses. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:

  • Por debajo del 5,7 % se considera normal.
  • Entre 5,7 % y 6,4 % se diagnostica como prediabetes.
  • Un nivel del 6,5 % o más en dos pruebas separadas se considera diabetes.

Si no puedes hacerte una prueba de HbA1c o si tienes alguna afección que hace imprecisa la prueba de HbA1c, el proveedor de atención médica puede solicitar las siguientes pruebas para diagnosticar la diabetes:

Examen aleatorio de glucosa en la sangre. El nivel de glucosa en la sangre se expresa en miligramos de azúcar por decilitro (mg/dl) o milimoles de azúcar por litro (mmol/l) de sangre. Independientemente de cuándo haya sido la última vez que comiste, un nivel de 200 mg/dl (11,1 mmol/l) o más indica la presencia de diabetes, especialmente si también tienes síntomas, como micción frecuente y mucha sed.

Examen de glucemia en ayunas. Se toma una muestra de sangre después de que no hayas comido durante toda la noche. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:

  • Menos de 100 mg/dl (5,6 mmol/l): se considera un nivel normal.
  • Entre 100 y 125 mg/dl (de 5,6 a 6,9 mmol/l): se diagnostica prediabetes.
  • Un nivel de 126 mg/dl (7 mmol/l) o más en dos pruebas distintas: se diagnostica diabetes.

Prueba de tolerancia a la glucosa oral. Esta prueba se usa con menos frecuencia que las otras, excepto durante el embarazo. Deberás abstenerte de comer durante un cierto tiempo y, luego, beber un líquido azucarado en el consultorio del proveedor de atención médica. El nivel de glucosa en la sangre se analiza periódicamente durante dos horas. Los resultados se interpretan de la siguiente manera:

  • Menos de 140 mg/dl (7,8 mmol/l) después de dos horas: se considera un nivel normal.
  • Entre 140 y 199 mg/dl (7,8 mmol/l y 11,0 mmol/l): se diagnostica prediabetes.
  • Un nivel de 200 mg/dl (11,1 mmol/l) o más después de dos horas: indica diabetes.

Exámenes de detección. La Asociación Americana de la Diabetes recomienda exámenes de detección de rutina con pruebas de diagnóstico para la diabetes tipo 2 en todos los adultos de 35 años o más, y en los siguientes grupos:

  • Personas menores de 35 años que tienen sobrepeso u obesidad y uno o más factores de riesgo relacionados con la diabetes.
  • Mujeres que han tenido diabetes gestacional.
  • Personas a las que les ha diagnosticado prediabetes.
  • Niños con sobrepeso u obesidad que tienen antecedentes familiares de diabetes tipo 2 u otros factores de riesgo.

Después del diagnóstico

Si te diagnostican diabetes, es posible que el proveedor de atención médica realice otras pruebas para distinguir entre diabetes tipo 1 y tipo 2, ya que las dos afecciones suelen requerir tratamientos diferentes.

El proveedor de atención médica hará la prueba de los niveles de hemoglobina glucosilada A1c al menos dos veces al año y cuando haya cambios en el tratamiento. Los objetivos para la hemoglobina glucosilada A1c pueden variar según la edad y otros factores. Para la mayoría de las personas, la American Diabetes Association (Asociación Americana de la Diabetes) recomienda un nivel de hemoglobina glucosilada A1c de menos del 7 %.

También te hacen pruebas para detectar complicaciones de la diabetes y otras afecciones.

Tratamiento

El control de la diabetes tipo 2 incluye lo siguiente:

  • Alimentación saludable.
  • Ejercicio regular.
  • Pérdida de peso.
  • Posiblemente, medicamentos para la diabetes o tratamiento con insulina.
  • Control de la glucosa en la sangre.

Estas medidas aumentan las probabilidades de que la glucosa en la sangre se mantenga en un rango saludable y pueden ayudar a retrasar o prevenir complicaciones.

Alimentación saludable

No existe una alimentación específica para la diabetes. Sin embargo, es importante que la base de tu alimentación esté centrada en lo siguiente:

  • Un horario regular para las comidas y refrigerios saludables.
  • Porciones más pequeñas.
  • Más alimentos con alto contenido de fibra, como frutas, verduras sin almidón y cereales integrales.
  • Menos granos refinados, verduras con almidón y dulces.
  • Porciones modestas de lácteos bajos en grasa, carnes con bajo contenido graso y pescado.
  • Aceites para cocinar saludables, como aceite de oliva o el aceite de canola.
  • Menos calorías.

El proveedor de atención médica puede recomendarte que consultes a un dietista diplomado, quien puede ayudarte con lo siguiente:

  • Identificar alimentos saludables.
  • Planificar comidas nutritivas y equilibradas.
  • Desarrollar hábitos nuevos y abordar las barreras que impiden cambiar de hábitos.
  • Controlar la ingesta de carbohidratos para mantener más estables los niveles de glucosa en la sangre.

Actividad física

Hacer ejercicio es importante para perder peso o mantener un peso saludable. También ayuda a controlar la glucosa en la sangre. Habla con el proveedor de atención médica antes de comenzar o cambiar tu programa de ejercicios para asegurarte de que las actividades sean seguras para ti.

  • Haz ejercicio aeróbico. Elige un ejercicio aeróbico que disfrutes, como caminar, nadar, andar en bicicleta o correr. Los adultos deben tratar de hacer 30 minutos o más de ejercicio aeróbico moderado casi todos los días de la semana, o al menos 150 minutos a la semana.
  • Haz ejercicio de resistencia. El ejercicio de resistencia aumenta la fuerza, el equilibrio y la capacidad para realizar las actividades cotidianas con mayor facilidad. El entrenamiento de resistencia comprende levantamiento de pesas, yoga y calistenia. Los adultos con diabetes tipo 2 deben hacer de 2 o 3 sesiones de ejercicio de resistencia por semana.
  • Limita la inactividad. Evitar los períodos prolongados de inactividad, como sentarse frente a la computadora, puede ayudar a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Toma unos minutos para ponerte de pie, caminar o realizar alguna actividad ligera cada 30 minutos.

Pérdida de peso

La pérdida de peso resulta en un mejor control de los niveles de glucosa en la sangre, así como de colesterol, triglicéridos y presión arterial. Si tienes sobrepeso, posiblemente puedas comenzar a ver mejoras en estos factores después de perder tan solo el 5 % de tu peso corporal. Sin embargo, cuanto más peso pierdas, mayores serán los beneficios para tu salud. En algunos casos, puede recomendarse perder hasta el 15 % del peso corporal.

El proveedor de atención médica o el dietista pueden ayudarte a definir objetivos adecuados para la pérdida de peso y recomendar cambios en el estilo de vida que te ayuden a alcanzarlos.

Control del nivel de azúcar en sangre

El proveedor de atención médica te indicará la frecuencia con la que debes medir el nivel de glucosa en la sangre para asegurarte de estar dentro del rango deseado. Por ejemplo, puede que tengas que revisarlo una vez al día y antes o después de hacer ejercicio. Si te administras insulina, puede que tengas que revisar tu nivel de glucosa en la sangre varias veces al día.

El control suele realizarse con un pequeño dispositivo para el hogar, llamado medidor de glucosa en la sangre, que mide la cantidad de azúcar en una gota de sangre. Lleva un registro de las mediciones para compartir con el equipo de atención médica.

El control continuo de la glucosa consiste en un sistema electrónico que registra los niveles de glucosa cada pocos minutos a través de un sensor colocado debajo de la piel. La información se puede trasmitir a un dispositivo móvil, como el teléfono, y el sistema puede enviar alertas cuando los niveles son demasiado altos o demasiado bajos.

Medicamentos contra la diabetes.

Si no puedes mantener tu nivel objetivo de glucosa sanguínea con dieta y ejercicio, el proveedor de atención médica puede recetarte medicamentos para la diabetes que ayuden a reducir los niveles de glucosa, o puede sugerirte un tratamiento con insulina. Los medicamentos para la diabetes tipo 2 son los siguientes:

Metformina (Fortamet, Glumetza y otros) es, por lo general, el primer medicamento recetado para la diabetes tipo 2. Funciona principalmente disminuyendo la producción de glucosa en el hígado y mejorando la sensibilidad del cuerpo a la insulina, de modo que el organismo utilice la insulina de una manera más eficaz.

Algunas personas presentan una deficiencia de vitamina B-12 y pueden necesitar tomar suplementos. Otros posibles efectos secundarios, que pueden mejorar con el tiempo, incluyen los siguientes:

  • Náuseas.
  • Dolor abdominal.
  • Hinchazón abdominal.
  • Diarrea.

Las sulfonilureas ayudan al cuerpo a producir más insulina. Entre los ejemplos se incluyen la gliburida (DiaBeta y Glynase), la glipizida (Glucotrol XL) y la glimepirida (Amaryl). Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Niveles bajos de glucosa en la sangre.
  • Aumento de peso.

Las glinidas estimulan al páncreas para que produzca más insulina. Su acción es más rápida que la de las sulfonilureas, pero la duración del efecto en el cuerpo es más breve. Algunos ejemplos incluyen la repaglinida y la nateglinida. Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Niveles bajos de glucosa en la sangre.
  • Aumento de peso.

Las tiazolidinedionas hacen que los tejidos del cuerpo sean más sensibles a la insulina. Un ejemplo de este medicamento es la pioglitazona (Actos). Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva.
  • Riesgo de cáncer de vejiga (pioglitazona).
  • Riesgo de fracturas de huesos.
  • Aumento de peso.

Los inhibidores de la dipeptidil-peptidasa 4 ayudan a disminuir los niveles de glucosa en la sangre, pero suelen tener un efecto moderado. Algunos ejemplos incluyen la sitagliptina (Januvia), la saxagliptina (Onglyza) y la linagliptina (Tradjenta). Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Riesgo de pancreatitis.
  • Dolor articular.

Los agonistas del receptor del glucagón tipo 1 (GLP-1) son medicamentos inyectables que retardan la digestión y ayudan a disminuir los niveles de glucosa en la sangre. Su uso se suele relacionar con la pérdida de peso, y algunas personas pueden disminuir el riesgo de padecer un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular. Entre los ejemplos se incluyen la exenatida (Byetta y Bydureon Bcise), la liraglutida (Saxenda y Victoza) y la semaglutida (Rybelsus, Ozempic, Wegovy). Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Riesgo de pancreatitis.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Diarrea.

Los inhibidores del transportador de sodio-glucosa 2 alteran las funciones renales de filtrado de la sangre al bloquear el retorno de la glucosa al torrente sanguíneo. Como resultado, la glucosa se expulsa en la orina. Estos medicamentos pueden disminuir el riesgo de tener un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular en personas con un alto riesgo para estas afecciones. Entre los ejemplos se incluyen la canagliflozina (Invokana), la dapagliflozina (Farxiga) y la empagliflozina (Jardiance). Los posibles efectos secundarios incluyen:

  • Candidiasis vaginal.
  • Infección de las vías urinarias.
  • Presión arterial baja.
  • Colesterol alto.
  • Riesgo de gangrena.
  • Riesgo de fracturas de huesos (canagliflozina).
  • Riesgo de amputación (canagliflozina).

Además de los remedios para la diabetes, el proveedor de atención médica podría recetar otros medicamentos que incluyen aquellos para reducir la presión arterial y el colesterol, como también aspirina en dosis bajas para ayudar a prevenir enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos.

Terapia de insulina

Algunas personas con diabetes tipo 2 necesitan recibir tratamiento con insulina. Anteriormente, el tratamiento con insulina se utilizaba como último recurso, pero actualmente se puede recetar mucho antes si los objetivos de glucosa sanguínea no se alcanzan con los cambios en el estilo de vida y otros medicamentos.

Los diferentes tipos de insulina varían dependiendo de la rapidez con que comienzan a funcionar y la duración de su efecto. La insulina de larga duración, por ejemplo, está diseñada para funcionar durante la noche o durante el día para mantener estable el nivel de glucosa sanguínea. La insulina de corta duración, en general, se usa a la hora de la comida.

El proveedor de atención médica determinará qué tipo de insulina es el adecuado para ti y cuándo se debe administrar. El tipo de insulina, la dosis y el horario de administración pueden cambiar según la estabilidad de tu nivel de glucosa sanguínea. La mayoría de los tipos de insulina se administran con inyecciones.

Los efectos secundarios de la insulina incluyen el riesgo de una afección llamada hipoglucemia, que es un nivel de glucosa sanguínea baja; cetoacidosis diabética y triglicéridos altos.

Cirugía para bajar de peso

La cirugía para bajar de peso cambia la forma y función del sistema digestivo. Esta cirugía puede ayudarte a perder peso y a controlar la diabetes tipo 2 y otras afecciones relacionadas con la obesidad. Existen varios procedimientos quirúrgicos. Todos te ayudan a perder peso al limitar la cantidad de alimentos que puedes ingerir. Algunos procedimientos también limitan la cantidad de nutrientes que el cuerpo puede absorber.

La cirugía para bajar de peso es solo una parte del plan de tratamiento general. El tratamiento también incluye pautas de alimentación y suplementos nutricionales, ejercicio y atención médica de la salud mental.

Por lo general, la cirugía para bajar de peso puede ser una opción para los adultos con diabetes tipo 2 que tienen un índice de masa corporal (IMC) de 35 o más. El IMC es una fórmula que usa el peso y la estatura para calcular la grasa corporal. Según la gravedad de la diabetes o la presencia de otras enfermedades, la cirugía puede ser una opción para alguien con un IMC inferior a 35.

La cirugía para bajar de peso requiere un compromiso de por vida con los cambios en el estilo de vida. Los efectos secundarios a largo plazo pueden incluir deficiencias nutricionales y osteoporosis.

Embarazo

Las personas que tienen diabetes tipo 2 con frecuencia necesitan cambiar su plan de tratamiento durante el embarazo y seguir una dieta que controle los carbohidratos. Muchas personas necesitan tratamiento con insulina durante el embarazo. Es posible que también deban suspender otros tratamientos, como los medicamentos para la presión arterial.

Durante el embarazo, existe un mayor riesgo de presentar una afección en los ojos llamada retinopatía diabética. En algunos casos, esta afección puede empeorar durante el embarazo. Si estás embarazada, visita a un oftalmólogo en cada trimestre del embarazo y un año después del parto. También puedes hacerlo con la frecuencia que recomiende el proveedor de atención médica.

Signos que indican problemas

Es importante que controles periódicamente tus niveles de glucosa en la sangre para evitar complicaciones graves. Además, debes tener en cuenta los síntomas que pueden indicar niveles irregulares de glucosa sanguínea y la necesidad de atención médica inmediata, entre otros:

Nivel elevado de glucosa en la sangre. Esta afección también se llama hiperglucemia. Consumir ciertos alimentos o demasiada comida, estar enfermo o no tomar los medicamentos en el momento correcto puede causar niveles altos de glucosa sanguínea. Los síntomas son los siguientes:

  • Micción frecuente.
  • Aumento de la sed.
  • Sequedad en la boca
  • Visión borrosa.
  • Cansancio.
  • Dolor de cabeza

Síndrome hiperosmolar hiperglicémico no cetósico. Esta afección que pone en riesgo la vida incluye una lectura de glucosa sanguínea superior a 600 mg/dl (33,3 mmol/l). Puedes ser más propenso a presentar el síndrome hiperosmolar hiperglicémico no cetósico si tienes una infección, no estás tomando los medicamentos según lo indicado o tomas ciertos esteroides o medicamentos que causan micción frecuente. Los síntomas son los siguientes:

  • Sequedad en la boca
  • Sed extrema
  • Somnolencia
  • Confusión.
  • Orina oscura.
  • Convulsiones.

Cetoacidosis diabética. La cetoacidosis diabética ocurre cuando la falta de insulina hace que el cuerpo descomponga la grasa, en lugar de la glucosa, para obtener energía. Como consecuencia, se produce una acumulación de ácidos llamados cetonas en el torrente sanguíneo. Los desencadenantes de la cetoacidosis diabética incluyen ciertas enfermedades, el embarazo, un traumatismo y los medicamentos, incluidos aquellos para la diabetes llamados inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa de tipo 2 (SGLT-2, por sus siglas en inglés).

La toxicidad de los ácidos causada por la cetoacidosis diabética puede ser mortal. Además de los síntomas de hiperglucemia, como micción frecuente y aumento de la sed, la cetoacidosis puede causar los siguientes síntomas:

  • Náuseas
  • Vómitos.
  • Dolor abdominal.
  • Falta de aire.
  • Aliento con olor a fruta

Niveles bajos de glucosa sanguínea. Cuando el nivel de glucosa sanguínea baja a un nivel inferior al rango objetivo, se conoce como nivel bajo de glucosa sanguínea o hipoglucemia. El nivel de glucosa sanguínea puede bajar por muchos motivos, por ejemplo, saltearse una comida, tomar accidentalmente una mayor cantidad de medicamento que la habitual o hacer más actividad física de lo normal. Los síntomas son los siguientes:

  • Sudoración
  • Temblores
  • Debilidad
  • Hambre
  • Irritabilidad.
  • Mareos
  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosa.
  • Palpitaciones cardíacas
  • Habla arrastrada
  • Somnolencia
  • Confusión.

Si tienes síntomas de un nivel bajo de glucosa sanguínea, bebe o come algo que lo subirá rápidamente; por ejemplo, jugo de frutas, comprimidos de glucosa, caramelos duros u otra fuente de azúcar. Vuelve a controlar tu glucosa sanguínea en unos 15 minutos. Si los niveles no están en tu rango objetivo, bebe o come otra fuente de azúcar. Ingiere alguna comida una vez que el nivel de glucosa sanguínea se normalice.

Si pierdes el conocimiento, deberán administrarte una inyección de emergencia de glucagón, una hormona que estimula la liberación de glucosa en la sangre.

Estilo de vida y remedios caseros

El tratamiento cuidadoso de la diabetes tipo 2 puede reducir el riesgo de complicaciones graves, incluso algunas pueden poner en riesgo la vida. Ten en cuenta los siguientes consejos:

  • Comprométete con el control de la diabetes. Obtén toda la información que puedas acerca de la diabetes tipo 2. Haz que la alimentación saludable y la actividad física sean parte de tu rutina.
  • Trabaja con tu equipo. Entabla una relación con un educador certificado especialista en diabetes, y pídele ayuda al equipo de tratamiento de la diabetes cuando la necesites.
  • Identifícate. Lleva un collar o un brazalete que indique que tienes diabetes, especialmente si recibes insulina u otro medicamento para reducir los niveles de glucosa en la sangre.
  • Programa un examen físico anual y controles periódicos de la vista. Los controles de la diabetes no deben reemplazar los exámenes físicos regulares ni los controles de la vista de rutina.
  • Mantén tu calendario de vacunación al día. El nivel de glucosa en la sangre alto puede debilitar el sistema inmunitario. Vacúnate contra la gripe todos los años. El proveedor de atención médica también puede recomendarte la vacuna contra la neumonía. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) también recomiendan la vacunación contra la hepatitis B si no te has vacunado anteriormente y eres un adulto de entre 19 y 59 años. Habla con el proveedor de atención médica sobre otras vacunas que puedas necesitar.
  • Cuídate los dientes. La diabetes puede aumentar tus probabilidades de contraer infecciones más graves en las encías. Cepíllate los dientes y usa hilo dental de manera regular, y programa exámenes dentales recomendados. Consulta con el dentista de inmediato si te sangran las encías, o se ven rojas o inflamadas.
  • Presta atención a los pies. Lava tus pies diariamente con agua tibia o sécalos suavemente, en especial entre los dedos, y aplica una loción humectante. Controla tus pies a diario para ver que no tengas ampollas, cortes, llagas, enrojecimiento o hinchazón. Ponte en contacto con tu proveedor de atención médica si tienes alguna llaga en los pies u otro problema que no cicatriza.
  • Mantén la presión arterial y el colesterol bajo control. Consumir alimentos saludables y hacer ejercicio de forma regular puede ayudar mucho para controlar la presión arterial alta y el colesterol. Toma los medicamentos según la indicación médica.
  • Si fumas o usas otros tipos de tabaco, consulta con el proveedor de atención médica para que te ayude a dejar de hacerlo. Fumar aumenta el riesgo de tener complicaciones de la diabetes. Habla con tu proveedor de atención médica acerca de las maneras de dejar de fumar tabaco.
  • Consume alcohol con moderación. Según el tipo de bebida, el alcohol puede reducir o aumentar los niveles de glucosa en la sangre. Si eliges beber alcohol, hazlo únicamente con una comida. La recomendación es no consumir más de una bebida por día en el caso de las mujeres y no más de dos bebidas por día en el caso de los hombres. Controla tu nivel de glucosa en la sangre con frecuencia luego de tomar alcohol.
  • Prioriza el descanso saludable. Muchas personas que tienen diabetes tipo 2 tienen problemas para dormir. No dormir lo suficiente puede hacer que sea más difícil mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango saludable. Si tienes problemas para dormir, habla con el proveedor de atención médica sobre las opciones de tratamiento.

Medicina alternativa

Muchos tratamientos de medicina alternativa afirman que ayudan a las personas con diabetes. Según el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral, los estudios no proporcionaron evidencia suficiente para recomendar terapias alternativas para el control de la glucosa en la sangre. Las investigaciones han demostrado los siguientes resultados acerca de suplementos comunes para la diabetes tipo 2:

  • Se ha demostrado que los suplementos de cromo tienen pocos beneficios o ninguno. Las dosis grandes pueden causar daños renales, problemas musculares y reacciones en la piel.
  • Algunos, pero no todos los estudios, han demostrado que los suplementos de magnesio otorgan beneficios para el control de la glucosa en la sangre. Los efectos secundarios incluyen diarrea y calambres. Las dosis muy elevadas (más de 5000 mg por día) pueden ser mortales.
  • En algunos estudios, la canela ha logrado reducir los niveles de glucosa en ayunas, pero no los niveles de hemoglobina glucosilada A1c. En consecuencia, no hay pruebas de una mejora general del control de la glucosa.

Habla con el proveedor de atención médica antes de tomar cualquier suplemento alimentario o remedio natural. No sustituyas tus medicamentos con receta para la diabetes con medicamentos alternativos.

Estrategias de afrontamiento, y apoyo

La diabetes tipo 2 es una enfermedad grave; seguir el plan de tratamiento conlleva un compromiso. Para controlar la diabetes de manera eficaz es posible que necesites una buena red de apoyo.

Es común que las personas que padecen diabetes sufran ansiedad y depresión. Hablar con un asesor o un terapeuta puede ayudarte a lidiar con los cambios en el estilo de vida y el estrés que implica recibir un diagnóstico de diabetes tipo 2.

Los grupos de apoyo pueden ser una buena opción para obtener información sobre la diabetes, apoyo emocional y datos útiles, como por ejemplo cómo encontrar recursos locales o dónde encontrar el número de carbohidratos en tu restaurante favorito. Si te interesa, es probable que el proveedor de atención médica te recomiende uno en tu área.

Puedes visitar el sitio web de la American Diabetes Association (Asociación Americana de la Diabetes) para ver si hay actividades y grupos de apoyo locales para personas con diabetes tipo 2. Además, esta asociación ofrece información y foros en línea donde puedes conversar con otras personas que tienen diabetes. También puedes llamar a la organización, al 800-DIABETES (800-342-2383).

Preparación antes de la cita

En las consultas anuales de bienestar, el proveedor de atención médica puede detectar la diabetes, y controlar y tratar las afecciones que aumentan el riesgo de padecer diabetes, como presión arterial alta, un alto nivel de colesterol o un índice de masa corporal elevado.

Si acudes al proveedor de atención médica debido a síntomas que pueden estar relacionados con la diabetes, puedes prepararte antes de la cita para responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Hay algo que mejore o empeore los síntomas?
  • ¿Qué medicamentos tomas regularmente, incluidos suplementos alimenticios y remedios a base de hierbas?
  • ¿Cuáles son tus comidas diarias habituales? ¿Comes entre comidas o antes de acostarte?
  • ¿Qué cantidad de alcohol bebes?
  • ¿Cuánto ejercicio diario haces?
  • ¿Hay antecedentes de diabetes en tu familia?

Si te diagnostican diabetes, el proveedor de atención médica podría comenzar un plan de tratamiento. También pueden remitirte a un médico que se especialice en trastornos hormonales, llamado endocrinólogo. El equipo de atención médica también puede incluir a los siguientes especialistas:

  • Dietista.
  • Educador certificado especialista en diabetes.
  • Médico de los pies, también llamado podólogo.
  • Médico especializado en el cuidado de los ojos, llamado oftalmólogo.

Habla con tu proveedor de atención médica sobre las remisiones a los demás especialistas que te podrían brindar cuidados médicos.

Preguntas para citas médicas en curso

Antes de cualquier cita con un miembro de tu equipo de tratamiento, asegúrate de averiguar si existe alguna restricción, como no comer ni beber antes de una prueba. Entre las cuestiones de las que deberías hablar periódicamente con tu proveedor de atención médica u otros miembros del equipo se incluyen las siguientes:

  • ¿Con qué frecuencia debo controlar mi nivel de glucosa en la sangre y cuál es mi rango objetivo?
  • ¿Qué cambios en mi alimentación me ayudarían a controlar mejor mi nivel de glucosa en la sangre?
  • ¿Cuál es la dosis correcta de los medicamentos de venta con receta?
  • ¿Cuándo debo tomar los medicamentos? ¿Los tomo con las comidas?
  • ¿Cómo afecta el control de la diabetes al tratamiento de otras afecciones? ¿Cómo puedo coordinar mejor los tratamientos o la atención médica?
  • ¿Cuándo debo programar una cita de seguimiento?
  • ¿En qué situaciones debo llamarte o buscar atención médica de emergencia?
  • ¿Recomiendas algún folleto o recursos en línea?
  • ¿Hay recursos disponibles si tengo dificultades para pagar los insumos para la diabetes?

Qué puedes esperar de tu médico

Es posible que tu proveedor de atención médica te haga preguntas en tus citas médicas. Estas son algunas preguntas:

  • ¿Comprendes tu plan de tratamiento y confías en que puedes seguirlo?
  • ¿Cómo estás afrontando la diabetes?
  • ¿Alguna vez has tenido un nivel bajo de glucosa en la sangre?
  • ¿Sabes qué hacer cuando el nivel de glucosa en la sangre es muy bajo o muy alto?
  • ¿Cómo es tu alimentación en un día normal?
  • ¿Haces ejercicio? Si es así, ¿qué tipo de ejercicios? ¿Con qué frecuencia?
  • ¿Permaneces sentado por largos períodos?
  • ¿Qué dificultades te plantea el control de la diabetes?

Last Updated May 12, 2023


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